La Navidad está cerca y falta poco para la cena del 24 de diciembre. La semana previa suele ser estresante para aquellos que organizan la fiesta ya que a todos los preparativos se suma el cansancio acumulado del año. Por ese motivo, la comida donde se celebra esta fecha, suele ser un momento de relajación donde hay muchos abrazos y chistes pero también comida y bebidas alcohólicas.
En esa línea, es común que por la excitación y alegría del momento, muchas personas coman y tomen de más. A tal punto de llegar a sentirse mal. Esto puede generar desde dolor de estómago y cabeza hasta acidez, todos malestares que podrían arruinar la celebración a la persona.
Para evitar esto, expertos de la salud ofrecen algunas recomendaciones útiles para la cena de Navidad, y también para la de Año Nuevo, con el objetivo de pasarla sin padecer acidez e indigestión estomacal. Lo anterior es provocado por comer alimentos altos en grasas o muy condimentados, así como consumir en exceso bebidas alcohólicas o carbonatadas.
“Las comidas que parecen benignas pueden representar un peligro para las personas con enfermedades digestivas. Por ejemplo, los productos lácteos, el alcohol o la cafeína podrían hacer que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal se sientan peor”, explica James East, reconocido gastroenterólogo del Reino Unido.
¿Navidad sin juguetes?: advierten que faltará stock y recomiendan ir a comprar con tiempo
Otra de las recomendaciones para evitar estos problemas durante los festejos de fin de año es, moderarse en la ingesta de alimentos y bebidas. Sí es posible disfrutar la variedad de platos disponibles en la mesa, pero es preferible llevarlo a cabo en pequeñas porciones. “Uno de los desencadenantes clásicos del reflujo es ingerir una comida grasosa y abundante al final del día con alcohol y luego acostarse”, resalta el Dr. East.
En sintonía Eamonn Quigley, director del Centro de Trastornos Digestivos del Hospital Houston Methodist en Estados Unidos, señala que “al comer y beber demasiado se puede experimentar hinchazón y distensión del estómago hasta el punto que la persona se sienta incómoda”.
Más allá de la indigestión, la cena de Navidad y Año Nuevo puede desencadenar otros problemas como la gastroenteritis, hacer que empeore una úlcera no tratada en el revestimiento del estómago y crear un orificio que permitan la filtración del ácido del estómago. Con ello aparecerán una serie de síntomas que arruinarán los festejos con la familia y amigos. Por esto, el mejor consejo que dan los expertos es no excederse y cuidar el consumo de alimentos.
*Con información de Forbes México