YPF es una empresa que tiene una presencia muy relevante por el impacto de su actividad en las provincias y en los argentinos y las argentinas. El objetivo es contribuir, desde la comunicación, a devolverle ese liderazgo que tuvo en sus casi 100 años de historia. También es importante llegar con los mensajes no solo a los entendidos. La energía es un tema que nos afecta a todos y todas, y tenemos que llegar con contenidos a esos públicos. 

Por eso, la impronta en las redes sociales es generar material audiovisual de calidad y poner como protagonistas de esta empresa a quienes realmente la hacen día a día. Siempre va a estar el nicho de medios de energía al que darle respuesta, pero nosotros tenemos que llegar a la gente. Es central que exista la relación con los negocios y los ejecutivos de la empresa para profundizar este camino.

Comunicar en una compañía como YPF tiene un doble desafío. Su valor simbólico para la sociedad argentina la convierte en un “faro” para ciertas temáticas o mensajes que se abordan, por lo que podemos tener impacto y movilizar no solo a otras compañías de la industria, sino también de otros sectores. 

Un eje en el que estamos trabajando fuerte es la equidad de género y la diversidad; nos parece necesario que tomemos un rol activo desde nuestro lugar y promovamos que estos valores se instalen en toda la sociedad. Contribuimos al debate público e interpelamos a la ciudadanía, ese es uno de los roles que debemos cumplir como la compañía más grande del país. En segundo lugar, nuestra llegada a todos los rincones del país es un privilegio y una responsabilidad.

Generar comunidad

Hace varios años YPF inició el camino, que hoy se está profundizando, de trabajar con un esquema híbrido. Estábamos preparados para trabajar de manera remota, y fuimos adaptándonos a estar 100% del tiempo en casa sin dejar de cumplir nuestros desafíos laborales. Fue un año y medio de mucha responsabilidad y proactividad para fortalecer nuestro rol, que excede al de una compañía petrolera: somos la empresa que representa a la Argentina. 

En un momento de crisis sin precedentes como este, nuestro foco estuvo en utilizar nuestra llegada masiva para cuidar a los argentinos y las argentinas, usamos nuestros canales de comunicación para concientizar e informar sobre la situación sanitaria. 

Otro eje imprescindible fue y es cuidar a nuestro personal. La comunicación interna estuvo centrada en promover las medidas de cuidado y los protocolos, cuidar la salud emocional de los trabajadores y trabajadoras y ayudar a adaptarnos a la realidad que nos tocó, todo sin dejar de trabajar para producir la energía que el país necesita. 

Fue un trabajo muy intenso de generar una comunidad unida por la comunicación: aquellos que pasaron a trabajar de forma remota y sus desafíos de congeniar la vida en familia con el trabajo; de quienes siguieron yendo a sus puestos de trabajo, dándoles soporte y apoyo para que no sintieran que estaban solos o solas. Generamos una comunicación muy cercana, que promueve la empatía y el sentido de pertenencia.

Alinear valores

La reputación se construye con un trabajo planificado y sostenido en el tiempo. Definir los ejes que se adecuan a la actividad y que son importantes para enfatizar desde la comunicación es lo primordial. Es imprescindible que estén alineados a los valores de cada compañía y que tengan coherencia en el tiempo, hacia afuera y hacia adentro. 

Si bien es muy importante el vínculo con los clientes e inversores, la percepción que los propios empleados y empleadas tienen de la compañía también habla de nuestra reputación. Es clave ser fieles a nuestra identidad y a lo que queremos promover en la sociedad.

* Desiré Cano es licenciada en Comunicación Social de la UBA. Técnica superior en Periodismo TEA. Colaboró en la revista Noticias y otros medios del Grupo Perfil, trabajó en Radio Continental y participó con columnas de opinión en diversos medios nacionales. Fue jefa de prensa del Bloque del FPV en la Cámara de Diputados de la Nación y gerenta de Contenidos del Grupo Indalo.