Internet y los libros de autoayuda están plagados de referencias a las personas tóxicas: cómo reconocerlas, por qué razón están mejor fuera de nuestras vidas y de qué manera podemos aprender a prescindir de ellas.
Estamos tan acostumbrados a pensar en términos de toxicidad y a evitar las malas influencias que parece mucho más difícil enunciar en positivo y hablar de todas esas personas que son deseables para cualquier persona.
Las personas de éxito han logrado rodearse de ellas, y cada faceta reseñable de ellas es capaz de desarrollar la capacidad para mejorar.
1. El relator
Esta es la clásica persona que llena los encuentros de experiencias personales que no cesan. Son ideales a la hora de inspirar a seguir en movimiento, siempre hacia adelante, y haciendo aflorar la ansiedad de aventuras que, aunque no lo creas, todos necesitamos en algún momento. Es ese amigo que no deja de recordarte que siempre podés aspirar a algo nuevo.
2. El líder
A veces molesto, pero siempre motivador. Es la clase de persona que te lleva al límite e intenta arrastrarte fuera de tu zona de confort, más allá de todas esas cosas que estás convencido de saber hacer. Si es necesario, están ahí para servirte de guía y no temen tomar la iniciativa. Simplemente, creen que son plenamente capaces de llevar a cabo lo que se propongan e intentan convencer a los demás de que es posible.
3. El extravagante
El amigo impredecible que nunca serás capaz de conocer del todo. Sus respuestas, que algunas veces son consideradas fuera de lugar, y la forma poco habitual de comportarse son en realidad un buen reflejo de que todas las cosas pueden hacerse de forma diferente, y que introducir la innovación y la creatividad en todos los ámbitos de tu vida es siempre una buena idea.
4. El oyente
Una persona que permanece con vos en los momentos críticos hasta que no tenés una palabra más que decir es uno de los pilares de una buena salud mental. Es capaz de hacernos sentir valorados incluso en los momentos en los que la autoestima y la confianza en uno mismo están en mínimos.
5. El feliz
Algunas de las personas más envidiadas son aquellas que saben sacar una sonrisa en todos los momentos, los que son capaces de extraer una lectura positiva de toda clase de situaciones. Su alegría es sumamente contagiosa, y es el tipo de persona que debería estar alrededor cuando parece que todo se derrumba. La energía positiva se transmite, y es la clase de energía que atrae, a su vez, resultados cada vez mejores.
6. El resolutivo
Esa clase de persona que siempre da una respuesta rápida y convincente ante los problemas que atravesás. Quizás parece que aporta siempre un análisis breve y sencillo, pero es precisamente aquél en el que no te habías parado a pensar. Son certeros y siempre saben mantener la distancia suficiente respecto a los hechos como para saber valorar todos los factores a tener en cuenta.
7. El coach
Aunque el proceso de evaluar nuestra vida y replantearnos alguna parte de ella es incómodo la mayoría de las veces, es una cuestión necesaria cuando se hace evidente que necesitás un cambio. El amigo que te obliga a pensar, ejerciendo más de coach que de emisor de la fórmula mágica para resolver los asuntos a su manera, te empujará suavemente hacia la reflexión que siempre hace falta para cincelar nuestra vida, prescindiendo de aquello que la está perjudicando, o cambiando una parte de ella para lograr una mejora notable.
*Nota publicada en Forbes España