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Rafael Nadal.
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El otro torneo que Nadal le está ganando a Djokovic: la carrera por los sponsors

Sebastián Fest

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El tenista español regresó a la cumbre del tenis en 2002, al ganar el Abierto de Australia. Además, es la cara de Nike y Kia y busca captar a los patrocinantes que pierde Djokovic por convertirse en un ícono de los que no se vacunaron.

15 Marzo de 2022 15.49

Nunca alertes a tu rival cuando se está equivocando. La frase vale para el deporte, la política y los negocios, y le calza perfecta al Rafael Nadal versión 2002: un hombre que desafía a la edad, porque a los 35 años no es para nada normal regresar a la cumbre del rendimiento deportivo. 

A Nadal, hoy con ventaja en la lucha por ser el tenista más exitoso de todos los tiempos, le sale todo bien en 2022. Tres títulos ganados que incluyen un épico triunfo en la final del Abierto de Australia, y una inesperada ventaja sobre sus dos rivales en la disputa por la historia: sobre Roger Federer, porque el suizo no volverá a jugar hasta el tramo final de la temporada, ya con 41 años; y sobre Novak Djokovic, porque el serbio está siendo protagonista de una sucesión de momentos para el asombro, convertido en un confuso ícono libertario. 

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Todo esto no solo beneficia al Nadal tenista, también beneficia a sus negocios. Mientras él hace todo bien (y todo le sale bien, que no es lo mismo), Djokovic hace todo mal y todo le sale mal. Federer mira desde Suiza o los Emiratos Árabes, dependerá de dónde esté viviendo en el momento.

Los primeros compases del tenis en 2022 se resumen en Nadal adelantándose en la carrera por ganar la mayor cantidad de títulos de Grand Slam (suma ahora 21, contra 20 de Djokovic y otros tantos de Federer) y en Djokovic protagonizando un culebrón en Australia: la combinación de las dos situaciones convierte al español en el refugio más seguro y rentable para cualquier inversión publicitaria.

A Nadal se lo vio recientemente en Indian Wells acompañado de los máximos responsables de una cervecera, todos felices compartiendo una mesa en el torneo. No solo se los vio: la cuenta de Instagram de Nadal se ocupó de exhibir expresamente esa sociedad, algo que pocas veces hace. 

 

Es cuestión de negocios, claro, pero también alegría por lo que está viviendo. "Tras perder la semifinal de Roland Garros 2021 con Djokovic estuve dos semanas sin poder caminar", reveló Nadal recientemente. Todo, debido a la lesión crónica que sufre en su pie izquierdo, la misma que hace 18 años llevó a un doctor a decirle que no podría seguir en el tenis de alta competencia. Nadal llegó a imaginarse incluso un futuro como golfista.

Lo equivocado que estaba aquel médico...

Hombre de sociedades firmes y sostenidas en el tiempo (su tío Toni lo entrenó por más de 20 años, su equipo de trabajo es prácticamente el mismo desde sus inicios), Nadal tiene desde el comienzo de su carrera acuerdos con la estadounidense Nike y con la automotriz surcoreana Kia como dos de sus patrocinadores clave. 

No cambia, no da bandazos, a lo sumo le pide a Nike volver a vestir aquella remera sin mangas que usó en los inicios de su carrera y que revolucionó por entonces al tenis. Un pedido a contramano de la estrategia que fue siguiendo la firma estadounidense, que cuando rondaba los veinte años instaló a Nadal como una exuberante fuerza juvenil, y por eso jugaba sin mangas, y camino a los 30 lo reconvirtió en un deportista más sobrio, ya en un hombre, aunque sin perder el color y la frescura. Su contraparte era Federer, siempre elegante, aunque de tanto en tanto con alguna extraña estridencia. Ese juego de opuestos se quebró cuando el suizo firmó contrato con la japonesa Uniqlo.

 

Nada impedía, sin embargo, que cada uno de los grandes contara con patrocinadores de envergadura y se repartiera la torta publicitaria. Si Federer vestía un Rolex, Nadal le daba presencia a una marca algo menos conocida, Richard Mille, mientras Djokovic llevaba Hublot en su muñeca. Lo mismo con la vestimenta: Nike para Nadal, Uniqlo para Federer, Lacoste para Djokovic.

Hasta que llegó el insólito enero de 2022 en Australia y el ecosistema se alteró.

Djokovic

¿Qué ventajas ofrece patrocinar hoy a Djokovic? O dicho de otro modo, ¿es peligroso y contraproducente hacerlo?

Eso pareció entender Peugeot, sin decirlo. "No vamos a continuar con el contrato", dijo Carlos Tavares, CEO del Grupo Stellantis, dueño de Peugeot. Y sigue abierta la duda acerca de qué hará Lacoste, que en enero anunció que conversaría con el serbio para entender mejor sus posiciones y decidir qué hacer de ahora en más. Hublot, en cambio, dijo que permanecerá fiel al serbio: su aura rebelde y en contra de los poderes mundiales lo hace atractivo para un sector de los consumidores.

Así y todo, los 30 millones de dólares que sumó en contratos publicitarios en 2021 están claramente en peligro para Djokovic, que no sumará esa cifra en 2022. Sus dificultades, sin embargo, van más allá de los contratos. 

Por un lado, la ATP (el ente rector del tenis masculino) no le ha dado su respaldo, tomó una notable distancia de las actitudes de su número uno.

Por el otro, parte de lo que pierde Djokovic puede encaminarse hacia Nadal, que literalmente no ha roto una raqueta en su vida, algo de lo que no pueden jactarse ni el serbio ni el suizo.

En un mundo turbulento, el tenis también está alterado. Su número uno genera rechazo en amplios sectores (y apoyos enardecidos en otros), su símbolo de los últimos años, Federer, está fuera de juego, y representantes de la nueva generación, como el ruso Daniil Medvedev o el alemán Alexander Zverev, muestran conductas poco edificantes con demasiada frecuencia.

Es así, el momento de Nadal, la edad de oro del español.

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