Desde sus asientos en la ventana, los futuros visitantes que aterricen en el Aeropuerto Amerigo Vespucci de Florencia (a veces llamado Aeropuerto de Peretola) podrán contemplar un viñedo de 7,6 hectáreas que asciende suavemente hacia la nueva terminal internacional.
Este extraordinario elemento va a reflejar visualmente el vínculo integral de la Toscana con la viticultura y la elaboración del vino.
La Toscana, una de las principales regiones vinícolas del mundo, es conocida por sus prestigiosos vinos, como el Brunello di Montalcino, el Vino Nobile di Montepulciano, el Chianti, la Vernaccia di San Gimignano y los Supertoscanos, entre otros. Junto con la excelencia culinaria de la región, es un destino siempre popular para los amantes de la gastronomía y los vinos italianos.
Un aeropuerto de diseño innovador
Actualmente, la mayoría de los viajeros que llegan a Florencia aterrizan en los aeropuertos internacionales de Roma o Milán y luego toman un tren hasta Florencia. Sin embargo, el aeropuerto de Florencia, más diminuto, está a menos de seis kilómetros del centro de la ciudad, a 15 minutos en taxi. (Muchas compañías europeas vuelan al aeropuerto de Florencia).
Según el arquitecto del proyecto, Rafael Vinoly Architects, se espera que la nueva terminal, iluminada con tragaluces, pueda aceptar a más de 5,9 millones de pasajeros internacionales al año. El de Florencia es actualmente el menor de los dos aeropuertos de la región de Toscana; el mayor se encuentra en Pisa (aeropuerto Galileo Galilei).
Parte de la reforma del aeropuerto de Florencia consiste en alargar la corta pista del aeropuerto reorientándola 90 grados para alejarla de las colinas cercanas, lo que debería aumentar su capacidad. Además, hay planes para conectar la terminal del aeropuerto con un sistema sostenible de tren ligero a Florencia, haciéndolo aún más cómodo.
También se pensó mucho en hacer que la terminal, de 538 metros cuadrados, sea fácil de recorrer para los pasajeros. Las terminales de llegadas y salidas se van a distinguir fácilmente entre sí, ya que van a estar situadas frente a frente en un gran espacio público en el centro que los arquitectos bautizaron como "piazza".
Una zona de facturación en la planta baja de la terminal de salidas conduce a unas escaleras mecánicas que ascienden unos 6 metros hasta una plataforma en la que los viajeros van a encontrar instalaciones y servicios como inmigración, tiendas libres de impuestos, restaurantes y salones.
La plataforma de la planta superior salva tanto las llegadas como la plaza con puertas de embarque que dan a la pista y a las colinas.
Un nuevo hito de la ciudad
La llamativa pendiente hacia la parte superior de la terminal va a incluir 38 hileras de viñedos productivos en la terraza verde del edificio. Las uvas van a ser cultivadas y cosechadas por importantes viticultores de la región, y el vino se va a producir y envejecer in situ en bodegas especializadas.
"Esta enorme superficie, que oculta la terminal del aeropuerto cuando se ve desde el Duomo de Brunelleschi y otros puntos destacados de la ciudad, no sólo va a servir como nuevo hito para el futuro sostenible de la ciudad, sino también como símbolo de las tradiciones, la historia y el espíritu innovador que siguen impulsando la economía italiana en el siglo XXI", señalan los arquitectos en un anuncio del proyecto en su página web.
Según un informe de ArchDaily, se prevé que la construcción del proyecto, certificado LEED Platino, se lleve a cabo en dos fases, la primera en 2026 y la segunda en 2035.
*Con información de Forbes US