En diciembre de 2001, mientras Argentina atravesaba una de sus peores crisis económicas, una joven economista francesa visitaba por primera vez Tupungato, Mendoza, tras la insistencia de su padre. Frente a la imponente cordillera de los Andes, Anne Bousquet experimentó lo que ella describe como su "a-ha moment", un instante de revelación que cambiaría para siempre el rumbo de su vida.
Tuvo una impresión increíble, recuerda Anne sobre aquel primer encuentro con las tierras mendocinas donde su padre, Jean Bousquet, había decidido emprender un ambicioso proyecto vitivinícola. Ironías del destino, ella había crecido entre viñedos en Languedoc, Francia, y había jurado no seguir el camino familiar tras presenciar el estrés que la industria generaba en su abuelo y su padre.
"Yo estaba negada con el vino. No quería saber nada. Absolutamente nada", confiesa Anne. Su determinación por forjar su propio camino la llevó a estudiar economía, obtener un máster en Minnesota y establecer una prometedora carrera como economista en Boston, donde trabajó durante una década.
Cuando en 1998 su padre le comunicó que vendería todo en Francia para comprar tierras en Argentina, Anne pensó que estaba loco. "Me mandó una foto de un campo de nada", recuerda con una sonrisa. Sin embargo, aquella visita navideña de 2001 cambió su perspectiva. Lo que veía no era solo un terreno, sino un potencial extraordinario.
Durante ese viaje, junto a su marido Labid Ameri y su padre, tomaron una decisión trascendental: iniciar la certificación orgánica para los viñedos que comenzaban a plantarse. Sería el primer paso de una estrategia que años después demostraría ser visionaria en un mercado que apenas valoraba la viticultura sustentable.
Aunque Anne y Labid regresaron a sus carreras en Estados Unidos, comenzaron a involucrarse gradualmente en el proyecto familiar, primero ayudando con las ventas. En 2005, Labid renunció a su carrera en finanzas para dedicarse por completo a la comercialización del vino, mientras Anne mantenía su trabajo como economista.
La pareja se trasladó a Bruselas para facilitar la distribución en Europa, comprando un contenedor de vino y almacenándolo en Amberes para resolver el problema logístico que les planteaban los importadores europeos, reacios a comprar directamente desde Argentina.
"Les dimos una solución logística", señala Anne, evidenciando el enfoque pragmático que caracterizaría su gestión empresarial. Esta estrategia les permitió penetrar rápidamente en los mercados nórdicos, particularmente en Suecia, donde la demanda de vinos orgánicos comenzaba a crecer.
Para 2008, habían vendido su primer millón de botellas gracias a las ventas en los países escandinavos y Canadá, un hito que convenció a Anne de que finalmente era momento de abandonar su carrera como economista y mudarse a Argentina.
El desafío argentino
En marzo de 2009, Anne, Labid y su pequeña hija de un año se instalaron en Tupungato. Los primeros meses fueron durísimos. "Varias noches, después de irme a dormir, estaba en la casa recién alquilada y decía, '¿Qué hice?'", confiesa. No hablaba español, su marido tuvo que viajar urgentemente a Madrid por la enfermedad de su madre, y la transición familiar del control de la bodega no fue sencilla.
"La transición de padres a hijos no se hace tan fácil y nosotros tuvimos una de estas transiciones familiares difíciles", admite. El proyecto había crecido más de lo que su padre inicialmente imaginó, y en 2011 Anne y Labid adquirieron la participación restante de Jean Bousquet, asumiendo el control total de la empresa.
Mientras las ventas en Europa prosperaban, el mercado estadounidense se mostraba esquivo. Después de intentos fallidos con dos importadores, en 2015 tomaron otra decisión arriesgada: establecer su propia importadora en Miami.
"¿Estás loco?", fue la primera reacción de Anne cuando su marido propuso la idea. Sin embargo, la apuesta resultó acertada y hoy exportan el 95% de su producción, con Domaine Bousquet posicionada como la única bodega del top 10 de exportadores argentinos con toda su producción certificada como orgánica.
