Quién es María Catarineu, la mujer detrás del fenómeno Franco Colapinto
La española María Catarineu es socia de Bullet Sports Management, la empresa de gestión comercial que construyó desde las bases el sueño hecho realidad para Franco Colapinto. Sus inicios en el mercado bursátil, la salida para dedicarse a la maternidad, su visión emprendedora y los detalles de cómo se gestó el desembarco del piloto argentino.

Tras la baja de Logan Sargeant, había una butaca vacía en Williams Racing. Al principio, parecía lejano, casi utópico. Pero de golpe: tres días de negociaciones con el equipo, sus accionistas, los sponsors, y llamados hacia y desde Argentina con nuevos aportes que querían sumarse. En el medio estaba Franco Colapinto, el piloto argentino de 21 años que ya formaba parte de la academia de Williams  y como piloto de pruebas había participado en julio en los entrenamientos libres del Gran Premio de Gran Bretaña, en el legendario circuito de Silverstone. Y detrás de escena, una mujer: María Catarineu

"Fueron tres días sin comer, sin dormir. Desde que se anunció que Franco formaría parte del equipo de Williams en la Máxima mi vida dio un vuelco de 360°", describe la empresaria española, que creó Bullet Sports Management junto a su socio y pareja Jamie Campbell-Walter, expiloto escocés y campeón británico de Gran Turismo. La empresa se encarga de representar a pilotos a nivel internacional. Son captadores de talentos y se enfocan en el desarrollo profesional a mediano y largo plazo. En su plantilla cuenta con seis pilotos que fueron -o están siendo- formados casi desde las bases. Incluso, en sus filas, se encuentra Santino Panetta, un joven piloto argentino de 14 años. "Colapinto es el primer gran éxito y sueño cumplido", asegura la empresaria.

María Catarineu habló con Forbes en su casa de Madrid. Fotos: Jaime Partearroyo. 

Catarineu conoció a Colapinto cuando ella trabajaba en el área financiera del equipo de competición español Drivex. "No sabía nada del deporte pero me empezaron a llevar a las carreras y me apasionó. El motorsport es magia absoluta", cuenta. "Mi jefe me dijo que iba a venir un chico a hacer una carrera en Navarra. No tenía experiencia en autos. Entonces planteé: '¿Por qué mejor no hacemos unos días de pruebas y después la carrera?'. La respuesta fue que el padre quería que corriera sí o sí", rememora. Tras algunas charlas, intentó convencer a Aníbal (el padre de Franco) que invirtiera ese dinero en pruebas. Pero no funcionó. "Vi a un niño humilde con una libreta en la que tomaba notas y en carrera los destrozó a todos", recuerda. Fue ese día que le dijo a su actual socio Campbell-Walter (que por su experiencia ya trabajaba de manera informal en la representación de pilotos): "Tienes que ayudar a este niño". Del otro lado del teléfono escuchó: "OK, pero tu dejas tu trabajo y lo hacemos juntos". 

Crearon Bullet y su primer piloto fue Colapinto. Con el team Drivex, el argentino logró el título de la Fórmula 4 Española en 2019 y comenzó a escribir su historia grande en Europa. Terminó tercero en la Fórmula Renault Europea en 2020, ganó en la Fórmula Regional en 2021 (autos iguales a los Fórmula 3) y en la Fórmula 3 fue noveno (2022) y cuarto (2023). Hasta su última carrera en la Fórmula 2 este año marchó sexto en el campeonato con una victoria y dos segundos puestos. 

¿Cuál creés que es el fuerte que llevó a Bullet, una empresa de gestión comercial de 5 años de antigüedad y seis pilotos, a llegar a la Fórmula 1? 

