Forbes Argentina
bob-parsons
Liderazgo

Por qué el creador de GoDaddy devolvió el préstamo de rescate que le hizo el Gobierno de EE.UU.

Forbes US

Share

15 Mayo de 2020 08.30

En marzo, cuando la cuarentena obligó a Bob Parsons a despedir a 25 empleados en su club de golf exclusivo, el Scottsdale National Golf Club, el multimillonario de 69 años solicitó un préstamo del Programa de Protección de Pago de Salarios (PPP, por sus siglas en inglés).

El 13 de abril, Parsons recibió US$ 8 millones para repartir entre sus 16 empresas. Pero la semana pasada, el fundador de la registradora de nombres de dominios y proveedora de hosting web GoDaddy cambió de opinión y le devolvió la plata al Gobierno federal.

“Hay muchas empresas que la necesitan mucho más que nosotros, así que nos pareció correcto devolverla”, afirma Parsons. “Tuve que pensarlo un poco ?era una gran oportunidad? pero nunca me niego a hacer lo correcto, y eso era lo correcto”.

En un principio, Parsons planificaba recortar su plantilla de más de 900 empleados “en todas partes” a mediados de marzo. En aquel entonces, el valor de sus inversiones en su fondo de cobertura (hedge fund) privado, YAM Investments, se había achicado US$ 700 millones. Parsons afirma que pudo pagarles seis semanas de indemnización a las 25 personas a las que despidió. Aunque la pandemia afectó a casi todas las empresas de su diversa cartera ?incluyendo la concesionaria de Harley-Davidson más grande de América del Norte y el fabricante de palos de golf Parsons Xtreme Golf (PXG)?, Parsons afirma que no tuvo que echar ni suspender a nadie más.

¿Le preocupaba el rechazo que provocaría al pedirle una mano al Estado siendo multimillonarió Parsons admite que quizás un poco, pero insiste en que esa no fue lo que lo llevó a devolver la plata del PPP. “Parece que tenemos un montón de dinero, pero no es así”, afirma. “Lo tenemos si a nuestras acciones les va muy bien y podemos tomar plata prestada del hedge fund. Pero cuando se cae todo como se cayó, no se puede tomar prestado porque se puede perder todo”.

De Vietnam a Arizona

Bob Parsons sabe lo que es no tener nada. Vivió su infancia y adolescencia “pobre como ratón de iglesia” en Baltimore y tuvo dificultades en la escuela: repitió quinto grado. Tras repetir el último año de la secundaria, se alistó en los Marines y lo mandaron a Vietnam en el peor momento de la guerra. Recibió tres medallas durante su período de servicio, entre ellas el Corazón Púrpura.

Pero hace mucho que a Parsons no le falta nada. Al volver de Vietnam, se anotó en la Universidad de Baltimore y después de recibirse con honores, empezó a trabajar de contador en una empresa de computación, Control Data. Para 1984, ya había lanzado su propia empresa de software, Parsons Technology, y una década después se la vendió a Intuit por US$ 64 millones.

En 1997, buscando reinventarse, Parsons fundó Jomax Technologies, una empresa de diseño web. A los pocos años, le cambió el nombre a GoDaddy y empezó a vender nombres de dominios. Le vendió la mayor parte de GoDaddy, que se volvió famosa por sus publicidades picantes y casi sexistas para el Super Bowl, a inversores de capital privado en 2011. Según estima Forbes, esa operación le valió aproximadamente US$ 900 millones; vendió la última de sus acciones en la empresa que ahora cotiza en bolsa en 2018.

Con los años, Parsons creó más de una docena de emprendimientos. Puso la cifra estimada de US$ 600 millones en propiedades comerciales en Arizona. Además del club de golf, es dueño de shoppings, las concesionarias de Harley, una agencia de publicidad, una productora de cine y PXG.

“Volveré”

Parsons afirma que desde que empezó la cuarentena sus empresas perdieron US$ 500 millones en valor de mercado entre todas, pero no está muy preocupado.

“Esa es la situación ahora, pero a medida que vaya reabriendo el país, espero que la cosa empiece a tomar impulso porque le acaban de inyectar un par de billones de dólares a la economía”, declara, en referencia al paquete de estímulo de US$ 2 billones del Gobierno. “Tengo que creer que eso va a ayudar”.

En realidad, Parsons explica que su hedge fund rebotó después de tocar fondo en marzo y achicó su pérdida de valor a US$ 400 millones.  Para su sorpresa, muchos de los inquilinos de sus propiedades comerciales pudieron pagarle el alquiler. Ahora, contratará a 20 empleados nuevos en el Scottsdale National Golf Club. “Creo que me recuperaré en junio, julio o agosto, quizás hasta mejore”, afirma. “No me tengan lástima, volveré”.

Parsons cuenta que mientras tanto, está haciendo todo lo que puede para proteger a sus empleados. Como hicieron muchas empresas, le permitió a gran parte del personal trabajar desde sus casas, y puso enfermeras en la entrada de todas sus instalaciones para tomarles la temperatura a los que no puedan trabajar de manera remota. También recauchutó su empresa de fabricación y personalización de motos en Scottsdale, Spooky Fast, para que fabrique alcohol en gel para sus empleados.

Parsons afirma que a veces va a su oficina en Scottsdale para ayudar a los pocos empleados que siguen trabajando. “No somos monjas en el baile de una escuela católica, no ponemos palos para medir la distancia entre las personas”, declara. “Son 2 metros [de distancia], usamos barbijo y tenemos un montón de alcohol en gel”.

Una de sus empresas más golpeadas es YAM Properties, su división de inmuebles comerciales, que cuenta entre los clientes de sus propiedades de uso mixto en Arizona a Chase, Bed Bath & Beyond y AMC Theatres. Muchos otros tuvieron problemas para pagar el alquiler, afirma Parsons.

“Hacemos lo posible para no ser desalmados. Creemos que la gente importa”, declara Parsons. “Estamos tratando de trabajar lo más posible con ellos. En vez de decirles ?Los vamos a echar?, [les preguntamos] ?¿Cuánto pueden pagar y cuándó?”. Inclusive, Parsons trata de ayudar con los negocios (y tal vez el ánimo) de sus inquilinos organizando dos sesiones de autocine por semana en dos shoppings suyos.

Parsons afirma que contrató a una empresa para instalar una pantalla gigante en los estacionamientos de los shoppings. La entrada sale entre US$ 15 y US$ 20 y el sonido se transmite por un canal de radio FM sin usar. El empresario alienta a los que vayan a que pidan comida y bebida en los locales del shopping; si gastan ahí el valor de la entrada, se lo reembolsa. Parsons cuenta que en Sonora Village, uno de los shoppings, vendió 1.772 entradas en los últimos 10 días, con lo cual ganó US$ 17.300 incluso con los reembolsos, mucho menos de lo que costó organizar la sesión.

Autora: Kristin Stoller

10