La cerveza pilsner fue una de las categorías de cerveza más populares en la prestigiosa World Beer Cup de este año celebrada en Estados Unidos. Aunque la IPA sigue reinando como el estilo de cerveza más popular, las pilsner están recibiendo cada vez más atención y probablemente sean el estilo de cerveza actual más popular entre los propios cerveceros. No es difícil ver por qué. Son complejas pero fáciles de beber y realmente resaltan la habilidad de un cervecero porque no se pueden ocultar imperfecciones detrás de montones de sabores o aromas a lúpulo.
Argentina logró hacerse un lugar entre las mejores cervezas del mundo. No fue en la categoría IPA ni pilsner, sino en la sección Belgian-Style Flanders Oud Bruin or Oud Red Ale. La cervecería Juguetes Perdidos se llevó un bronce con su ejemplar Sour Power.
Las Flanders Red son llamadas “el borgoña de las cervezas” y eran el estilo favorito de Jackson, The Beer Hunter, el mayor impulsor de las especialidades Belgas en el mundo. Es una cerveza que se envejece 24 meses en barricas de vino con un cultivo mixto de bacterias y levaduras que le otorgan una acidez levemente acética, láctica y con aromas salvajes. Sumado a la madera le otorga una complejidad muy profunda.
Antes de embotellarla, se le otorga balance mediante el blend con cerveza fresca, sin añejar, que conserva azúcares residuales de las maltas caramelo. El arte del blend para otorgar el balance justo entre dulzor y acidez es la clave de esta cerveza.
El año pasado, la cervecería oriunda de Caseros había ganado la medalla de oro en la World Beer Cup celebrada en Colorado, Estados Unidos. El galardón fue otorgado por su cerveza Ábrete Sésamo, que se elabora durante 24 meses en barricas de vino blanco.
Desde la fundación de Juguetes Perdidos en 2015, Ricardo Aftyka, Sergio Picciani y Rodrigo Loran comenzaron a incursionar en una cervecería de culto que demostró que una birra puede tener un precio comparable -o incluso superior- al de un buen vino. Algunas de sus cervezas pueden madurar durante dos años en barricas de roble y conservar un sabor exquisito.
Comenzaron elaborando cerveza en sus hogares como un pasatiempo. Aftyka fue el pionero. Tomó la iniciativa en 1999, una época en la que hacer cerveza artesanal en Argentina era un desafío. La falta de insumos importados y tiendas especializadas en equipos y materias primas, junto con la conexión a internet por dial-up, hacía que obtener un manual de elaboración fuera una tarea difícil.
En aquel entonces, solo se podían encontrar fotocopias -descoloridas de tanto uso- con recetas y técnicas que se intercambiaban entre apasionados cerveceros, en medio de una naciente revolución que comenzaban a impulsar marcas como Blest, originaria de la Patagonia en 1989, y Antares, que vio la luz en Mar del Plata en 1998.
Juguetes Perdidos se especializa en cervezas extremas, como las barrel aged (añejadas en barricas, cubas o fudres), las sour beers (cervezas ácidas) y las hop bombs (cervezas con alta carga de lúpulo). En 2019, organizaron un festival sin precedentes en Latinoamérica, donde más de 3000 personas se reunieron para degustar 268 cervezas de 62 cervecerías provenientes de 16 países diferentes. Este evento incluyó marcas icónicas a nivel mundial como Brewdog, Mikkeller, Odell Brewing, 3 Fonteinen, The Rare Barrel y Almanac Beer Co.
Entre las cervezas más destacadas de Juguetes Perdidos se encuentra Galaxcitra, una American IPA que ganó diez medallas de oro en diversos concursos y se convirtió en la variedad más vendida de la cervecería. Sin embargo, cansados de producirla, decidieron descontinuarla y publicaron su receta con todos los detalles técnicos para que cualquiera pudiera replicarla.
Actualmente, una de las favoritas de los fundadores es Raíz Cúbica, una Belgian Pale Ale con dry hop, refermentada en la botella con brettanomyces. Se trata de una cerveza que evoluciona con el tiempo: a los seis meses es una belga lupulada, pero al año y medio se vuelve super seca y efervescente.
Otra destacada es Ábrete Sésamo, una serie de cervezas elaborada en 2019 en colaboración con Baghaven y The Rare Barrel. Esta cerveza es añejada durante 20 meses en barricas de oporto y de vino blanco y tinto, y luego pasa un año adicional en la botella antes de salir a la venta.
En Juguetes Perdidos, la innovación es constante. En lugar de producir los mismos estilos una y otra vez, están en una búsqueda continua de nuevas variedades y etiquetas, probando con distintos lúpulos, ingredientes y levaduras para añadir complejidad y originalidad. Fueron los primeros en embotellar cerveza en botellas de vino espumante con corcho natural y en inaugurar un tap room en la fábrica, donde semanalmente cientos de personas se congregan para degustar cervezas directamente de los tanques.
A diferencia de los bares que utilizan la clásica pinta inglesa, Juguetes Perdidos creó una línea de copas especiales para realzar los aromas y sabores de sus cervezas. Cualquier bar que desee ofrecer sus productos debe comprometerse a usar esta cristalería específica. Desde la cervecería seleccionan cuidadosamente los bares donde están presentes y se aseguran de que mantengan los barriles refrigerados y limpien las canillas diariamente. Por otro lado, no permiten que dos bares cercanos ofrezcan nuestras cervezas y prefieren dar exclusividad por zona.