Qué factores hicieron que se eleve el porcentaje de fraudes y robos en las empresas argentinas
Un relevamiento de la Consultora EY revela datos interesantes sobre los principales incidentes en las organizaciones que atentan contra su integridad.

El 13% de los argentinos afirmó que en los últimos dos años experimentó dificultades para operar con integridad, según el Global Integrity Report 2024 de la consultora EY, un estudio que contó con la participación de directores, ejecutivos y empleados de empresas de 53 países, e incluyó a 90 representantes de organizaciones argentinas.

Los principales incidentes sufridos por las organizaciones - mencionados en el estudio- fueron los clásicos fraude y robo, que representaron un 33% de los casos, seguidos por incumplimientos laborales (25%), financieros (17%), privacidad de datos (17%), y cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) (25%).

El relevamiento destacó que los estándares de integridad corporativa aumentaron, impulsados por una mejor orientación de la gerencia y una regulación más sólida. No obstante, las presiones internas y externas sobre los comportamientos de los colaboradores siguieron siendo relevantes.

Factores internos y externos que afectan la integridad

 

Dentro de los factores internos que influyeron sobre los integrantes de una organización para que la integridad se viera afectada se destacaron:

  • la alta rotación de empleados (26%);
  • la falta de recursos (25%); 
  • la presión de la gerencia (24%);
  • la falla de los procesos o controles financieros (20%). 

En el frente externo:

  • El 30% mencionó el entorno macroeconómico actual;
  • También señalaron amenazas cibernéticas (26%);
  • Crisis relacionadas con la salud (22%);
  • Expectativas de desempeño financiero (22%), interrupciones en la cadena de suministro (21%) y amenazas geopolíticas (15%).

Respecto al cumplimiento de estándares de integridad en la organización en Argentina, aunque mejoraron los índices en comparación con el relevamiento de 2022, se duplicó el porcentaje de encuestados que creyeron que la situación empeoró

Las principales razones fueron: los desafíos económicos (60%), un entorno de negocios dificultoso (50%), prioridades contrapuestas o fallas en la priorización del cumplimiento (50%), y limitaciones presupuestarias (40%). Estos porcentajes superaron ampliamente los registrados a nivel global y latinoamericano.

Percepciones sobre la ética y canales de denuncia

La encuesta también reflejó que más de un tercio de los participantes de Argentina consideró que existen colaboradores en sus respectivas organizaciones que sacrificarían la integridad por beneficios financieros de corto plazo para la organización, elevándose al 43% cuando los beneficios eran personales.

“Estos porcentajes exponen valores menores que los vertidos por los participantes de países de Latinoamérica y emergentes, sin embargo refleja riesgos de potenciales incumplimientos o fraudes, que podrían representar no solo impactos económicos y posibles sanciones, sino afectar la reputación organizacional”, destacó Leandro Dores, socio de Forensic & Integrity Services de EY Argentina.

Un 30 por ciento consideró que toleraría la falta de ética en casos que involucran a personal experimentado o de alto rendimiento. Adicionalmente, un tercio de los participantes reconoció haber tenido preocupaciones sobre conductas indebidas y no haberlas reportado y uno de cada diez afirmó no contar en su organización con canales de denuncia. Las razones principales de no denunciar proporcionadas incluyen: (i) la preocupación por su carrera profesional dentro de su organización, (ii) la impresión de que sus preocupaciones no serían tomadas en cuenta y (iii) la sensación de que no forma parte de las responsabilidades.

“La cultura de integridad y la confianza son los cimientos sobre los que se asienta la excelencia empresarial. Es algo que todos deben interiorizar y practicar, desde el Directorio y alta gerencia hasta los empleados en niveles operativos, así como los socios de negocio y terceros; en estos últimos dos, es crítico un proceso robusto de debida diligencia y monitoreo”, concluyó el socio de EY Argentina.