En estos días es sabido que los vuelos privados están batiendo récords por las restricciones impuestas por los países debido a la pandemia, con pasajeros que se organizan para volar en pool, financiando los vuelos entre varios, y empresas aéreas que se aggiornan comprando nuevas aeronaves que se ajusten a las necesidades del pasajero, que busca hoy volar sin escalas de la Argentina a Miami. Si el destino es Estados Unidos, el aeropuerto elegido de ingreso es el ejecutivo de Fort Lauderdale, y el porqué se llama Banyan FBO, la terminal elegida sin dudas por el mercado argentino.
Pero Banyan no es producto del auge de los vuelos privados de estas épocas. La historia de este FBO, que por sus siglas en inglés significa Operador (aéreo) de Base Fija, se remonta a 1979, cuando su fundador y CEO, Dom Campion, se instaló con un pequeño taller para aeronaves en el aeropuerto y comenzó la aventura de crear un espacio para atender aeronaves, sus tripulaciones y sus pasajeros que arribaran de cualquier parte del mundo con un concepto basado en el servicio premium a los clientes.
En 2006 inauguró su actual terminal de 23.000 metros cuadrados en el sector sur del aeropuerto, con un diseño único y un estilo muy tropical inspirado en Key West, con cascada en su interior, un acuario de agua salada de 3.000 litros, palmeras de 9 metros de altura en diversos espacios internos y los típicos ventiladores de remo estilo plantación.
Cuenta también con un espacioso lobby con múltiples livings y sillones para aquellos pasajeros que deben aguardar que la tripulación de su vuelo los pase a buscar y acompañen al avión. El promedio de espera, si no hay retrasos por meteorología, es de 30 minutos, donde el cliente podrá utilizar todas las instalaciones según sus necesidades.
Para aquellos pasajeros corporativos que necesiten realizar reuniones de trabajo o aquellos hombres de negocios que requieran mayor privacidad, Banyan cuanta con tres salas de conferencias con todos los servicios como una extensión de la oficina (impresoras, scaners, computadoras, WiFi de alta velocidad, entre otros) y, si la reunión es de carácter privado, también encontrará una sala VIP dentro del lobby para mayor privacidad.
Si el vuelo se retrasa aún mas, también se puede desayunar o almorzar en Jet Café, un restaurante donde se respira aviación, con una inmejorable vista a la plataforma y pista de aterrizaje.
Campion asegura que una de las claves de estos 42 años de éxito fue el equipo que supo armar, más que empleados, una gran familia de 171 colaboradores, donde muchos de ellos cuentan con más de 10, 20 o incluso 30 años junto a su fundador. Prueba de ello es el caso de Giselle Nieves, con 13 años, y Pablo García, el argentino con más de 16 años en la organización, quienes reciben a Forbes para contar con pasión sobre Banyan y mostrar las instalaciones, evidencia de la visión y liderazgo del CEO.
Siempre listos para recibirlo
Este FBO claramente es el preferido de los latinoamericanos y, sobre todo, de los argentinos, tanto las empresas de taxis aéreos como pasajeros y propietarios de aviones. La razón es simple: Banyan opera las 24 horas del día los 365 días del año.
Uno llama al front desk para anticipar la llegada del vuelo y un verdadero equipo comienza a organizar los detalles. Al arribo, lo estarán esperando en la oficina de aduana y migraciones del aeropuerto si el vuelo es internacional, donde lo asistirán en todo, y se llevarán el avión a la plataforma o al hangar para dejarlo listo para el próximo vuelo, con el combustible, la limpieza, el catering. Si el pasajero lo solicita, un vehículo de cortesía lo estará esperando al pie del avión o, si prefiere un auto en particular, puede elegir entre prestigiosas rentadoras de autos que operan en Banyan.
Las tripulaciones en este FBO también se sienten como en casa. Los pilotos pueden descansar en salas privadas acondicionadas con cómodos sillones, TV y coffee bar. Si la espera es de algunas horas, y si necesitan pasar la noche, podrán hacerlo en habitación con camas y baños acondicionados con duchas con servicio básico de hotel incluido. Además, los pilotos podrán encontrar en el Pilot Shop artículos, manuales y repuestos necesarios para su actividad profesional.
Las aeronaves que arriban o hangaran en Banyan también pueden recibir servicios de mantenimiento, ya que la empresa posee representación técnica de los principales fabricantes de aviones, como Cessna, Gulfstream, Bombardier, Beechcraft Hawker, además de ser el dealer número 1 de Honda Jet.
Números y futuro
Una de las industrias ganadoras en la pandemia fue sin dudas la aviación ejecutiva por múltiples razones. En el caso de Banyan, la cantidad de vuelos atendidos promedia un 40% más con relación a 2019. El aeropuerto ejecutivo de Fort Lauderdale registra 450 vuelos diarios, y este FBO atiende el 80% de los vuelos. Para tener una referencia, el aeropuerto internacional de San Fernando en Buenos Aires promedia 34 vuelos diarios con picos de 45.
Esta compañía acaba de inaugurar en el sector norte del aeropuerto una nueva terminal con nuevos hangares, llevando la superficie total de Banyan aproximadamente a 93.000 metros cuadrados en 40 hectáreas. Más de 400 aeronaves están basadas aquí, donde hangarar un avión mediano cuesta alrededor de US$ 6.000 por mes con muchos servicios incluidos, siendo uno de los más valorados por empresas de chárter o dueños de aviones el precio diferencial en el combustible, donde promedia 45,5 millones de litros vendidos por año.
Las personas que hacen a la empresa
Detrás de toda empresa exitosa, hay mujeres y hombres que construyen el ADN de una compañía, y este FBO del sur de la Florida no es la excepción. Hay mucho en la historia de su fundador que habla de una sensibilidad y empatía hacia los demás, con los que impregnó cada rincón de Banyan.
Campion nació de padres misioneros médicos en Nigeria, África Occidental, donde voló rutinariamente a bordo de pequeños aviones para asistir a un internado protestante estadounidense. Creció en un entorno rural conviviendo con las necesidades básicas junto a los nigerianos. Hoy, él y su mujer, Sueanne, son líderes del proyecto de revitalización del hospital rural en Egbe, Nigeria, reclutando apoyo financiero, enviando equipos y suministros médicos.
Banyan es el nombre de un árbol sagrado de la India, su copa frondosa en forma de hongo gigante da sombra a todo aquel que lo necesite, y esta es la esencia de este galardonado FBO. Como dice Campion: “Venir a Banyan es una experiencia en sí misma”.