El vermut es una bebida alcohólica aromatizada que se elabora a partir de vino, hierbas y especias. Tiene una larga historia y es muy apreciado en varios países, especialmente en Europa, donde se asocia con tradiciones culturales y sociales.
La palabra "vermut" proviene del término alemán "wermut", que significa ajenjo, una de las hierbas amargas que se utilizan en su elaboración. Históricamente, se atribuye a Hipócrates, el padre de la medicina, la creación de una bebida a base de vino y hierbas aromáticas como remedio medicinal. Sin embargo, la versión moderna del vermut, tal como la conocemos hoy en día, se desarrolló en Italia durante el siglo XVIII.
En el siglo XIX, el vermut ganó popularidad en Europa, especialmente en Italia y Francia, donde se convirtió en una bebida de moda y se consumía como aperitivo. Desde entonces, fue asociado con la cultura y la vida social de varios países del mundo, y su popularidad no paró de crecer.
Argentina tiene una rica tradición de consumo de vermut, que se remonta a la inmigración italiana y española en el país. La bebida logró inmiscuirse en la cultura social argentina y es comúnmente consumido como aperitivo o ingrediente en cócteles populares como el "vermut con soda" o el "vermut con jugo de naranja".
El auge en Argentina
El vermut argentino es conocido por su calidad y variedad, con muchas marcas locales que producen una amplia gama de estilos y sabores. Buenos Aires es particularmente conocida por su escena de bares y coctelería, donde el vermut desempeña un papel destacado.
De acuerdo con los datos de International Wine and Spirits Report (IWSR), 2022 representó el quinto año consecutivo de crecimiento de la categoría vermut: un 10% en promedio desde 2018. En la Argentina se consumen casi 8 millones de litros de vermut por año, con una estimación de crecimiento que sigue siendo positiva.
Paralelamente, según datos de la consultora de mercado Scentia, durante el 2023, la subcategoría de vermuts creció un 47% en volumen comparado al 2022. Cinzano lo hizo en un 51%, y es la marca líder del mercado, con un market share superior al 70%.
Estefanía Jacobs, Gerenta de Marca Cinzano en Campari Group Argentina, observa un aumento del consumo entre los más jóvenes -de entre 18 a 24 años- y un “consumo regular” que se da con más frecuencia entre la franja de 35 a 44 años.
Cinzano afianza su posición con Cinzano Segundo, el lanzamiento que realizó a fines del 2022. Se trata del primer vermut de la casa, fundada en 1757 en Turín, Italia, desarrollado fuera del país europeo. A diferencia de la fórmula original, que tiene como base vino blanco, Segundo opta por un Malbec de Luján de Cuyo, Mendoza, y su elaboración implica dos maceraciones.
En la Argentina se consumen casi 8 millones de litros de vermut por año.
“Nuestro principal objetivo a la hora de planificar el lanzamiento de Cinzano Segundo fue trabajar sobre una innovación 100% local, usando vino Malbec como base, en un nuevo producto pensado para competir en el segmento premium y, a la vez, sumar a nuevos consumidores”, destaca Maria Carolina Gentile, Directora de Marketing de Campari Group Argentina.
Las bodegas también incursionan
Andrés Ridois, fundador de la bodega Sin Reglas, siente que, de alguna manera, siempre estuvieron inmersos en el mundo del vermut. “El vermut no es simplemente un negocio por sí mismo, sino que forma parte de una cultura, de un movimiento arraigado en la cultura italiana, francesa y española”, explica.
“El vermut es una bebida esencialmente vínica, por lo que no estamos hablando de un producto ajeno a nuestro negocio como bodega. Está intrínsecamente relacionado con nuestra propia cultura, que es la producción de vino”, precisa Ridois, antes de introducir en la conversación a Mil Demonios Rosso, el primer vermut de la bodega.
“En el caso del Mil Demonios Rosso, se trata de volver a nuestras raíces. Recuerdo a mi padre, y a las personas con las que crecí, donde el vermut con hielo era un elemento básico en la mesa. Cada uno tenía su propia mezcla, ya que se solían combinar. A partir de eso, se creaba ese momento especial de los domingos durante la comida. Este ritual, que antes era más rápido y espontáneo, ahora requiere un poco más de protocolo”, profundiza en medio de una chispa de nostalgia.
Es que, para Ridois, el vermut es el “apego por la cultura y los recuerdos”. “Me parece que el vermut es atemporal, pero en esencia, representa un retorno a nuestras raíces. Esto es lo que hace un bodeguero: tomar la uva, que es la materia prima de la agricultura, y transformarla en diferentes productos, como vino, vermut, ratafía, armagnac, coñac, así como algunos destilados y otros vinos”, continúa.
Bodega Piedra Negra, la casa productora de bebidas propiedad del bordelés François Lurton y de su esposa Sabine, propone celebrar este día especial con una de sus más exquisitas creaciones: el Vermouth Léonce Rosé Criolla. Además de ser muy refrescante, destaca por la complejidad de aromas y sabores que ofrece y por su versatilidad como ingrediente para elaborar tragos exquisitos y novedosos.
Bérénice GRU, LATAM Sales Manager Domaine Francois Lurton, cuenta que se hicieron unas 10 mil botellas en 2023. “La idea es ir produciendo pequeños lotes de 5 mil botellas para cada vermut, Criolla y Malbec, para ajustar el perfil aromático e ir acercándonos al gusto consumidor”, explica. También revela que, entre uno y otro, el ratio de venta es casi mitad y mitad, pero el Léonce Malbec supera un poco el Léonce Criolla por su estilo más "espíritu Malbec" que les encanta a los argentinos.
“Este vermut de malbec tiene una sutil presencia herbácea y mentolada. Con el tiempo, fuimos equilibrando para que sea más amable en boca y más cercana al gusto dulce que tienen los consumidores locales”, complementa Bérénice GRU.
Las tendencias que llegan
Al momento de hablar de tendencias, Jacobs sostiene que, desde Cinzano, observan que el bienestar ya no es una elección sino una necesidad. “En los últimos dos años, un 32% de los millennials argentinos que cambió de trabajo lo hizo pensando en lograr un justo equilibrio entre trabajo y vida personal, de acuerdo con un estudio de Deloitte”, introduce la ejecutiva. “Este bienestar también conlleva un mayor cuidado de la salud mental y física y, en ese marco, las bebidas alcohólicas predilectas son las que están hechas a base de ingredientes naturales, como las hierbas, y que conllevan menor graduación alcohólica”, agrega.
Por su parte, Bérénice GRU opina que las tendencias de consumo de vinos y destilados cambiaron mucho en los últimos años. “Hay una inclinación al cuidado del bienestar en general y, en el caso de las bebidas, se traduce en menor consumo de alcohol y de ser más exigente en las elecciones, contemplando cuestiones vinculadas a la forma de producción, la certificación ambiental, y elaboraciones con menor intervención en los productos, entre otras cosas. El consumidor está más educado, atento y curioso”, amplía.