Anne Bousquet no solo revolucionó la producción orgánica de vinos en Argentina, sino que se convirtió en una figura clave en la lucha contra el cambio climático dentro del sector vitivinícola global. Como presidenta, cofundadora y socia de Domaine Bousquet, viene impulsando iniciativas pioneras que están transformando la manera en que la industria mide y reduce su impacto ambiental.
En enero de este año, se presentó la primera Calculadora de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para Latinoamérica, un proyecto liderado por Domaine Bousquet en colaboración con otras bodegas de la región como Grupo Peñaflor, Miguel Torres Chile y VSPT, bajo el paraguas de International Wineries for Climate Action (IWCA).
"Este lanzamiento marca un hito clave en la transición hacia una vitivinicultura más sostenible y transparente", afirma Anne. "Contar con una herramienta diseñada específicamente para nuestra región permitirá a las bodegas medir, comparar y reducir su impacto ambiental de manera más efectiva".
La calculadora, de acceso gratuito, permite a cualquier bodega -sea o no miembro de IWCA- medir su huella de carbono en los alcances 1, 2 y 3, abarcando tanto las emisiones directas como las indirectas a lo largo de toda la cadena de valor. Además, ofrece la posibilidad de comparar resultados con otras bodegas de la región, fomentando la competitividad en términos de sostenibilidad.
Anne dedica gran parte de su tiempo a participar activamente en organizaciones internacionales dedicadas a la sustentabilidad. Es representante para América del Sur del Protocolo de Oporto y miembro de IWCA, donde promueve prácticas que reduzcan la huella de carbono en la industria vitivinícola.
Domaine Bousquet: un legado de innovación sustentable
Fundada en 1997, cuando la familia Bousquet adquirió 240 hectáreas de tierras por entonces vírgenes en Gualtallary, Tupungato, Valle de Uco, Domaine Bousquet se convirtió en un referente de la vitivinicultura orgánica en Argentina. Desde sus inicios, los viñedos fueron tratados de forma orgánica, y actualmente implementan también prácticas regenerativas y biodinámicas.
La bodega combina técnicas de elaboración francesas con el excepcional clima y terroir de la región, manteniendo como principio fundamental el manejo delicado del viñedo para preservar la alta calidad de las uvas. Domaine Bousquet fue la primera bodega argentina en obtener la certificación ROC (Regenerative Organic Certified).
"Hay que educar, hay que explicar lo que es un vino orgánico, hay que demostrar lo buenos que son", sostiene Anne con convicción. Su bodega también está innovando con vinos de bajo contenido alcohólico (9,5% y próximamente 8%) para adaptarse a los consumidores jóvenes que buscan alternativas más ligeras.
El compromiso de Domaine Bousquet con la sustentabilidad va más allá de la producción orgánica. La empresa implementa políticas de triple impacto con una mirada de Sustentabilidad 360º, integrando aspectos ambientales, sociales y económicos en todas sus operaciones.
Argentina por adopción
A pesar de las dificultades económicas y la inestabilidad que caracterizan a Argentina, Anne encuentra en el país cualidades que difícilmente hubiera encontrado en su Francia natal. "Es un país muy paradójico, muy difícil... pero te enseña mucho. Me hice empresaria en este país", reflexiona.
"No sé si en Francia hubiera podido hacer lo que hicimos en 25 años acá, de empezar de cero a llegar a ser lo que somos hoy", confiesa. "En toda esta locura de Argentina hay dinamismo. Eso la gente afuera no lo puede entender hasta que viene acá y vive acá".
Hoy, Anne divide su tiempo entre Miami y Mendoza, viajando a Argentina aproximadamente una semana cada mes o mes y medio. Su padre, Jean, también eligió quedarse en Argentina tras retirarse en 2011. "Como siempre digo, Argentina nos adoptó y yo adopté a Argentina", concluye con una sonrisa que refleja la satisfacción de quien encontró, contra todo pronóstico, un hogar en la adversidad y un éxito en el riesgo, mientras lidera una transformación sustentable en la industria del vino a nivel global.