Un diferencial es que los pilotos son parte de nuestra familia. En el caso de Franco, por la lejanía con Argentina, enseguida se vino a vivir con nosotros. Con lo cual ahí se mezcla una parte profesional y personal, pero este cóctel de emociones dio resultados. Nuestros pilotos son entre ellos una familia. Tenemos un chat en el que se animan, se felicitan y se dan mucho apoyo. Normalmente los pilotos son bastante individualistas, porque al final del día se ponen el casco y salen a competir en su vehículo frente a otros, pero Bullet les da la sensación de que pueden tener un amigo piloto. 

¿Ustedes son los responsables de los acuerdos con los equipos y cobran un fee? 

Tenemos seis pilotos, de los cuales algunos ya son profesionales y tienen sus equipos. Hacemos toda la negociación con el equipo de cuánto les van a pagar, negociamos sus sponsors individuales y planteamos los objetivos. Tenemos algunos que siguen invirtiendo y ahí hay dos componentes: sponsors y, muy al principio, inversión de la familia. Colocamos todas las piezas de puzzle para ir contando con el presupuesto adecuado para el proyecto de cada piloto. 

"Colapinto es el primer gran éxito y sueño cumplido", asegura Catarineu, que en está foto está con un joven Colapinto y su socio y pareja, Campbell-Walter.

¿Cómo ves el negocio de la F1, después de algunos años que parecía estar más debilitado?

Hace unos años era un deporte de elite. Sobre todo porque el acceso físico al circuito es muy costoso por una cuestión de oferta y demanda. La Formula 1 -y Lewis Hamilton lo ha pedido- está analizando cómo hacer para lograr que sea más accesible al público en general. Lo bueno es que Netflix sumó mucha gente: acercó a los pilotos y se dejó de ver como algo lejano. De hecho, hoy tiene récord de visualizaciones. El camino es ese: la cercanía con el público. 

¿Y cómo es esto de conseguir y asegurar la butaca? 

Hubo una época donde a lo mejor los equipos estaban en una situación financiera más complicada y necesitaban de un piloto que les traiga nuevos contratos de sponsoreo. Porque la realidad es que el presupuesto de la Fórmula 1 es altísimo. Ahora, gracias a Liberty Media y a lo que aportó Netflix por parte de las visualizaciones, el reparto de los equipos se basa más en resultados que en el dinero que pueden traer los pilotos. Con lo cual, las academy de pilotos jóvenes -como la de Williams, donde estaba Franco hace un mes atrás, pero también las de otras escuderías- están tomando mucho peso. Se están poniendo más en serio para realmente buscar talento. Y ahí es donde entramos nosotros. 

Pero el dinero manda...

Argentina se ha desvivido por Franco y estamos agradecidos a muchas personas y empresas que hicieron su aporte. Pero cuando Williams vio a Franco por primera vez, casi no teníamos apoyo. Era solo su talento. Hubo un cambio en la Fórmula 1 donde el talento es cada vez más importante y eso es muy bueno para el deporte. 

¿Qué impacto tiene en Bullet tener un piloto en F1?

Es un reconocimiento a nuestro trabajo. Fue algo realmente muy difícil, que supone también la posibilidad de que seamos atractivos para más clientes. La realidad es que hoy no puedo pensar mucho en eso. Te diría que queremos seguir manteniendo la estructura y la forma de trabajar que tenemos. Pero el futuro lo dirá, no lo sé ahora. 

¿Y cómo les va en facturación? 

De momento, igual. Supongo que habrá algún cambio en el futuro. Pero el tema de Franco fue, desde el día uno, una cosa más personal que profesional.

De broker a emprendedora

Cuando cumplió 18 años, Catarineu ingresó a la carrera de Negocios y aprovechó su tiempo libre en la temporada estival para hacer prácticas profesionales en un banco español que estaba en Londres. Esa experiencia le valió entender por dónde quería llevar su carrera: se enamoró del mercado bursátil. A su regreso, un amigo de la familia le propuso trabajar con él en un banco durante un mes, hasta su regreso a la universidad. "La realidad es que no fue un mes, fueron 10 años", rememora la empresaria, que trabajó en la Bolsa de Nueva York para un banco español de Madrid, donde hacía trading. 

