Hay actores que no solo tienen talento para la interpretación dentro del set de grabación o en una producción de un comercial. Algunos tienen también dotes artísticas para brillar en los lienzos y bastidores, como Valetino Ramella, que encarnó a Segundo en la exitosa ficción El Marginal 3 y participó recientemente en la feria internacional de arte BADA.
Y eso que es solo un autodidacta de exquisito pincel. Su primer acercamiento a la pintura fue a través de su mamá, María Cristina, una profesora de arte que supo ganar un concurso, pero nunca se dedicó de lleno a esta afición. Yo la veía a mi mamá mientras hablaba con mi abuela por teléfono dibujando en la pared de casa boquitas, corazones y otras cosas y ahí empecé a naturalizar la pintura como una forma de expresión, que te da acceso a un decir que no es posible en el discurso hablado, rememora Valentino.
Criado en el seno de una familia católica y de pensamiento muy estructurado, el incipiente artista mantuvo sus pasiones frenadas siguiendo el camino tradicional que le imponía el deber ser. Durante la secundaria asistió a escuelas religiosas, donde sufrió maltratos por parte de sus compañeros que no aceptaban que detrás de su aspecto rudo se escondía un hombre muy sensible e introvertido. En ese momento, para mí no era bullyng. Ese trato era algo lógico que hacían los demás ante una persona que se manifestaba de manera diferente.
La escuela donde asistía cerró y pasó al Colegio Suizo, en la capital de Buenos Aires, institución educativa que también terminó cerrando sus puertas y eso lo obligó a buscar un nuevo establecimiento para poder terminar la secundaria. Ese fue el colegio Lasalle Buenos Aires.
El arte como vía de escape y herramienta para gestionar
A partir de los 26 años, Valentino encontró en el arte una vía de escape y una herramienta para gestionar y hacer frente a los momentos más difíciles de su vida. "En un bastidor en blanco encontré formas de solucionar problemas y empezar a definir quién soy, confiesa el actual alumno del profesor de teatro, Carlos Evaristo.
Paralelamente, por esos años, conoció la actuación y empezó a estudiar circo. Esto le permitió reconocer su propio cuerpo y el del otro, y así comenzar un romance con sí mismo y a aceptarse tal cual es.
De alma inquieta, en su faceta de actor, participó de varias obras under y publicidades, hasta que un día en una fiesta conoció a un joven que lo contactó con un productor. El productor lo convocó a un casting y Valentino quedó seleccionado para actuar en El Marginal 3. En la ficción hizo el papel de Segundo, compartiendo escenas con colegas de la talla de Carlos Portaluppi, Claudio Rissi y Alejandro Awada.
Valentino, como le gusta que le digan, hoy se dedica de lleno a ambas disciplinas y se encuentra preparando pinturas para la próxima muestra de arte en Bada, en la cual expuso en dos ediciones anteriores.
Artista autodidacta, como bien él se define, ha participado en varios talleres, concursos, muestras y hasta recibió una mención en el Premio Alba de las Artes y las Letras.
Admirador de artistas consagrados, como Wassily Kandinsky, Joan Miró y Jackson Pollock, Valentino Ramella, se esfuerza en recrear la tridimensionalidad en el arte abstracto, a través del color, formas, texturas y diversas técnicas, le suma su experiencia como actor buscando recrear elementos de la narrativa teatral en sus obras.
El Clown, es una temática recurrente que fluye en mis pinturas, permitiéndome probar libertades expresivas, collage, que acompañan nuevos espacios para contar historias, relata Valentino con orgullo. Sensible, como pocos, el hombre de 34 años exterioriza sus sueños: Seguir trabajando, seguir construyendo mi carrera en ambas disciplinas y esforzarme para ser cada vez mejor en cada una de ellas. No concibo mi vida sin arte, el arte logró que viera mi propia luz.
Después de haber aprendido que lo importante es ser quién uno es y de enfrentar complejos desafíos con resiliencia, su prioridad está en sintonía con sus convicciones. Me considero un artista que puedo manifestarme y lograr una emoción en el público ya sea a través de una actuación o una obra de arte. Y aunque logré varias cosas sé que aún me falta mucho por recorrer y lograr. Y lo mejor de todo es que esto es solo la mitad del camino, finaliza Valentino.