Inquieta es la palabra que la define. Tal como ella lo recuerda cada vez que puede, sus primeros pasos en la Enología fueron en Francia, donde se capacitó, nada menos, que con un grande de esta ciencia moderna. “Tuve la gran suerte de que Émile Peynaud me propusiera quedarme con él durante casi cuatro años”, relata. “Para un experto en enología, eso es el sueño de su vida”, resume.
La que habla es María Isabel Mijares, referente indiscutida de la Enología en España y en todo el mundo. Con sus jóvenes 80 años, esta mujer nacida en Mérida, supo recorrer bodegas de varios continentes, fue y es una de los pilares fundamentales de la prestigiosa Guía de Vinos Repsol y por años se dedicó, con su equipo, a catar vinos de todas las regiones de España para comunicarlo de la mejor manera, accesible a todos y sin embarullar con términos complicados.
Estudió Ciencias Químicas en Madrid antes de mudarse a Burdeos con una beca, donde se licenció y doctoró en Enología. Luego de su paso por el país del champagne, por recomendación de su maestro, regresó a España y se instaló en Villafranca del Bierzo, una zona no tan conocida en aquel entonces, pero que ahora es una de las más descollantes en materia de vitivinicultura.
”Me llamaban 'análoga'. Una mujer que venía de vivir en Francia, educada de forma muy libre. Yo tenía moto y fumaba puros. Pero agradezco mucho a Villafranca cómo me recibió y trató”, relata Isabel que, al principio, no tuvo tan buena aceptación por el hecho de ser mujer: “No me dejaban entrar en algunas bodegas porque decían que se enturbiaba el vino”. Aun así, en 1982 se convirtió en la primera mujer en presidir un Consejo Regulador del Vino, la Denominación de Origen del vino Valdepeñas en Ciudad Real.
Pero, como es una persona que siempre está en la búsqueda de nuevos desafíos, comenzó a asesorar a bodegas y por aquel entonces, un día voló a América del Sur y brindó su caudal de conocimientos a los gobiernos para el desarrollo vitivinícola. “En Bolivia creamos el centro vitivinícola de Tarija, cuyo jefe sindicalista era Evo Morales”, relata.
Ese paso por el altiplano le dio las ganas y la experiencia para ser convocada por los propietarios de la Bodega Puna, ubicada en Cachi en Salta, a unos 6,5 kilómetros del pueblo. Rodeada de paisajes de ensueño y creada en 2017, ganó preponderancia en el Valle Calchaquí.
Sus viñedos tienen unos 15 años pero más allá de la edad de las vitis, lo que define a estos vinos es la altura ya que se encuentran a 2600 metros sobre el nivel del mar. Las variedades son las tradicionales aunque con su particular impronta: Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tempranillo y Torrontés. Su enólogo, Luis Asmet, es el hacedor de los vinos. Pero detrás de todo esto, cuenta con el asesoramiento de María Isabel Mijares
En una charla que dio en la Casa de la Provincia de Salta, cuando la Bodega Puna presentó su portfolio, Isabel contó algunos detalles de esta iniciativa. “Estoy haciendo el vino más alto del mundo, Puna, en los valles Calchaquíes. A tres mil metros. Era impensable que pudiéramos hacer vino a esa altura y ahí ya tenía los mostos a 16 grados”.
Degustadora a extremo, sostiene que lo ideal sería hacerlos entre 12 y 13 grados. La enóloga señala al calentamiento global como responsable de esto y por eso, “vamos subiendo cada vez más y buscando zonas más altas y más frescas”.
Tras regresar a España, y en medio de su descanso y de la ola de calor, Isabel se hizo un rato para charlar con Forbes.
-Tenés gran trayectoria sobre todo en España. Pero en América, ¿cómo definirás tu primera experiencia?
-Apasionante. Me contrató Naciones Unidas para Bolivia para desarrollar en Tarija el sector vitivinícola. .Despuées terminado el proyecto fui a Perú, Colombia, Albania y Moldavia. Todo fue apasionante
-Respecto a los vinos salteños, ¿cuál es la característica predominante?