En un punto de su carrera, el trabajo a contra horario se volvió agotador y decidió pedir el cambio a las bolsas europeas. "La jugada me salió mal, porque terminé trabajando en las bolsas europeas y en la de Nueva York", rememora, entre risas. "Mi jornada de trabajo era de la mañana hasta altas horas de la noche". Ese ritmo la acompañó hasta que se casó y quedó embarazada. Resultaba difícil compatibilizar el ritmo frenético de los mercados bursátiles con la vida familiar. "Mi deseo de ser madre era muy fuerte y sentí que no era compatible con tantas horas de trabajo y de viajes por el mundo, así que lo dejé por completo", describe. En ese momento la decisión no le pesó, más allá de que estaba en el punto más alto de su carrera y que por el contexto de los mercados financieros era un trabajo en el ganaba mucho dinero. Pero no tuvo dudas a la hora de cerrar esa etapa. 

En 2010, retomó un negocio que su familia desarrolló en 1900, con la patente del Jabón de Castilla. Fotos: Jaime Partearroyo. 

La posibilidad de tener un mejor manejo de sus horarios la encontró en el mundo emprendedor. Pero no desarrolló algo nuevo, sino que decidió retomar un negocio presente en su linaje familiar. La familia Catarineu comenzó a crear jabones con aceite de oliva como ingrediente fundamental en 1810. Franceses de origen, huyeron de la Revolución y se refugiaron en España. Con ellos, trajeron la fórmula del Jabón de Marsella. En 1900, constituyeron la empresa Hijos de Catarineu y Cía, que patentó el Jabón de Castilla, una marca que rápidamente se convirtió en líder del mercado español. "Crecí escuchando la historia de cómo habían obtenido la patente y cómo habían instalado fábricas por toda España", rememora. En 1975, con la muerte de su presidente Juan Catarineu, se cerró la última fábrica que la compañía tenía en Aravaca (Madrid). Sus sucesores -el padre de María y su tío- no continuaron el negocio y la empresa cerró. 

Ese mismo año, el 13 de agosto en Madrid, nació María, nieta de Juan. En 2010, cuando decidió dar el salto al mundo emprendedor, le preguntó a su padre si podía retomar el negocio familiar. "Encontré una oportunidad. El skincare estaba en auge total y en plena transformación hacia ingredientes naturales", cuenta. Con la misma receta familiar, un packaging más moderno y algunos ingredientes vintage, se asoció con Marta Gaytán de Ayala y diseñaron un producto pensando en la exportación. 

La receptividad de los consumidores japoneses fue un boom. "La empresa se llamaba Jabones de Castilla y el producto, Katari, que en japonés significa comunicación y queremos trasladarlo a una forma de vida: comunícate con tu piel", explica Catarineu, que llegó a tener más de 16 puntos de venta en Japón, Singapur y Corea. "Cuando llegamos al mercado de Dubai, pequé de ingenua y tuvimos un cliente que nos hizo un pedido considerable y no nos pagó. Me negué a endeudarme para seguir con el negocio. Tenía tres hijos pequeños y no podía poner en juego la estabilidad financiera de mi familia", rememora, aunque asegura que desde entonces piensa en retomar el negocio. 

Pero ese traspié emprendedor no la desmotivó y, apalancada en sus vínculos con Japón, creó Real Experience, que tenía un acuerdo con Real Madrid y traía a clientes asiáticos a vivir un experiencia que combinaba fútbol, gastronomía y el encanto de Madrid. "Hacíamos una actividad muy divertida que era traer a los grupos a cenar en mi casa, con mis tres hijos. Era muy valorado por los japoneses", recuerda. Pero una vez, en 2015, decidió salir de esa sociedad ante la propuesta que la acercó al mundo del automovilismo, Drivex

¿Cómo es ser manager de pilotos?

