Frente a la costa de Cannes, en una pequeña isla llamada Île Sainte-Marguerite, se encuentra uno de los clubes de playa privados más exclusivos del mundo: La Guérite. Frecuentado por propietarios de yates y famosos - Elton John, Leonardo DiCaprio, Beyonce y Jay Z, los Beckham y las Kardashian son algunos de sus clientes-, es un claro ganador entre la jet set de la Costa Azul por varias razones.
¿Cómo llegar a La Guérite?
En primer lugar, sólo se puede acceder a La Guérite en barco. Este plus de intimidad y exclusividad lo convierte en el lugar ideal para escapar de las aglomeraciones estivales o descansar de acontecimientos como el Festival Náutico de Cannes o el Festival de Cine de Cannes.
La historia de este idilio ribereño es otro de sus atractivos. Fundada en 1902, La Guérite fue frecuentada por gente de alto nivel desde sus inicios. Lo que empezó siendo una simple cabaña de pescadores es ahora un restaurante mediterráneo y un club de playa de gran prestigio, ambos con reserva previa.
La parte del club de playa está dedicada a la relajación, con lujosas tumbonas con vistas a las aguas color aguamarina y a la cala de rocas planas. Los huéspedes pueden refrescarse en el agua gracias a una escalera, y el servicio de tumbonas es estándar. El restaurante tiene un ambiente mediterráneo igual de relajado: los huéspedes cenan con los pies en la arena, con vistas a la bahía de Cannes, repleta de yates.
Un viaje gastronómico
El menú actual de La Guérite fue creado por el chef ejecutivo Yiannis Kioroglou, que canaliza su herencia griega con un menú conmovedor de marisco fresco, especialidades francesas, aperitivos ricos en verduras y platos de pasta. También hay una excelente carta de vinos y cócteles franceses, incluido un especial del día, y una bandeja de postres dulces.
Mientras los comensales cenan, una banda formada por talentosos cantantes y guitarristas se mueve entre las mesas, entreteniendo a los invitados y aceptando peticiones. Cuando el sol empieza a ponerse, el ambiente se caldea aún más, y no es raro bailar sobre las mesas mientras los cócteles y el champán fluyen libremente.
No hay alojamiento en la isla -excepto en la exclusiva finca de lujo Le Grand Jardin-, por lo que los invitados deben llegar en barco. Los que no dispongan de embarcación, pueden trasladarse desde la Capitainerie de Port Canto, en Cannes.
La Guérite se hizo famosa por su clientela de famosos, pero no es sólo un lugar de estrellas. Al llegar al local, uno tiene la sensación de estar descubriendo un secreto que sólo unos pocos conocen. A partir de ahí, el reto es guardárselo para uno mismo.
*Con información de Forbes US
