En las últimas décadas, los bares de hotel tuvieron una reputación un tanto desigual, a menudo con una decoración monótona y sin alma y una clientela poco inspirada. Sin embargo, en los últimos tiempos se convirtieron en un lugar de referencia para pasar la noche, incluso si no sos un huésped.
Emplean a profesionales pioneros en la creación de cartas de bebidas vanguardistas y devolvieron al entorno el dinamismo que tanto necesitaba. Acá tenés cuatro bares de hotel en Europa que vas a querer tener en tu radar para tu próxima visita.
The Vault At The Marmorosch, Bucarest
The Vault At The Marmorosch, de Bucarest, deslumbra la elegancia de la Belle Époque. El nombre del bar es acertado, no sólo por su ubicación en el interior de un antiguo banco, sino por la resplandeciente opulencia de su interior, que alude a las riquezas que podría esconder una cámara acorazada.
El cavernoso espacio está adornado con una amplia escalera y mobiliario Art Déco. Hay guiños al mundo de las finanzas en las balanzas decorativas de época y las paredes revestidas de armarios. El bar, que recuerda a un bar de copas, arrulla a los bebedores con una luz tenue y un ambiente suave.
Qué tomar: Su Backyard se compone de Sexton Irish, jugo de pomelo, sirope de pepino y jugo de lima, mientras que el punchie Frenchie mezcla Ron de Jeremy xo, Saint Germain, jugo de limón, Chambord, Cointreau y Prosecco.
FRED By Fiskebar, Hotel Ritz-Carlton De La Paix, Ginebra
Desde que abrió sus puertas en 1865, el Ritz-Carlton Hotel de la Paix de Ginebra se fundó en un hito entre los hoteles de 5 estrellas. Disfrute de esa historia en el bar FRED by Fiskbar del hotel, donde la arquitectura italianizante se mezcla con el diseño contemporáneo en un idiosincrásico estilo suizo.
La carta de cócteles de inspiración nórdica es imaginativa y radical, con ingredientes como el eneldo y el caviar de salmón. Igual de excéntricas son las obras de arte de las paredes, así que ni siquiera los bebedores solitarios se van a aburrir.
Qué tomar: Entre las bebidas emblemáticas se incluyen el Salmon Gravlax, hecho con ginebra, limón, eneldo y caviar de salmón, y el refrescante 'Fjord spritz', hecho con Aquavit, Italicus, pomelo y Prosecco.
Society 25, W Budapest, Budapest
Si te gusta el diseño elegante, andá a Society 25, en el W Budapest. El bar de estilo speakeasy de los años 20 se hace eco de la rica historia del Palacio Drechsler, donde se encuentra el hotel. Este es el lugar ideal para pasar la noche y disfrutar de la elegante distribución y la cuidada carta de cócteles. Cada una de las bebidas está diseñada para contar una historia de la compleja historia de Budapest, por lo que también es una experiencia educativa.
Qué tomar: El Illusionist rinde homenaje al gran Houdini, que nació en Budapest, y el ligero y refrescante Strawberry Plié se creó en honor a la histórica escena del ballet de Budapest.
Bar Longhi, Palacio Gritti, Venecia
Si querés sentirte como un noble en tu viaje a Venecia, andá a tomar una copa al Bar Longhi, en el Palacio Gritti. Con sus mármoles, espejos y adornos de cristal de Murano, reuní todas las condiciones para una noche en la ciudad de la laguna.
Además, desde la terraza se puede disfrutar de unas codiciadas vistas del Gran Canal y de la Basílica de la Salud. Las bebidas son tan opulentas como el entorno.
Qué tomar: Acá tenés como bebida emblemática el martini. Podés elegir entre 10 variaciones o probar su emblemático Kir Imperial con crema de frutilla y champagne.
*Con información de Forbes US
