"Cuando empecé, para ser líder bastaba con ver un poco más que los demás. Hoy, tenés que saber ver antes que los demás". John Maxwell lleva 50 años trabajando, investigando y escribiendo sobre liderazgo. Considerado una de las máximas autoridades en liderazgo a nivel mundial, el autor de más de 100 libros con varios best seller del New York Times y referente en Estados Unidos según Newsweek, The Wall Street Journal y Fortune, visitó la Argentina y dio una serie de charlas para más de 2.000 personas. Su agenda también incluyó reuniones con empresarios y hasta una recorrida política en la que lo recibió el propio presidente Javier Milei y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri.

Dueño de una de las compañías de coaching más grandes del mundo, quien además es pastor cristiano, llegó a Buenos Aires de la mano de su organización Fundación John Maxwell Leadership, para presentar un programa de liderazgo para jóvenes que se lanzará oficialmente en septiembre.  

Maxwell arribó de la mano de Argennova, la ONG que funciona desde el año pasado como un socio local de la fundación y se dedica a la difusión de sus programas. Su nueva iniciativa "Transformación País", busca convertir a la Argentina en un centro de referencia en liderazgo para América Latina. Como parte de este plan, el país recibirá mayor apoyo de la Fundación John Maxwell Leadership para atraer a líderes, empresarios y coaches de todo el mundo, promoviendo la formación basada en valores en ámbitos clave como la política y los negocios.

Esta acción se sumará a los programas ya implementados en el país, como "Habilidades Blandas y Liderazgo", que ha alcanzado a más de 150.000 personas, y "Yo Lidero", dirigido a jóvenes y niños, con presencia en 50 escuelas y una meta de expansión a 400 instituciones en 2025.

Según los organizadores, la propuesta de Maxwell despertó un gran interés y entusiasmo en el público argentino. En sus propias palabras, encontró una audiencia "receptiva, entusiasta y con un alto interés en aprender y aplicar lo enseñado". La combinación de su metodología participativa y el deseo de transformación en el país parecen haber generado un terreno fértil para que su mensaje eche raíces. En la única entrevista que dio con los medios durante su visita, el gurú del liderazgo dio su visión sobre los líderes de hoy y sus desafíos.

En América Latina en general y en Argentina en particular vivimos con constantes desafíos, crisis, inflación y otros factores urgentes. ¿Los ejecutivos o los líderes necesitan habilidades diferentes al resto del mundo?

Los líderes necesitan, esencialmente, dos cosas: buena capacidad de liderazgo y buenos valores. Pero cuando hablás de los retos que tienen aquí, yo veo que todos los países a los que voy tienen retos. Nunca he ido a un país donde digan que todo va bien. Cuando vamos a cualquier país, prevemos que habrá desafíos. No pasa nada. Eso no nos molesta. Lo que buscamos es que la gente esté dispuesta a comprometerse, a entrar en los grupos pequeños y a participar en el programa para que realmente podamos ayudarles a mejorar su vida. Eso es lo que buscamos. No me molesta cuando hay muchos retos.

Pero cuando hay un contexto de crisis, ¿qué consejo pueden aplicar los líderes?

Una crisis desestabiliza a la gente. Los hace entrar en pánico. Y es como una bolsa vacía. Si pones una bolsa de papel vacía en tu patio, simplemente de pie, cuando te asomas en un minuto o dos, ya está caída. ¿Y por qué se cayó? Porque no hay nada en el interior que la mantenga anclada. Lo que pasa es que cuando ponemos buenos valores en la vida de la gente y aprenden esos valores, se asientan. Se anclan en su interior. Así, cuando la crisis y las dificultades y los vientos de la oposición comienzan a soplar, pueden seguir de pie porque tienen buenos valores.

Dedicaste toda la vida a estudiar el liderazgo. ¿Cómo cambió el modo de liderar a lo largo del tiempo?

