Mostrar todo nuestro potencial al mundo no sólo depende de trabajar en una empresa que te exprima al máximo o de tener un mentor que te haga sacar todo tu talento, sino que también es una cuestión de actitud.
En esta nota, te recordamos algunas de las razones por las que puede que aún no hayas desarrollado todo tu potencial. Si te ves reconocido en ellas, es el momento de actuar y brillar.
No eres sincero contigo mismo
"Hago lo que puedo" es una de las excusas más repetidas y que más mentira encierran entre las personas que son más brillantes de lo que aparentan o dicen ser. No, seguramente no estás haciendo todo lo que puedes.
No te centraste en los objetivos correctos
Si quieres llegar al punto C y para él tienes que pasar por A y por B, ¿qué hacés en el punto L? En efecto, te desviaste un poco (bastante). Si puedes, corrígelo o no vas a llegar a donde quieres llegar.
No eres lo suficientemente organizado
“El lunes empiezo”, “en septiembre me apunto”, “del año que viene no pasa”? Estas excusas unidas a una agenda poco más o menos que catastrófica son la perdición de cualquiera que quiera brillar. Pon orden.
No tienes demasiada curiosidad
Sí, seguramente hayas oído eso de que la curiosidad mató al gato y no estés por la labor de morir, pero al igual que de amor nadie se muere, como decía la canción, de curiosidad tampoco. Atrevéte a saber.
No te concentras todo lo necesario
Si este fin de semana tienes que quedarte en casa y el siguiente también porque necesitas avanzar en tus proyectos, házlo. Si necesitás que nadie te distraiga, apaga los datos del teléfono. Concéntrate.
Te falta audacia
No te vamos a decir que te dejes tus ahorros de golpe (y la piel) en demostrar al mundo lo bueno que eres con esa nueva empresa que quieres formar, pero sí que arriesgues. Anda poco a poco, mejora, que se vea lo mucho que vales.
*Nota publicada en Forbes España