Para Gonzalo Julián Conde la vida se divide en dos momentos. Aquellos en los que puede ser Gonzalo, el chico de 24 años que nació en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, y el resto, cuando es Biza, el productor musical que este año se convirtió en el argentino más escuchado de la historia con más de 33 millones de oyentes mensuales.
Trato de no analizar el éxito. No me fijo mucho en eso de cómo me ve la gente. Hay colegas que me agradecen que haya ayudado a que crezca la figura del productor. Me hace feliz que la gente me vea como un referente, no puedo negar que estoy muy agradecido, confiesa Gonzalo -hoy conocido en todo el mundo como Bizarrap- a Forbes España, uno de los tantos países que vibra con sus creaciones.
Siempre con gorra y gruesas gafas de sol que cubren gran parte de su rostro e impiden ver sus ojos, un estilo con el cual marca tendencia pero que también lo ayuda a mantener cierto grado de anonimato cuando está en público, este año generó el hit más grande de la música nacional: la Bzrp Music Sessions, Vol. 52, con el artista español Quevedo. Al cierre de esta edición, la canción cuenta con más de 723 millones de reproducciones en Spotify y más de 361,3 millones de visualizaciones en YouTube, cifras impensadas hasta hace poco tiempo para un músico nacido en la Argentina.
Durante semanas, la canción se posicionó como la más popular del planeta. Con una base que mezcla géneros urbanos y electrónica, fue el producto ideal para el verano europeo y se bailó en bares, boliches y festivales. Del otro lado del Atlántico, nadie quiso quedar afuera del suceso y la Sessions se reprodujo en todos los espacios posibles: desde casas y departamentos hasta calles y clubes de barrio. Incluso llegó a reversionarse para ser cantada en canchas de fútbol y otros espectáculos deportivos.
Justo lo hablaba con Quevedo cuando conocimos la noticia, no lo podíamos creer. Había canciones que habían creado más revuelo antes de salir, recuerda Bizarrap en diálogo con Forbes. Y agrega: Con Paulo Londra llegamos al segundo puesto mundial y me había quedado con esa espina [risas]. Y esta sabía que podía ir bien, porque la canción me encanta, pero tuvo una recepción de la gente impresionante. No me lo esperaba, pero la música sorprende.
De Ramos Mejía al mundo: la historia de Bizarrap
Nacido en 1998, Gonzalo era hasta hace poco tiempo un típico adolescente del conurbano bonaerense. Hincha de Vélez Sarsfield y amante de la música, pasaba sus semanas entre la escuela, el estadio de El Fortín y reuniones con amigos o familiares en su barrio natal de La Matanza. En mi casa hubo siempre música. Justo el otro día estaba escuchando junto a mis padres Juana La Loca, que es una banda que me gusta de Argentina, y me dijeron que antes de que naciera me llevaron a un recital suyo y desde la panza ya estaba pateando. Después siempre escuché mucha música, a mi papá le gustó tener discos, cuenta entre risas.
Si bien nunca tuvo una formación tradicional respecto a la música, algo de ese arte lo atrajo desde pequeño y lo llevó a incursionar de forma autodidacta. Me gustaba mucho el rap y la música electrónica y me descargué el software para producir. Empecé a aprender solo. Agarraba canciones que me gustaban, las extraía 'a capella' y las mezclaba, recuerda sobre esos primeros momentos en los que empezó a surgir el talento que lleva dentro. Y agrega: Fueron años en los que hice música sin grabar voces, solamente remixes. Un par de amigos del colegio también lo empezaron a usar y aprendimos juntos a producir. Luego yo seguí, viendo tutoriales de YouTube.
Una vez finalizada la secundaria, decidió anotarse en la facultad para cursar materias relacionadas al marketing y la publicidad. Pero apasionado por lo que veía en fenómenos como el Quinto Escalón, esas riñas de gallos en las cuales participaban Duki, YSY A y Paulo Londra, entre otros referentes urbanos, comenzó a impulsar dos proyectos a los que llamó Freestyle Sessions y Music Sessions, en los cuales invitaba a jóvenes de la escena argentina para realizar colaboraciones y luego difundirlas por plataformas como YouTube, Spotify e Instagram bajo el nombre Bizarrap.
De a poco, esa faceta de su vida creció y cada vez consumía más horas de su rutina. Llegué a quedarme dormido en las clases porque a veces terminaba de producir a la madrugada. Al final tuve que decidir de jar la facultad para dedicarme de lleno a la producción. Por suerte lo charlé con mis padres, que lo entendieron y me apoyaron, cuenta el productor que hasta 2018 no empezó a crear su propia música.
Con la mente enfocada en la producción, las Sessions se multiplicaron rápidamente. Se realizaban en el cuarto de su casa en Ramos Mejía, donde poco a poco montó un estudio que le permitió profesionalizar sus creaciones. Lo importante es el mensaje que intento dar. Si lo hago en un estudio megazarpado, no se va a sentir identificado el pibe de 15 años que fui yo alguna vez, explicó luego de rechazar un contrato con un sello discográfico internacional para no perder su formato de producción.
La apuesta funcionó. El crecimiento no se detuvo y él mantuvo el poder de decisión sobre el contenido. A mí me gusta poner al artista delante de mí, incluso su nombre aparece antes que el mío. No sé, siento que desde mi lugar de productor puedo situar al artista dando la cara y, sin embargo, tener mi protagonismo. Supongo que es algo que viene de mi timidez, de mi personalidad, reflexiona Biza.
Además de producir, Bizarrap también se presenta en festivales de todo el mundo y cerró acuerdos comerciales con empresas locales e internacionales.
