Por qué el verano es ideal para recalibrar nuestra marca personal
Lejos de ser solo una temporada para desconectarse, es también una oportunidad clave para plantear los objetivos del año.

El verano es una pausa natural en el ritmo del año: los días se alargan, las agendas se relajan y la mente encuentra espacios para reflexionar. Lejos de ser solo una temporada para desconectarse, es también una oportunidad clave para recalibrar nuestra marca personal y sentar las bases de un nuevo ciclo. La neurociencia y la psicología respaldan la importancia que tiene este balance estacional para potenciar nuestra creatividad y efectividad en el futuro.

La revisión de lo ocurrido y el cierre son herramientas poderosas para encarar un nuevo año. Los momentos de reflexión y balance ayudan a consolidar aprendizajes y a reducir el estrés. Durante el verano, la mente está predispuesta a un estado más relajado, lo que facilita la introspección y la creatividad. En palabras de la neurocientífica Mary Helen Immordino-Yang: "El cerebro necesita tiempo de inactividad para procesar experiencias, consolidar ideas y generar nuevos insights".

 

Las personas que equilibran bienestar personal y profesional tienen un 23% más de probabilidades de alcanzar sus metas

 

La psicología también destaca la importancia del cierre. Que este sea efectivo no solo permite evaluar logros y áreas de mejora, sino que también genera la energía emocional necesaria para avanzar hacia objetivos renovados. Es el momento ideal para convertir la angustia que conlleva el fin de un ciclo en la ilusión de lo nuevo que vendrá, hacer un espacio para pensar en el paso siguiente pero con la experiencia de lo aprendido. Esta dinámica, conocida como "éxito progresivo", fortalece la motivación y la confianza personal.

Un estudio de Gallup, la empresa Estadounidense reconocida por sus encuestas de opinión pública,  demostró que las personas que equilibran bienestar personal y profesional tienen un 23% más de probabilidades de alcanzar sus metas. La Harvard Business Review indica, por su parte, que los líderes que incorporan tiempo para el descanso y la reflexión tienen un 40% más de probabilidades de tomar decisiones estratégicas acertadas.

 

Aquí una guía práctica para el receso de verano:

 

  1. Hacer un Balance Integral:
    Reflexionar sobre nuestra marca personal en tres áreas clave:
    • Logros Profesionales: ¿Cuáles fueron los hitos más destacados del año?
    • Crecimiento Personal: ¿Qué aprendimos y cómo evolucionamos?
    • Red de Contactos: Revisar si se fortalecieron relaciones valiosas o creamos nuevas conexiones.
  2. Definir el Propósito para el Próximo Ciclo:
    Usar este momento para reconectar con la visión y los valores. Herramientas como el journaling o los mapas mentales pueden ayudar a clarificar nuestro norte.
  3. Plantear Metas SMART:
    • Específicas: Definir exactamente qué quisiéramos lograr.
    • Medibles: Establecer indicadores claros de éxito.
    • Alcanzables: Asegurarnos de que sean realistas.
    • Relevantes: Alinear los objetivos con nuestra marca personal.
    • Temporales: Asignar plazos concretos para cada meta.

No debemos olvidar incorporar bienestar a la estrategia. La salud mental y física son pilares de una marca personal sostenible. Técnicas como la meditación, el ejercicio regular y los momentos de desconexión digital fortalecen la claridad y el foco. Bill Gates, por ejemplo, dedica una "Think Week" cada año, muchas veces durante el verano, para desconectar y leer libros que expanden su perspectiva. Esta práctica ha sido clave en su liderazgo.

El descanso y el balance entre reflexión y proyección fortalecerán nuestra marca personal y nos prepararán para avanzar con confianza hacia el futuro que deseamos construir. Será entonces el momento ideal para transformar la pausa en nuestro mayor impulso.