Hace poco más de un año, el trabajo era un lugar. Los inmuebles representaban una buena parte de los activos de las empresas. Hoy, a medida que los países avanzan en sus planes de vacunación, los CEOs están repensando la forma de trabajar en sus organizaciones. Si bien el cambio forzado por la crisis hacia el trabajo a distancia supuso un gran reto, también reveló una oportunidad inimaginable para liberar inversiones inmobiliarias y desbloquear fondos para impulsar la transformación, crear agilidad e impulsar el crecimiento.
Un reciente estudio de Accenture ilustra el cambio de perspectiva de los directivos en cuanto a las inversiones inmobiliarias después de la pandemia, y los resultados son claros: solo el 1% de los CEOs a nivel global afirma que no está reduciendo sus inversiones en espacio de oficinas.
De la abrumadora mayoría que planea reasignar fondos mediante la reducción, el 62% dice que está invirtiendo en tecnología. Casi la mitad (47%) dice que va a utilizar los recursos liberados para contratar nuevos talentos o mejorar las competencias de los empleados existentes.
En el caso de Argentina, el 63% de las empresas proyecta mantener el teletrabajo en los próximos años, mientras 85% cree que es fundamental preparar a las personas de su organización para trabajar en conjunto con las nuevas tecnologías.
Alejandra Ferraro, directora de Recursos Humanos para Accenture Latam, resaltó que “esta es una respuesta a lo que buscan los profesionales hoy. La mayoría (54%) de los trabajadores que pueden hacer su labor desde casa quieren seguir haciéndolo, según una investigación del Pew Research Center".
Así también, de acuerdo con un estudio reciente de Accenture, más del 80% de los profesionales a nivel mundial quiere trabajar de forma híbrida, es decir, presencial y digital. Los directores generales están buscando una combinación de entornos tradicionales con digitales para ofrecer a los empleados más flexibilidad y ahorrar costos.
"Este cambio de mentalidad mitiga o elimina por completo la barrera de las fronteras geográficas. Lo que, a su vez, hace posible atraer el talento especializado para acelerar la transformación digital. Además de abrir nuevas reservas de talento, los líderes empresariales están reconsiderando sus formas de trabajo para retener a sus mejores profesionales, ofreciendo una mayor flexibilidad para satisfacer las expectativas cambiantes de los empleados después de la pandemia”, sostiene.
Además de dónde trabajan, las empresas se están replanteando cómo lo hacen. Están repensando cómo gestionan los inmuebles para ofrecer experiencias únicas a las personas. También están estudiando cómo reconfigurar físicamente los espacios de trabajo dada la nueva realidad, y considerando cómo cada uno de esos movimientos afecta a otros aspectos importantes como la colaboración.
Se trata de un imperativo de crecimiento. La pandemia ha brindado oportunidades como nunca antes habíamos visto en las recesiones, rompiendo las normas y allanando el camino para un verdadero cambio duradero. ¿Cómo sacar el potencial de esa transformación? En parte, mediante inversiones en tecnologías digitales. Las empresas a nivel mundial lo saben: 46% identifica la aceleración de la transformación digital en todas las partes de su negocio como uno de sus principales objetivos estratégicos para los próximos tres años, mientras en el caso de las organizaciones argentinas, 83% afirma que aceleró su transformación digital producto de la pandemia y 73% que su arquitectura tecnológica es clave para el éxito del negocio.
Ferraro concluyó que “nunca ha habido un mejor momento que ahora, en medio de la disrupción de la pandemia, para reimaginar la forma de trabajar. Aquellos que lo hagan bien podrán obtener una ventaja competitiva invirtiendo sus recursos donde impulsen el crecimiento y la resiliencia”.