-Colores muy brillantes y firmes, aromas muy limpios y definidos, expresión tánica jugosa y carnosa, el grado alcohólico no es cáustico. Y falta mucho por determinar. Hay pocos estudios científicos hechos.
-Teniendo en cuenta la particular geografía en la que se encuentra, ¿cuánto hay de trabajo en viñedo y cuánto en bodega?
-Viñedo y bodega .Viñedo mucho, todo está por probar y descubrir.
-¿Cuál de las cepas es la que mejor se desarrolla a esa altura y por qué?
-Hay aun pocas cepas probadas y hay que hacerlo. Se expresa muy bien el Malbec y el Cabernet Franc, de lo que hemos probado, pero quedan muchas por probar de ciclo largo y corto.
-Mencionás los problemas que trae el calentamiento global en el tema vino, ¿qué podés contar al respecto sobre todo en la elección de estos vinos de altura?
-El calentamiento global está afectando mucho a la viña. Pero aún no sabemos en qué específicamente en la altura. Hay que hacer muchos estudios .En estos momentos, estamos escuchando a la naturaleza.
-Fuiste pionera en materia de Denominación de Origen. ¿Cómo ves la chance de que esa forma de categorización se posicione en Argentina?
-Fui la primera mujer Presidenta de una Denominación de origen en el mundo y fue apasionante demostrar que las mujeres no tenemos techo. Las Denominaciones de Origen han jugado un papel importantísimo en el desarrollo de la vitivinicultura mundial. Pero cada país debe hacerlo escuchando al mercado.
-En la región donde te iniciaste, Villafranca del Bierzo, actualmente lograron un excelente nivel de vinos e incluso sumaron a las catas un clarete y un tinto Merenzao que lograron muy buena puntuación, ¿a qué atribuís este logro?
-Emile Peynaud preconizó lo que podría ser el Bierzo cuando se tecnificase y desarrollara. Y así ha sido. Tiene influencia del mar y la meseta y sus bodegueros son auténticos empresarios.
-En el libro “La batalla por el vino y el amor”, de Alice Feiring, menciona los avatares de una degustadora de vinos en un mundo regido por Robert Parker y sus puntajes. ¿Qué opinás sobre la influencia de la parkerización a la hora de elaborar?
- Parker supuso una auténtica revolución en la crítica vitivinícola. Lo malo es que los parkeritos actuales no son lo mismo. La crítica ayuda al sector a avanzar pero no hay que depender tanto de ella.
-¿Cuál es tu vino predilecto para acompañar un asado argentino? ¿Y cuál para un jamón de jabugo?
- No tengo vino preferido para beber con qué, con quién o a qué hora del día. Con el jamón ibérico un fino o una manzanilla, pero me encajan muchos vinos más.
Un libro para amantes del vino
Si hay algo que destaca en Isabel Mijares, además de su talento, es la gracia y el profesionalismo con el que cuenta para comunicar todo lo que tiene que ver con el vino. Tanto es así que no solo se dedica a dar charlas y participar de catas magistrales sino que ha publicado un libro “El mágico camino de la cepa a la Copa”, en el que profundiza en cada uno de los aspectos de esta bebida.
Desde qué es el vino hasta el detalle de cada forma de elaboración, Isabel habla con profundo amor del vino. Ahonda en el viñedo, con tips de cómo hacer esquejes y cómo se deberá realizar una correcta poca. Y va más allá con fórmulas y explicación del paso a paso en la vida del vino.
“Qué sería de nuestros pueblos sin sus bares, sus tertulias y su día a día compartido. Sin esos vinos bebidos juntos y con nuestros pinchos y tapas como protagonistas”, menciona la autora en la Introducción.
El prólogo cuenta con las cálidas palabras de quien fuera su profesor, Emille Peynaud, y también de Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de Gastronomía. El epílogo no se queda atrás con los nombres porque allí ponderan la obra de Isabel Mijares nada menos que Jesús Flores Tellez, titular de la Asociación Española de Sommeliers y Michel Rolland, considerado el mejor enólogo del mundo. El libro fue editado por Ediciones Mundi-Prensa.