La sociedad cada vez más materialista en la que vivimos ha llevado a muchos de nosotros a creer que la felicidad es algo que hay que perseguir, que hay que obtener. El objetivo final último que conduce a la dicha y la satisfacción eternas. Paradójicamente, las investigaciones demuestran que cuanto más persigue la gente los placeres materialistas como medio para buscar la felicidad, más deprimida, ansiosa y menos satisfecha está con la vida.
"Nos equivocamos mucho sobre lo que nos hará felices", afirma la Dra. Samantha Boardman, psiquiatra positiva afincada en Nueva York y autora de Everyday Vitality: Turning Stress Into Strength. "Con demasiada frecuencia elegimos opciones que adormecen la mente y ahorran esfuerzo, como desplazarnos por el teléfono o ver series, en lugar de dedicarnos a actividades significativas y revitalizantes", afirma la Dr. Boardman.
La verdadera felicidad no es un objetivo ni un resultado, sino un subproducto de cómo vivimos nuestra vida e interactuamos con el mundo que nos rodea.
¿Cuánto control tenemos sobre nuestra felicidad?
"Puede ser útil pensar en las emociones como algo primario o secundario", dice la Dra. Vaile Wright, psicóloga clínica y directora senior de innovación sanitaria de la Asociación Americana de Psicología.
"No tenemos mucho control sobre las emociones primarias, las que se producen automáticamente. Por ejemplo, sentirnos inmediatamente irritados si un desconocido nos choca por la calle o sentir miedo si oímos un ruido inesperado en nuestra casa. Pero podemos ejercer cierto control sobre cómo interpretamos esos sentimientos y si queremos mantenerlos o intentar sustituirlos por otra cosa, es decir, por una emoción secundaria. Así pues, aunque no es posible sentirse feliz todo el tiempo ni eliminar por completo las emociones negativas que experimentamos a lo largo del día, podemos optar por adoptar pensamientos y comportamientos que fomenten la alegría", afirma la Dra. Wright.
Muchos factores relacionados con la felicidad escapan a nuestro control, como la genética y las circunstancias vitales, pero hay ciertas técnicas de atención plena que están a nuestro alcance y que pueden proporcionarnos un estímulo de forma fiable, coincide la Dra. Boardman.
Estrategias de atención plena para crear una alegría duradera
La felicidad o alegría verdadera y duradera es un estado mental. Surge de nuestro interior. Es una respuesta deliberada y aprendida a la vida que puede cultivarse de forma consciente y proactiva, independientemente de las fuerzas externas a nosotros.
Ocho estrategias intencionadas para crear una alegría duradera en su vida diaria, según los psicólogos:
Establezca expectativas realistas
"Las emociones fluyen y refluyen y ningún sentimiento, positivo o negativo, dura para siempre", afirma el Dr. Wright. Por lo tanto, es importante tener expectativas realistas desde el principio, para evitar el resentimiento, la frustración y la decepción que surgen cuando no se cumplen las expectativas.
No desestime los sentimientos golpeados
Suprimir o negar las emociones negativas no sólo disminuye su sensación de satisfacción, sino que también somete a su cuerpo a una gran tensión, que con el tiempo puede manifestarse en forma de síntomas físicos, como dolores de cabeza, hipertensión, palpitaciones, problemas digestivos, etc. Por eso, reconocer y aceptar todo el espectro de emociones, incluidas las negativas, es crucial para nuestro bienestar. "Tenemos mucho que aprender de las emociones negativas y las situaciones estresantes", afirma la Dr. Boardman. Aprender a permitir y acomodar un abanico de emociones, en lugar de aspirar a eliminar por completo las experiencias emocionales negativas, puede ayudarnos a ser más resistentes y a experimentar la plenitud de la vida, explica la Dra. Boardman.
Abrácese a sí mismo con compasión
"Muchos de nosotros somos demasiado autocríticos y ese perfeccionismo interfiere en nuestra capacidad de experimentar plenamente la alegría", afirma la Dra. Kathryn Gordon, psicóloga clínica licenciada y autora de The Suicidal Thoughts Workbook: CBT Skills to Reduce Emotional Pain, Increase Hope, and Prevent Suicide.
