La Inteligencia emocional a menudo se compara con nuestro cociente de inteligencia. Pero, ¿cuál es la diferencia? La inteligencia mide la capacidad de razonamiento de una persona, mientras que la inteligencia emocional señala cómo uno maneja sus emociones.
¿Conociste a alguien cuyo intelecto estuviera fuera de serie, pero cuyas emociones estaban poco definidas? Acá hay siete áreas que forman parte de la medición de la inteligencia emocional. Se basan en la investigación los expertos Daniel Goleman y Travis Bradberry.
Autoconsciencia
Según Bradberry, ser autoconsciente es una capacidad para percibir con precisión las emociones y mantenerse al tanto de ellas a medida que ocurren. “Esta conciencia de sí mismo es importante para que seas capaz de reaccionar rápidamente y adaptarse en una situación dada", comenta.
Autocontrol
Controlar tus emociones es la clave de la inteligencia emocional. Tenés que ser capaz de actuar y reaccionar en base a la situación y no en cómo te sentís en ese momento. Reaccionar en base a cómo te sentís puede conllevar algunas consecuencias no tan atractivas.
Empatía
Antes, hablábamos de ser consciente de uno mismo. La empatía es dar un paso más allá a la toma de conciencia. Ser empático es ser consciente de las emociones de los demás. Para eso, hay que escuchar atentamente. Esto te da la oportunidad de construir una relación más cercana.
Manejo del cambio
El cambio es un hecho simple de la vida. Cómo reaccionar ante el cambio es una medida de tu inteligencia emocional y puede diferenciarte de tus iguales. El que es capaz de ver el cambio, adaptarse a él, ayudar a otros a adaptarse y crear un resultado positivo, será al que otros buscarán cuando se produzcan cambios en el futuro.
Superación del pasado
El fracaso es parte del éxito. Tu inteligencia emocional y el éxito se medirán por tu reacción a ese fracaso del pasado. ¿Te quedás atrapado en la etiqueta de ser un fracasado o levantás la cabeza fácilmente?
Control de pensamientos
Parte de tu éxito se reduce a las cosas que te decís a vos mismo cada día. Tomate el tiempo para controlar la forma en la que pensás.
Atención
¿Cómo se manejan las distracciones? ¿Sos capaz de concentrarte durante un período largo de tiempo sin caer en la tentación de mirar tu smartphone? La manera en la que prestás atención es un factor que determina tu inteligencia emocional.
*Nota publicada en Forbes España