A pesar de la gran cantidad de estudios sobre liderazgo que muestran la importancia de la simpatía, existe un mito persistente de que los "idiotas" -aquellos que tienen un comportamiento negativo o abusivo- salen adelante en los trabajos. A esto se suma una noticia emocionante para cualquiera que haya tratado con personas difíciles: un nuevo estudio muestra que ser intimidante, manipulador o egoísta no ayuda a las personas a salir adelante después de todo.
En los hallazgos de Berkeley Haas y UC Berkeley, la evidencia mostró consistentemente que las personas desagradables no tienen una ventaja extra en sus empleos. “Me sorprendieron los hallazgos. Independientemente del individuo o el contexto, la falta de agrado no le dio a la gente una ventaja en la competencia por el poder, incluso entre las culturas organizacionales más despiadadas”, dijo el coautor del estudio, Cameron Anderson en un comunicado de prensa .
Para determinar esto, el estudio siguió a las personas durante un período de 14 años. Comenzaron encuestando a estudiantes universitarios de tres universidades diferentes con evaluaciones de personalidad, calificándolos por atributos desagradables. Diez años después, los evaluaron nuevamente. Esta vez les preguntaron a los participantes sobre la cultura de su lugar de trabajo, así como su nivel de poder y rango en el trabajo.
Los hallazgos fueron claros: aquellos que fueron generosos, dignos de confianza y generalmente agradables; tuvieron la misma probabilidad de haber obtenido poder que aquellos que obtuvieron una puntuación alta en rasgos desagradables. Ser manipulador o desagradable en el trato con los demás no condujo a un mayor éxito.
¿Por qué persiste el mito del "idiota exitoso"?
Según el estudio, los más propensos a salir adelante son los extrovertidos, lo que los autores atribuyen a su sociabilidad. Los extrovertidos que se llevan bien con los demás, son "asertivos" y tienen mucha energía tienden a alcanzar el rango más alto en el lugar de trabajo.
Los “idiotas” terminaron en posiciones importantes, pero no más a menudo que cualquier otra persona. Los autores del estudio reconocieron el impulso de poder que obtienen al intimidar a las personas, pero dijeron que se vio compensado -de manera negativa- por sus deficientes habilidades interpersonales.
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“La mala noticia aquí es que las organizaciones colocan a personas desagradables a cargo con tanta frecuencia como a personas agradables”, dijo Anderson. "En otras palabras, permiten que los idiotas ganen poder al mismo ritmo que cualquier otra persona, aunque los tirones de poder pueden causar un daño grave a la organización".
Aún más interesante es la narrativa de quién vence al jefe desagradable. Aquí nos encontramos una y otra vez con el pícaro, una variante de un idiota que hace caso omiso de la organización para seguir su propio camino.
Hay muchos ejemplos de la vida real de esos idiotas que terminan a cargo, lo que lleva a la percepción de que ser intimidante condujo a su éxito. Los autores del estudio señalaron a Steve Jobs como un ejemplo en el artículo. Sugieren que algunos de los que lean su biografía pueden pensar: "Tal vez si me convierto en un imbécil aún más grande, tendré éxito como Steve". Nada más lejos que eso.
El comportamiento desagradable ignora los caminos clave para el éxito
“La falta de agrado es un aspecto relativamente estable de la personalidad que implica la tendencia a comportarse de maneras pendencieras, frías, insensibles y egoístas”, explicaron los investigadores ... “Las personas desagradables tienden a ser hostiles y abusivas con los demás, engañar y manipular a los demás para su propio beneficio e ignorar las preocupaciones o el bienestar de los demás".
Y eso es un problema porque ignora algunas de las habilidades clave que conducen al éxito. En el estudio, los autores identificaron cuatro caminos hacia el poder:
- Comportamiento dominante-agresivo: uso del miedo y la intimidación.
- Comportamiento político: construcción de alianzas con personas influyentes.
- Comportamiento comunitario: ayudar a los demás.
- Comportamiento competente: ser bueno en el trabajo.
Los autores concluyeron que los idiotas pueden usar un comportamiento agresivo dominante, pero anulan las ventajas que esto les da al ignorar el comportamiento comunitario. Así que las personas egoístas y agresivas no tienen ninguna ventaja para salir adelante.
Al destacar el conjunto de investigaciones que muestran que cuando los que están en el poder dan prioridad a sus propios intereses, tienden a crear culturas abusivas y corruptas y hacen que sus organizaciones fracasen, Anderson dijo: “Mi consejo para los gerentes sería que presten atención a la amabilidad como una calificación importante para posiciones de poder y liderazgo”, dijo Anderson. "La investigación previa es clara: las personas agradables en el poder producen mejores resultados".
Autor: Alison Escalante.