En lugar de machacarse por todo o de obsesionarse con cada mínimo detalle que no haya estado a la altura de sus expectativas, la Dra. Gordon sugiere darse el regalo de la gracia. Sin embargo, practicar el amor propio no siempre es fácil. Y no siempre resulta natural para todo el mundo.
Forje conexiones significativas
"Nuestras conexiones e interacciones son el manantial más fiable de alegría y bienestar", afirma la Dra. Boardman. Según un estudio publicado en la revista Psychological Science, invertir en las relaciones sociales es la forma más eficaz de aumentar la felicidad en comparación con otras estrategias como comer sano, conseguir un trabajo mejor, etc. Además, otro estudio descubrió que anhelar la interacción social evoca una respuesta neurológica similar a la de una persona hambrienta que desea comer. Algo tan sencillo como pasar tiempo con un ser querido, unirse a un club de aficiones o trabajar como voluntario en un comedor social local puede ayudarle a experimentar una mayor alegría.
Sea no usted
Cuando se trata de encontrar la felicidad, 'sé tú mismo' es el consejo que oímos todo el tiempo. "Yo adopto un enfoque contrario a la intuición. Para ayudar a estrenar la mente, suelo decir a los pacientes que 'sean tú mismo'. Esto se debe a que a menudo tenemos ideas fijas sobre nosotros mismos. Así que lo que pensamos que somos puede interponerse en el camino del crecimiento y la felicidad genuina", explica la Dra. Boardman. "Animo a los pacientes a que amplíen la idea que tienen de sí mismos comportándose de formas que pueden parecer fuera de su carácter", dice. "En pocas palabras, hacer cosas que no se parecen a usted puede acercarle a la versión de sí mismo que, en última instancia, le gustaría ser", dice la Dra. Boardman.
Vigile sus pensamientos
"Nuestros pensamientos y emociones influyen en nuestro comportamiento, que a su vez, afecta a nuestra salud física", dice el Dr. Gordon. Por ejemplo, si estamos deprimidos, nuestros pensamientos pueden ser autocríticos y nuestras emociones pueden estar relacionadas con la vergüenza. Si nos sentimos autocríticos y avergonzados, es menos probable que pasemos tiempo con amigos, realicemos actividad física o nos cuidemos (por ejemplo, durmiendo y comiendo bien), explica la Dra. Gordon. Además, esto también puede dar lugar a comportamientos de afrontamiento poco saludables como los atracones, el gasto impulsivo, el consumo de sustancias, etc.
Equilibre las molestias con subidas de ánimo
"Las investigaciones nos demuestran que el estrés crónico no controlado puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental, como la hipertensión, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la depresión y la ansiedad", señala la Dra. Wright. Aunque el estrés es un componente inevitable de la vida diaria, "la clave está en equilibrar las molestias con las mejoras", dice la Dra. Boardman. "Puede ser algo tan sencillo como abrirle la puerta a alguien. Puede ser aprender algo nuevo, trabajar con las manos (por ejemplo: tejer, hacer velas, papiroflexia, pintar, cerámica, etc.), leer unas páginas de un libro, charlar con el taxista, dar indicaciones a un desconocido o cocinar la cena para su familia", sugiere la Dra. Boardman. "Estos pequeños momentos de gracia o bondad son la esencia para encontrar la felicidad en la vida cotidiana", afirma.
Me propongo cultivar o notar al menos dos momentos ordinarios cada día que sean edificantes", dice la Dra. Boardman. "Si no soy deliberada a la hora de buscar el deleite, podría perdérmelo", añade. Es importante saber que "tener pensamientos felices no se considera un estímulo". Tampoco lo hace desplazarse pasivamente por las redes sociales u hojear los canales de televisión", señala la Dra. Boardman. "Para que un estímulo proporcione un impulso genuino, requiere toda nuestra atención e implica al menos un micromomento de conexión o compromiso con algo o alguien", explica.
No espere a resolverlo todo
Aunque es importante dedicar tiempo a averiguar quién es usted y cómo se identifica, no es una condición previa para la felicidad. De hecho, este enfoque puede impedirle experimentar la alegría, afirma la Dra. Boardman. "Esto se debe a que fomenta el pensamiento 'tan pronto como' y una mentalidad fija, al asumir que usted está completamente formado en lugar de estar en el proceso de convertirse", señala.