Pablos surgió de la mano de Pablo Mariani y su mujer, Josefina Spagnolo, primera generación de una familia italoargentina. Con una visión emprendedora poco frecuente en aquella época, Josefina supo ver en esa esquina de Villa Devoto, Nueva York y Mercedes, el futuro de su familia y las generaciones siguientes. Junto a Pablo Mariani, un marketinero nato y mejor relacionista público, lograron formar un equipo que logró superar todas las expectativas.
Fundado en 1972, cuando en la zona solo había un kiosco de diarios y una calesita, Pablos ha vivido a lo largo de estos años “hitos muy importantes, que han marcado la historia del negocio” señala Mariani. “La permanencia es producto del esfuerzo y la convicción de un trabajo sostenido, unido a la profesionalidad y la capacidad para superar los momentos más adversos. Considero que innovar y ser creativos son elementos clave para ser competitivos dentro del sector”, agrega.
Un negocio con historia
Aquellos juegos de la Plaza Arenales, la icónica plaza de, barrio que está enfrente al negocio, resultaron ser el escenario perfecto para que Pablo y Josefina proyectaran su negocio. Mientras ellos trabajaban, podían ver a sus hijos jugar. Y así nació Confitería Pablos, que para ese momento resultó ser una de las mejores de Buenos Aires, donde las facturas artesanales, las tortas y los cucuruchos pasaron a ser la atracción del lugar.
En 1980, ya con el primer sueño cumplido, decidieron incorporar servicios de lunch y de catering para eventos, llegando a ser uno de los tres mejores catering de Buenos Aires. En muy poco tiempo empezaron a ser contratados para eventos de más de 1000 cubiertos en lugares icónicos como, por ejemplo el Luna Park, entre otros; al punto de ser elegidos por el mismo Diego Armando Maradona para su casamiento, pero que la modestia de la familia Mariani prevaleció por sobre la oportunidad.
Con el paso del tiempo, y su crecimiento, Confitería & Catering Pablos pasó a ser liderado por un equipo de tres, sumando al hijo mayor de la pareja. En el 2001, con el cambio en los hábitos y conductas del consumo gastronómico y el surgimiento de un consumidor más sibarita, se decide abrir como Restó & Pastelería “Pablos”, cuyo éxito superó todos los pronósticos más optimistas, hasta el día de hoy.
Este símbolo de la gastronomía en el barrio hoy recibe un reconocimiento de la Legislatura Porteña por su 50° Aniversario. "Que un proyecto familiar cumpla cincuenta años es algo quizás un poco inusual en la Argentina y sobre todo en un sector tan ligado a lo coyuntural. Esto solo se puede lograr gracias a un equipo detrás con una visión a futuro, capacidad de adaptación constante y una idea de continuidad a largo plazo.”, comenta Pablo Fabián Mariani, dueño de “Pablos Restó & Confitería” y segunda generación de la familia fundadora.
Dicho reconocimiento y celebración se llevó a cabo en el Restó, de la mano de sus fundadores, la familia y amigos y contó con la participación de María Sol Méndez y Gimena Villafruela, Legisladoras Porteñas junto con Nicolás Ezequiel Mainieri, presidente de la Comuna 11, quienes hicieron entrega de la distinción a la familia Mariani, con la develación de una placa conmemorativa por sus 50 años.
Algunos de los muchos representantes y testigos de estos 50 años son Lorenzo y Beto, pastelero y cocinero de Restó & Pastelería “Pablos” quienes desde el inicio son parte de esta historia. En las manos de Lorenzo está el secreto y la fórmula del éxito del Pan Dulce, uno de los mejores de Buenos Aires. Beto es cocinero y parte del equipo responsable de las pastas artesanales y los cucuruchos Pablos, entre otros platos, que hoy son marca registrada del lugar.
Llegó la tercera generación
Pablos fue un pionero en la zona, siendo hoy el promotor del surgimiento del polo gastronómico que se consolidó este año en Villa Devoto, donde el reconocido chef Damián Betular también abrió su primer local. En sus palabras durante el encuentro, Mariani (hijo) ha destacado el papel fundamental de sus padres y fundadores, agradeciendo su visión, el trabajo incansable y por haber emprendido este sueño que ya atraviesa la tercera generación de la familia.
Actualmente al frente del negocio está Pablo Fabián Mariani –segunda generación de la familia fundadora- y Penélope Mariani, de 27 años -tercera generación- quienes hoy son los responsables de mantener la misma calidad que la marca tiene desde hace 50 años y que la diferencia a lo largo de toda su historia.
El lugar se caracteriza por su ambiente ejecutivo al mediodía, y un ambiente familiar durante la tarde y noche.
De cara al 2023, Restó & Pastelería “Pablos” tiene por delante nuevos proyectos a raíz de su crecimiento, con el objetivo de seguir expandiendo el modelo de negocio basado en tres pilares fundamentales: la calidad de sus productos, sus platos icónicos y su capacidad de evolución, innovación y adaptación a las preferencias de los consumidores y el negocio gastronómico, que sostuvo siempre a lo largo de su trayectoria.
Propuestas para nuevas generaciones
A cargo de la cocina se encuentra Marcela Vázquez, como Chef Ejecutiva, con una propuesta de cocina de autor para paladares exigentes. Como parte de su larga formación, Vázquez tomó clases con Francis Mallmman y trabajó de la mano de Germán Martittegui.
“La prioridad es mantener siempre la misma calidad de nuestras materias primas y nuestros platos, ya que en eso recae el diferencial y por lo que los clientes nos eligen”, comenta Vázquez. “Venir a comer a Pablos es disfrutar de platos típicos italianos, pero con un estilo propio y con un sabor único. Los platos no sólo son sabrosos, sino que buscamos que sean sanos y equilibrados”.
Hoy en día la cocina se destaca por sus pastas artesanales y su pastelería tradicional. Los platos más pedidos son los Ñoquis de Batata, los Sorrentinos de Osobuco y la Bondiola Braseada. En pastelería se los conoce por dos de sus productos más icónicos: los simbólicos Cucuruchos Pablos, un invento del fundador y con tres generaciones de cucuruchos a medida que la familia fue sumándose al negocio, y por su exquisito Pan Dulce.
Como novedad Restó & Pastelería “Restó” acaba de incorporar a su menú platos veganos, que se suman a los platos para celíacos, que ya existían desde hace tiempo. En sus 300 metros cuadrados, cuenta con un espacio para 110 comensales, con mesas en el interior y exterior y con una propuesta para cada momento del día.