En 1939, seis años después de la derogación de la Ley Seca, Manuel Eskind recibió la tercer licencia para distribuir alcohol en Tennessee. En la actualidad, Best Brands Incorporated, propiedad de la familia Eskind, vende vino, licores y cerveza por valor de unos 200 millones de dólares en todo el estado. Ahora Jason Eskind, bisnieto de Manuel, cree que encontró una nueva área de crecimiento para Best Brands: las bebidas de cáñamo infundidas con THC.
"El negocio es realmente bueno, está creciendo exponencialmente", dice Eskind, que recientemente creó una empresa de distribución de bebidas independiente con su primo Ryan Moses que se centra en las bebidas con THC derivadas del cáñamo. Las bebidas de cáñamo lo suficientemente fuertes como para embriagar a la gente ya se convirtieron en una división de más de un millón de dólares para Best Brands. "Está en auge: cada día tenemos más clientes".
Actualmente, la marihuana es ilegal en Tennessee, pero su primo cannábico, el cáñamo, es legal a nivel federal y el estado regula y grava los productos psicoactivos derivados del cáñamo. En 2018, el Congreso promulgó la Ley de Mejora de la Agricultura, más conocida como la Ley Agrícola, que legalizó el cáñamo.
La marihuana y el cáñamo son diferentes cepas de la misma planta -cannabis sativa L.-, pero el cáñamo, por definición legal, solo contiene un 0,3% de THC en peso seco, mientras que la marihuana se define como el cannabis que contiene más de ese umbral.
En una carta escrita por la Administración para el Control de Drogas en 2021, la agencia declaró que los cannabinoides derivados del cáñamo -incluido el delta-9-THC, el compuesto que también se encuentra en la marihuana y que es responsable de que la gente se coloque- eran sustancias legales, mientras que la marihuana sigue siendo ilegal y está clasificada como droga de la Lista 1, en la misma categoría que la heroína.
En un dictamen del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de 2022, los jueces dictaminaron que los cannabinoides derivados del cáñamo son legales en virtud de la Ley Agrícola de 2018, incluso si las sustancias tienen algunas propiedades psicoactivas.
Hasta ahora, un total de 24 estados legalizaron el consumo recreativo de cannabis, y el gobierno federal está considerando volver a clasificar la hierba, pero Eskind no ve la necesidad de más reformas. "La Ley Agrícola básicamente legalizó la hierba en este país", afirma.
Aunque el análisis jurídico de Eskind es especialmente optimista, la legalización del cáñamo creó una industria que rivaliza con muchos programas estatales de marihuana legal. Las ventas de hierba legal alcanzaron los 26.000 millones de dólares el año pasado, pero los productos de cáñamo alcanzaron los 28.000 millones de dólares en ventas, según la empresa de datos centrada en el cannabis Whitney Economics.
Rod Kight, abogado especializado en asesorar a fabricantes de productos derivados del cáñamo, coincide con Eskind en que la prohibición de la hierba, siempre que el THC proceda del cáñamo , se terminó. "No se acaba de entender lo que está pasando", dice Kight. "El gobierno federal legalizó el cannabis en 2018, pero lo hizo por la puerta de atrás. Es una puerta trasera a la legalización".
Mientras que la marihuana no puede cruzar legalmente las fronteras estatales, los productos de cáñamo sí pueden. Mientras que algunos estados prohibieron los productos de THC derivados del cáñamo -y la Administración de Alimentos y Medicamentos emitió cartas de cese y desistimiento a las empresas por comercializar CBD y otros cannabinoides no psicoactivos como curas para enfermedades-, muchos estados optaron por regularlos.
El resultado es la creación de un mercado casi libre en el que los productos pueden hacerse en Indiana o Kentucky -estados donde la marihuana es ilegal- y enviarse a todo el país.
Y con docenas de nuevas empresas de bebidas que hacen brebajes de cannabis derivados del cáñamo, y distribuidores de alcohol y tiendas de licores lo suficientemente cómodos para venderlo, los estadounidenses que viven en estados donde la hierba sigue siendo ilegal, o no viven lo suficientemente cerca de un dispensario legal, pueden entrar en una tienda de licores y comprar una bebida de cáñamo y obtener su euforia.
En marzo de 2023, Stephen DuBose, un antiguo director de terminal de la compañía de petróleo y gas Kinder Morgan, junto con dos amigos, John Berdux y Liam Becker, lanzaron Levity, una empresa de bebidas espirituosas no alcohólicas con infusión de cáñamo.
Con sede en Charleston (Carolina del Sur), Levity hace tres bebidas diferentes con THC: Mellow Mash, su versión del whisky con notas de caramelo, roble y humo; Agave High Water, con un sabor similar al del tequila; y London High, una bebida inspirada en la ginebra. Envasada en botellas de 750 ml, cada bebida de cannabis contiene 50 mg de THC y 50 mg de CBG, otro cannabinoide, y se vende por unos 40 dólares.
Levity, que vende sus productos a distribuidores de alcohol, bares, restaurantes y licorerías de ocho estados, se expande este mes a Rhode Island y Massachusetts. DuBose afirma que la empresa generará 1,5 millones de dólares a finales de año, pero los ingresos se dispararán a más de 10 millones en 2024 debido a la demanda y a la expansión de Levity.
"Estamos creciendo demasiado rápido", afirma DuBose con humildad. "Siento que capturamos un rayo en una botella". Levity también empezará a vender cócteles en lata en diciembre -una de las categorías de bebidas espirituosas de más rápido crecimiento- que llevan nombres descarados relacionados con los cócteles, como Canngarita, Chronic Collins y Kentokey Mule.
Louis Police, fundador de Hi Seltzer, con sede en Louisville (Kentucky), envía latas de delta-8-THC -lo que se conoce como "THC lite" por sus propiedades psicoactivas menos potentes- a 3.000 locales de 23 estados.
Desde que inició las ventas en 2021, Hi Seltzer genera ahora 1,5 millones de dólares de ingresos al mes y espera alcanzar los 20 millones a finales de 2023. "La demanda fue casi insaciable", dice Police, explicando cómo su empresa comenzó a vender 10.000 latas al mes poco después del lanzamiento y ahora vende más de medio millón.
No sólo las empresas de nueva creación y los pequeños distribuidores están entrando en el negocio del cáñamo. En noviembre, Total Wine and More, la cadena de licorerías con 260 establecimientos en todo Estados Unidos, empezó a vender bebidas con THC en algunas tiendas de Minnesota.
Las bebidas sólo hacen alrededor del 2% de las ventas totales de cannabis en los dispensarios legales, según la empresa de análisis de datos sobre el cannabis Headset. Al fin y al cabo, la mayoría de los consumidores van a los dispensarios a comprar flores para armarse un porro, o a comprar un vaporizador o comestibles.
Pero a medida que los minoristas de bebidas alcohólicas y las tiendas de comestibles empiecen a vender productos con THC derivados del cáñamo, los dispensarios podrían convertirse en un lugar de paso para las bebidas con THC.
Adam Terry, cofundador de la empresa de bebidas de THC Cantrip, con sede en Massachusetts, que se vende en los establecimientos de Total Wine en Minnesota, afirma que la primera ficha de dominó que cae es la de la megatienda que vende seltz de marihuana. Pero no está de acuerdo con Kight en que los productos de THC derivados del cáñamo estén entrando por la puerta de atrás.
"En este momento, es la puerta principal", dice Terry. "La gente se encuentra con el THC en su vida cotidiana. Si salís a comprar un paquete de White Claws, puede que lo veas ahí mismo".
*Con información de Forbes US
