Es un licor, elaborado con ralladura de limón -contiene los aceites esenciales-, azúcar y alcohol neutro, forma parte de la gastronomía mediterránea tanto como algunos de sus platos más conocidos, lo que conocemos como limoncello son muchas recetas que se han conservado durante más de 100 años, transmitiéndose de generación en generación.
Se puede beber directamente del congelador (la forma más común de consumirlo) o bien helado, del frezzer, servido en shot en un vaso, solo, con hielo o como parte de un cóctel de un refrescante limoncello spritz.
Suele tener entre un 28 y un 32 % de alcohol, así que no es la bebida más fuerte, pero tampoco la más ligera. La mayoría deja un agradable cosquilleo en la garganta, a la vez que es muy refrescante y cítrica. Aunque se sirve en vaso de chupito, está pensada para tomarse a sorbos, disfrutando de cada gota como digestivo después de una comida abundante.
El nacimiento del limoncello está envuelto en misterio. Cuenta la leyenda que el licor fue inventado por monjes en la península de Sorrento en el siglo XVII. Para combatir el frío invernal, preparaban un licor a base de limón y miel. La receta se transmitiría de generación en generación hasta convertirse en el limoncello que conocemos hoy.
Otra teoría sostiene que el limoncello fue creado en el siglo XIX por una familia de campesinos de Amalfi. Para conservar los limones en invierno, los dejaban macerar en alcohol. El resultado habría sido un licor de sabor único, primero para consumo familiar y luego como un producto autóctono para comercializar.
Iltico, el limoncello y un sueño más allá del limón
Así como en la original Italia, el limoncello continuó su evolución como bebida de modo artesanal, de manera familiar, de boca en boca, siempre con el secreto y la particularidad que cada familia le daba y la originalidad de un producto reconocidamente como italiano tal cual su nombre lo indica.
Con ese ADN bien claro, el descendiente de italianos, Luis Silvetti, comienza la producción de limoncello en 1998 como un homenaje a la tradición italiana del limoncello, pero con una visión audaz: aprovechar los recursos naturales de Tucumán -más precisamente en Tafí Viejo- para crear un producto único en base a uno de los productos icónicos de la provincia que es proveedor de un cítrico no solo clave para la producción de este tradicional licor artesanal sino también de una de las bebidas gaseosas más reconocidas del mundo como lo es la Coca-Cola.
El desarrollo y la evolución de Iltico, es la continuación del trabajo del Luis Silvetti quien comenzó con la producción local en argentina primero del limón y luego del de limoncello cuyo legado familiar hoy continúa su sobrino Nicolás Silvetti junto al experto en comercialización Agustín Liendo como socio y responsable del desarrollo de productos y darlos a conocer al mundo.
En la actualidad, la empresa opera desde una planta moderna en la provincia, equipada con tecnología de vanguardia que permite cumplir con los estándares internacionales necesarios para competir en un segmento donde la premiumización de las espirituosas son la clave para pelear con otras etiquetas de gran calidad originales de países como Italia y España.
El proceso artesanal es su sello distintivo: pelado manual de cáscaras de limón para preservar los aceites esenciales y evitar el amargor, y uso de alcohol de cereal tridestilado que garantiza pureza y suavidad al paladar. Estos detalles técnicos posicionan su producto como superior frente a la competencia, incluso en mercados exigentes como Europa.
Productos que desafían lo convencional
Iltico rompe con lo establecido en el sector con dos variantes exclusivas, siempre pensando en los consumidores y la necesidad de ofrecer información clara y concreta sobre el producto que se está consumiendo.
Limoncello No. 9 : Utiliza 9 cáscaras de limón por botella.
Limoncello No. 18 : Con 18 cáscaras, ofrece un perfil de sabor más intenso.
Ambos vienen en botellas de 750 ml (mayores que las estándar) y estuches rígidos, diseñados para regalo y consumo premium. Esta estrategia de diferenciación ha captado la atención de hoteles de lujo como Alvear, Sheraton Retiro y Faena, donde el producto ya forma parte de sus cartas.
