De un local en Palermo a $ 165 millones al mes: cómo Koko Bao Bar puso de moda los baos en Argentina
Con un modelo de franquicias en plena expansión, la marca lidera el mercado de los baos en Buenos Aires y proyecta su crecimiento hacia nuevos horizontes.

Buenos Aires se encuentra en su punto cúlmine para los foodies -y la gastronomía asiática no es la excepción. En 2017, de la mano de María Denise Siciliano y Mateo Renzulli con Ary Lukide, abrió su primer local Koko Bao Bar, un pequeño local en Palermo dedicado exclusivamente a un producto que con el tiempo fue cosechando muchos fanáticos: los baos rellenos al mejor estilo taiwanés.

Este primer local, de apenas 45 metros cuadrados, fue el puntapié inicial para que la marca comenzara un proceso de expansión que sigue hasta hoy. Así, ya hay tres sucursales: una en Palermo, una en el espacio Manduca del Paseo la Plaza y la otra en el espacio Ronda, dentro del DOT Baires Shopping.

Lo primero que hay que saber para hablar de Koko Bao Bar es de qué se trata exactamente su producto: los baos son en esencia panes al vapor que se distinguen por su color blanco sin corteza, bien esponjosos y ligeros, dueños de una textura tierna y bien suave, y de un sabor apenas dulzón. Este producto, hasta la llegada del primer local, no era algo extremadamente difundido en Argentina y sin dudas llegó a la Ciudad de Buenos Aires a marcar tendencia. El proceso de elaboración del producto en Koko es artesanal.

 

Si bien en un principio la expansión como objetivo no estaba definido, con el tiempo comenzó a tomar preponderancia. "La idea de franquiciar y expandirse surgió durante la pandemia", explica a Forbes la socia gerente, Siciliano, y añade que por aquel entonces Koko Bao Bar ya realizaba delivery a una gran cantidad de barrios de la Ciudad de Buenos Aires, lo cual los volvió más "conscientes de la verdadera demanda del producto y de su gran potencial".

Desde ese momento, la marca se centra en el proceso de franquiciado como una forma de ampliarse a nuevos horizontes y hacer que más gente conozca este producto proveniente de Taiwán que tanto fanatismo generó en la ciudad desde su aparición. "Nuestra propuesta es atractiva para un público muy amplio y sabemos que funciona, teniendo el know how y la logística que tenemos", comenta Siciliano. Definitivamente, el modelo de franquicias fue un antes y un después en la vida operativa de la empresa que dio un gran salto desde que comenzó a trabajar de esta manera.

koko bao bar

En este momento y primera etapa, la intención de la marca es hacer foco en nuevas áreas de CABA como así también en el primer cordón del Conurbano Bonaerense, con la intención de poder acompañar y supervisar de manera correcta y asertiva el franquiciado.

Koko, en números

De acuerdo con Siciliano, la planta de producción de Koko está elaborando alrededor de 60.000 baos por mes, los cuales a su vez son distribuidos de manera semanal a cada sede en camiones refrigerados. De esta misma forma también se transportan dumplings, carnes, salsas y demás integrantes del menú. Esta producción se encuentra en pleno proceso de crecimiento y se espera que siga aumentando con el tiempo.

En octubre de 2024, la facturación total de la empresa fue de $ 165 millones entre las tres sucursales, con una venta estimada de 2.500 baos por mes. La estrategia de Koko también se basó en una expansión de su menú que logró que más gente se interesara por ver qué es lo que la marca tenía para ofrecer. Además de un número muy prometedor de baos en carta, trabajan también con dumplings, chinese spring rolls, croquetas de arroz al curry con hongos y jengibre, distintos tipos de curry, y una gran variedad de bebidas con y sin alcohol.

 

Siciliano explica que Koko Bao Bar trabaja con "un modelo llave en mano o no, ya que ambas opciones son posibles". La inversión inicial es de US$ 85.000, usando un sistema 3+2, 3% en regalías y 2% en publicidad. De acuerdo con la socia fundadora, "el equipo acompaña al franquiciado en todo momento para asegurar el éxito del proyecto".