Llevo más de 50 años enseñando sobre liderazgo, así que hubo muchos cambios. Cuando empecé como líder, todo lo que tenías que hacer era ver un panorama más amplio, ver más. Si veías más que los demás, probablemente eras el líder. Hoy, con las redes sociales y los cambios tan rápidos que vivimos, tenés que saber ver antes que los demás y antes de que ocurran los cambios. Hoy soplan muchos vientos de liderazgo diferentes. Pero lo que sé es esto: todo empieza y termina en el liderazgo. Y los grandes líderes, cuando llega una crisis, se ajustan. Son flexibles. Se mueven hacia adelante y hacia atrás. Porque saben que siempre hay una respuesta, pero puede que no sea la misma respuesta que tenían la semana pasada o el año pasado. Tienen que saber que hay una respuesta, pero tienen que adaptarse a ella.

¿Cómo pueden los líderes seguir siendo relevantes y conectar con las nuevas generaciones?

Tienen que preocuparse. No conectás a menos que te importe. Y cuando llega una nueva generación, es diferente. La única manera de conectar con la nueva generación es valorarlos como personas, creer en su potencial y hacer el esfuerzo. Si valorás a las personas y te importan, harás ese esfuerzo. Si no valorás a las personas y no te importan, por supuesto que no harás ese esfuerzo.

¿Cuáles son los desafíos que atraviesan hoy a los líderes?

Casi en todos los países los retos son los mismos. Muchas veces no hay un buen liderazgo. Eso es un reto. Muchas veces no hay valores que los estabilicen y los mantengan sólidos. Independientemente de los problemas, los retos, la oposición, si la gente tiene buenos valores, les irá mejor que si no los tienen. No podemos controlar lo que nos ocurre. No siempre podemos controlar las circunstancias externas, pero sí las internas. No es lo que me pasa a mí, es lo que pasa en mí. Y en mí estarían los valores. No puedo controlar lo que ocurre en el exterior, pero puedo controlar mi actitud. Hay cosas que puedo controlar en mi interior, y esas son las que trabajamos o intentamos ayudar a la gente.

Entonces, si quiero tener un buen equipo de líderes en mi empresa, ¿depende más de la empresa o es algo personal?

Podríamos decir que los líderes siempre dirigen a cada persona de forma diferente, mientras que los gerentes tratan de dirigir a todos por igual. Hay una diferencia entre esos dos. Este último tipo no funciona porque a cada persona le motiva algo diferente. Si soy un líder, encontraré para poder guiarte. Si soy un gerente, básicamente te digo que me encuentres a mí porque soy el que establece la forma en que funcionan las cosas. Es un enfoque diferente. Pero si estás tratando de desarrollar un equipo, deben tener valores, porque culturalmente se volverán mejores y tu equipo será mejor.

Y los líderes políticos, ¿qué características deberían tener?

No hay una personalidad definida para el liderazgo. En Estados Unidos, cuando toca cambiar de presidente, casi siempre el siguiente presidente elegido es diferente al anterior porque la gente está cansada del anterior. Tenemos un cambio completo. Hay cuatro temperamentos de personas: melancólico, colérico, flemático y santidad. Conozco líderes que tienen esas diferentes personalidades. El liderazgo se define como una personalidad determinada. El liderazgo es la capacidad de influir en las personas. Ni más ni menos. Y la persona con más influencia va a ser el líder de la manada siempre.

Ahora van a trabajar con niños en Argentina. ¿Por qué cree que es importante transmitir estos valores a la próxima generación de líderes?

Es lo más importante que haremos porque ellos son la próxima generación. Y si adquieren buenos valores a una edad temprana, eso les da una base de estabilidad para toda la vida. Si no adquieren esos buenos valores a una edad temprana, están perdidos. Y, por lo tanto, nunca podrán tener la solidez que necesitan para ser el tipo de persona, el tipo de ciudadano que realmente necesitan ser. Por eso creemos que el programa "Yo lidero" que venimos a promover en las escuelas es probablemente lo más importante que hacemos, porque es el futuro del país.