Cazzu, Khea, Nicki Nicole, Trueno y Ca7triel fueron solo algunos de los primeros artistas que trabajaron junto a él desde su lanzamiento oficial como productor. Hasta que en noviembre de 2020 llegó Nathy Peluso para la Sessions #36, una de las canciones que terminarían por impulsarlo a la fama internacional. Al día de hoy, la colaboración con la argentina radicada en Barcelona cuenta con 224.605.929 millones de reproducciones en Spotify y 344 millones de visualizaciones en YouTube. Además, incluyó un video de prelanzamiento que, de alguna manera, demostró la visión que tenía Bizarrap para el futuro: que todas las creaciones contaran una historia y eso permitiera generar una comunidad alrededor de ellas más allá de la canción en sí misma.
A partir de ese momento, la carrera del productor fue meteórica. Temas con artistas internacionales como Anuel, Residente y Nicky Jam, presentaciones en los principales festivales internacionales y reconocimientos de estrellas del deporte como Lionel Messi, fueron solo algunos de los hechos que marcaron su desembarco en el estrellato de la industria musical.
En paralelo a la música, los negocios
Sostener la estructura de producción que tiene Bizarrap no es sencillo y requiere de inversiones constantes. A eso se suma que el negocio de la música mutó con la digitalización de los formatos y en la actualidad los ingresos se obtienen a través de plataformas o shows en vivo, que también necesitan de grandes sumas de dinero para poder ejecutarse respetando los altos estándares de seguridad y calidad que las autoridades y el público demandan.
Para lograr que estos aspectos se articulen de forma correcta, el artista trabaja de cerca con Federico Lauria, productor con más de 20 años de experiencia y fundador del sello discográfico DALE PLAY Records, del cual forman parte artistas como Duki y Nicki Nicole. Además, es responsable de llevar a cabo en el país conciertos de músicos globales como Daddy Yankee, Bad Bunny y Maluma.
Lo principal es entender que a ellos les pasó todo muy rápido y que no es fácil. Hay que entenderlo, uno no le puede exigir a un artista de 19 o 20 años que tenga la madurez de uno que con diez años de carrera llegó adonde ellos llegaron en un año, reflexiona Lauria sobre la meteórica fama de los jóvenes artistas. Y agrega: Toda esa vorágine y ese proceso es difícil de asimilar en meses. Hay que acompañarlos, estar cerca de ellos y de sus familias, rodearlos de buena gente que los cuide. Intentar no presionarlos, ordenarles sus negocios y estructuras. Posiblemente pasan de tener casi cero a mucho en poco tiempo y hay que acompañarlos en ese proceso.
En ese sentido, y como sucede con sus compañeros, ni Bizarrap ni su entorno revelan cuánto dinero factura el productor a partir de sus temas, shows y alianzas estratégicas con algunas empresas. De todas formas, existen algunos parámetros que ayudan a tener una idea. Por lo general, se estima que Spotify paga US$ 0,00357 por cada reproducción, una cifra que la compañía nunca aceptó pero tampoco negó. Según reveló la propia empresa de streaming, durante 2021 Bizarrap tuvo alrededor de 1.250 millones de reproducciones en la plataforma, lo que daría un estimado de más de US$ 4,4 millones. Este año alcanza la mitad de esa cifra solo con la canción que realizó junto con Quevedo, por lo que se espera que supere ampliamente su récord personal.
En relación con las visualizaciones en YouTube, la plataforma realiza acuerdos con aquellos usuarios que generan contenido destacado. Esto variaría entre los US$ 2 y los US$ 34 cada 1.000 visualizaciones según los arreglos comerciales que puedan existir. En el caso de Bizarrap, su canal oficial cuenta con 16 millones de suscriptores y los cuatro videos que subió en 2022 superan las 750 millones de visualizaciones. Tomando un promedio, se podría calcular unos US$ 11 millones. FORBES se comunicó con el entorno del artista pero indicaron que no hablan de dinero y que actualmente están enfocados en los lanzamientos.
La Bzrp Music Sessions, Vol. 52, con Quevedo, es el hit más grande de la música nacional, con más de 1.000 reproducciones en las distintas plataformas de streaming.
A esto se suma que, gracias al éxito internacional que alcanzó, los organizadores de los festivales más importantes de Europa y América latina lo quieren en sus line-ups. Así es como ya se presentó en el Lollapalooza y el Big Sound, entre otros espacios emblemáticos, lo que generó una nueva fuente de ingresos para él y su equipo.
Finalmente, el joven productor también cierra acuerdos comerciales con distintas empresas locales e internacionales. Recientemente se asoció con el unicornio Globant para enviar a dos fanáticos al Mundial de Qatar. También suma alianzas con Enigma, compañía productora de NFT fundada por los hijos de Martín Migoya, CEO de Globant; y con la empresa 2K Games, dueña de los derechos de la NBA para desarrollar el videojuego de la liga y cuya última edición incluye una Sessions y una versión digital de Bizarrap.
De esa manera, el joven productor que empezó a crear música en su habitación de Ramos Mejía sin saber que terminaría siendo el argentino más escuchado de la historia construyó en pocos años una carrera y un imperio global. Hoy, según revela, su dinámica cambió. Antes trataba de hacer beats (ritmos) todo el tiempo, pero ahora intento solo producir música que vaya a salir. Hago canciones completas, cuando antes hacía diez beats al día, explica Biza. Y concluye con una frase que demuestra que nadie quiere perder la oportunidad de estar en el producto más popular del momento: Ahora me junto con los artistas en vivo y surge en el momento. Si llego a Madrid y quiero colaborar con alguien, simplemente lo llamo y lo hacemos.