Marketing disruptivo y expansión estratégica
La empresa no se limita a vender licores: crea experiencias y en su enfoque incluye:
Degustaciones en eventos deportivos y ferias, como la próxima edición de Caminos y Sabores en La Rural (6-9 de julio).
Promoción en coctelería y pastelería, ampliando su uso más allá del consumo tradicional.
Alianzas con marcas ABC1 como La Ellersitina Polo y Miranda Bosch Real State , reforzando su imagen premium.
Este modelo busca atraer a millennials sin descuidar su público tradicional (mayores de 50 años con afinidad cultural italiana). La presencia en Dufry (aeropuertos Ezeiza y Aeroparque) y Shoppgallery (Buquebus) refleja su ambición de llegar a viajeros internacionales.
Responsabilidad social: el corazón de la marca
Iltico integra inclusión laboral en su ADN. Colabora con escuelas técnicas para capacitar jóvenes y apoya la reinserción de personas en institutos penales , ofreciéndoles oportunidades en procesos artesanales. Esta filosofía no solo fortalece su imagen, sino que contribuye al desarrollo comunitario.
Un modelo escalable con proyección global
Con una planta certificada internacionalmente y una producción que supera a Sicilia (región italiana tradicionalmente asociada al limoncello), Iltico demuestra que la artesanía y la innovación pueden coexistir. Su enfoque en calidad técnica y experiencia del consumidor lo posiciona como un caso de estudio para emprendimientos que buscan trascender fronteras.
Para quienes buscan un ejemplo de cómo tradición y modernidad pueden generar un negocio exitoso, Iltico es más que un licor: es una lección de estrategia y pasión.
Entre los mejores limoncellos del mundo
Todos ellos se pueden encontrar en los duty free de los aeropuertos más importantes del mundo. El precio de todos ellos ronda entre los 20 y los 30 dólares. El gusto puede ser muy personal, y mientras algunos prefieren que su digestivo les dé un ligero cosquilleo en la garganta, otros prefieren un limoncello más cítrico.
Por eso, como la oferta de los limoncellos de Iltico, hay opciones para todos los gustos, considerando los aspectos más importantes de un buen limoncello: dulce (pero no demasiado), con un intenso sabor cítrico, o aquellos que dejan la lengua fresca y limpia.
Licor de limoncello Pallini
Bien cremoso, como le gusta a muchos fanáticos de esta bebida. La familia Pallini elabora esta mezcla natural desde 1875 con limones sfusato, que se encuentran exclusivamente en la costa amalfitana. Es el único limón cuya cáscara se puede morder y comer, ya que es dulce en lugar de amarga. Pallini es una de las empresas más antiguas de Roma en la industria de las bebidas, y es conocida en Italia por este limoncello. Bien dulce aunque no resulta empalagoso.
Limoncello Santa Marta
Para los que prefieren un limoncello dulce, esta es una gran opción. Tiene un delicioso aroma dulce y cítrico y arde un poco la garganta, pero no es demasiado fuerte.
Licor de limoncello Tosolini
Es uno de los más tradicionales y reconocidos de Italia. Cuando Giuseppe (Bepi) Tosolini fundó la destilería que lleva su nombre en 1943, se dedicaba exclusivamente a la grappa. En aquel entonces, era una bebida económica, consumida principalmente por los trabajadores, y Giuseppe se propuso elaborar una versión de mayor calidad, revolucionando la percepción de la bebida a nivel mundial. Para el limoncello, se utilizan cáscaras verdes y amarillas de limones de Amalfi y Sicilia, que se infusionan con grappa y se destilan. La bebida tiene un aroma cítrico y un color amarillo ligeramente más brillante que el de otras que hemos probado.
Limoncello Luxardo
Uno de los más reconocidos. Natural y artesanal, según la famosa destilería, todavía se elabora con la receta familiar introducida por primera vez en 1905, aunque fue modificada ligeramente en 2010 para incluir un 25 % más de limones.
De aroma muy cítrico y nos pareció similar al de Santa Marta, su final es un poco amargo y se destaca.