Hay distintas fases. Primero está el diseño del plan. Cuando tomamos un piloto nuevo lo primero que le preguntamos es cuál es su objetivo. Al principio, todos dicen lo mismo, como es natural: llegar a la Fórmula 1. Pensá que muchos tienen 15 años. Pero luego vamos analizando a dónde podemos llegar. Esa es la parte que toma Jamie, que tiene una experiencia infinita y que sabe decir: "Con el talento que tenés y lo que podemos invertir, el objetivo es este". Todos los pilotos de Bullet han conseguido sus objetivos. Ferdinand Habsburg quería ser campeón del mundo y lo logró hace dos años. Otro quería ganar Le Mans; otro quería ser piloto de una academia. Gracias al talento de Jamie en llevarlos por el camino correcto vemos cómo cada uno va cumpliendo sus sueños. 

"Me gusta estar en el armado del plan y en las negociaciones. Pero aporto mucho en la parte más humana", asegura Catarineu sobre su forma de liderar. 

¿Cuál es tu rol? 

Me gusta estar en el armado del plan y en las negociaciones. Pero aporto mucho en la parte más humana. El piloto es un ser humano y tiene que estar enfocado en dar lo mejor de sí en el coche. Allí tengo más responsabilidad. También en el armado del equipo que acompaña al piloto. Ahora mismo, Franco es el que tiene el equipo más completo: nutricionista, psicólogo deportivo, entrenador, la persona que le lleva las redes sociales. Tenemos la fortaleza de contar con las personas indicadas y los mejores profesionales para que él se dedique a competir. Soy la persona que desde arriba hace que todo esto esté en su sitio. Además, por ejemplo, el Franco de 15 años tenía que jugar porque era un niño. Imagina la cantidad de tonterías que hemos hecho juntos para jugar. Los más chicos tienen que tener sus momentos de niño.  

¿Sentís que el hecho de ser mujer es un plus?  

Sin lugar a dudas. Incluso me lo dicen mucho las madres de los pilotos. Intento darles todo, acercarme a ellos para que no les falte esa figura que muchas veces la tienen lejos. No soy su madre ni quiero serlo, pero sí les doy esa protección y esa sensación de que puedo solucionar todo lo que necesiten. Esa diversidad -entre la visión masculina y femenina- es un diferencial y un punto distintivo de Bullet. A algunas empresas de management quizás les falta esa visión de humanizar al piloto para que puedan dar lo mejor de ellos. 

¿Hay muchas mujeres en el mundo del automovilismo, detrás de escena?

Sí, pero todavía está muy relegado. Casi todas las mujeres están en posiciones de marketing, prensa, comunicación. Hace algunos años empezaron a -lentamente- aparecer mujeres en puestos de mecánica o ingeniería. Pero de momento son las menos. Tenemos una gran referente que es la expiloto Susie Wolff, directora de la F1 Academy exclusiva para mujeres. Cada vez hay más mujeres pilotos, pero son pocas. Lo importante es no sentirnos minoría y aprovechar nuestras fortalezas. A la hora de negociar, tengo ese lado femenino que me permite llevar a quien tengo enfrente a donde lo quiero llevar y conseguir mi meta. 

¿Cómo es esa dinámica de socios entre marido y mujer? 

Con Jamie nos casamos a fines de agosto. Siempre digo que tanto él como yo somos relevantes para la empresa. Ninguno está por encima del otro. Compartimos el camino, los fracasos y los logros de igual manera, porque entendemos que cada uno aporta lo suyo. 

¿Cómo lo ves a Franco para el año que viene? 

Estamos aquí y creo que puede pasar cualquier cosa. Tengo la intuición de que vamos a quedarnos en la Fórmula 1. Ahora mismo no hay una butaca libre, pero tampoco la había hace un mes y la oportunidad surgió. Ahora estamos trabajando en el presente de Franco, pero en paralelo no te puedo negar que estamos abriendo un montón de puertas para quedarnos en este lugar. Lo importante es que Franco está listo para la oportunidad.