La empresa desarrolladora de videojuegos EA Sports, anunció a través de una carta de su director general, Cam Weber, que la compañía está explorando opciones para cambiar el nombre a uno de los videojuegos más populares del mundo: la saga FIFA.
Actualmente, EA Sports paga una licencia al principal ente regidor del fútbol en el mundo, la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), para poder utilizar este nombre. Pero el trato con la federación no incluye mucho más, aparte del derecho a poder tener en el juego la Copa del Mundo como modalidad de juego.
Es decir, al contrario de lo que muchos podrían imaginarse, el acuerdo con la FIFA no otorga ningún derecho sobre la imagen de los jugadores o las ligas nacionales. Estas licencias se contratan con FIFPRO, el sindicato internacional de jugadores profesionales, que tiene un paquete que incluye alrededor de 17 mil jugadores. El resto de los acuerdos se realizan con las competiciones como LaLiga, la Premier League o la Serie A.
La asociación entre EA Sports y la FIFA se remonta al año 1993, cuando firmaron un acuerdo exclusivo para los derechos del ente del fútbol. Con el tiempo, se puede afirmar que no hay duda alguna de que fue una relación determinante para el éxito de EA Sports con su juego, ya que le permitió desmarcarse en un mercado muy competitivo en donde numerosas empresas intentan capitalizar sobre las externalidades positivas de un deporte tan popular como el fútbol: desde competidores directos de EA Sports como el nuevo eFootball que reemplaza al anterior Pro Evolution Soccer (PES), pasando por juegos de mesa como el Subbuteo y su eterna competición con el entretenimiento digital, hasta los slots en línea con una variedad de diseños y temáticas, incluyendo del fútbol, como el Matchday Millions.
Pero la realidad es que el juego de EA Sports ya tiene un nombre propio. El riesgo de que la empresa haga perder valor a su juego por cambiarle de nombre es muy bajo, por no decir nulo. EA Sports genera una facturación cercana a los 5 mil millones de euros al año, y el peso del juego FIFA es de alrededor de 3.5 mil millones de euros, es decir, mucho más de la mitad de los ingresos que genera la empresa estadounidense. Las acciones de EA Sports cotizaban a 10 euros hace solo diez años y a día de hoy se valoran en 100 euros por acción en la bolsa de valores.
Más de 325 millones de copias vendidas en todo el mundo hasta FIFA 21, 7.5 mil millones de partidas al año en las modalidades online del juego: la base de fans que tiene el juego es inconmensurable. Y la popularidad de este juego no se limita a los fanáticos del fútbol, sino que también es un juego en auge entre futbolistas profesionales que crecieron jugando al FIFA y ahora se ven en el juego.
Además, las notas que EA Sports otorga a las habilidades de los jugadores representan un motivo de debate profundo en redes sociales y son importantes para los propios jugadores como lo atestigua la última campaña de FIFA 22 que se hizo con el Liverpool.
Todo esto indica a que, si EA Sports decidiera cambiar el nombre a, por ejemplo, EA Sports Football 23, seguramente no tendrían problemas en continuar por el camino exitoso que ya lograron cementar en la industria de juegos.
Y aparte de estos argumentos, EA Sports tiene motivos como para pensar en que esta asociación termina beneficiando incluso más a la FIFA que a la propia empresa. Hay que pensar que el ente regulador del fútbol está envuelto en diferentes polémicas que salieron a flote en los últimos años, además de algunos escándalos alrededor de la próxima Copa del Mundo en Qatar.
La dolorosa realidad para la FIFA es que EA Sports ya tiene suficiente peso como para vivir por su propia cuenta, y parecería que es una cuestión de tiempo para que ocurra.