Brasileña e hija de argentinos, Isela Costantini es una de las mujeres más reconocidas en el ámbito corporate local. Fue presidenta de Aerolíneas Argentinas en 2016. Y, anteriormente, CEO de General Motors para Argentina, Uruguay y Paraguay, siendo la primera mujer en dirigir una compañía automotriz en la Argentina. Hoy ocupa el sillón de CEO de GST-Servicios Financieros.
Cuando terminó la carrera de Comunicación Social y Publicidad en su país natal, descubrió que su pasión era el mundo corporativo. Lo que más me gustaba era el marketing, y me interesaba mucho la parte estratégica, cuenta la ejecutiva. Así, ingresó a la empresa O Boticario, la mayor red de franquicia de cosmética y perfumes en el mundo, como planificadora de Marketing. Llegó a la empresa a través de conocidos en la industria.
Le mandé una carta al director de Marketing. Le conté quién era y las pasantías que había hecho y le dije que quería trabajar ahí, rememora. Una semana después fue a una reunión con él y, sorpresivamente, comenzó a trabajar ese mismo día. El equipo de planificación era nuevo, estaba todo por hacerse, y eso fue lo que más la motivó. Fue fascinante, se sincera. Su primer gran proyecto fue desarrollar el primer club de fidelización de la empresa, que se llamaba Club Tati, como uno de sus perfumes.
A partir de ese proyecto, su trabajo en la compañía fue creciendo. Le siguió una mayor responsabilidad sobre el lanzamiento de productos y desarrollo de nuevos negocios. Lo máximo que me tocó fue cuando me mandaron a la Argentina a un Congreso de Franquicias muy importante a nivel regional y querían que volviera con una propuesta comercial para desembarcar en el país, cuenta. Hizo encuestas, charló con clientes y cuando volvió, a los 22 años, se sentó con el dueño de la empresa y tres de sus directores más cercanos para contarles lo que había encontrado como oportunidad de negocios.
Fue una experiencia increíble: aprendí mucho a trabajar en equipo y sobre lo importante que es tener visión estratégica, cuenta Costantini sobre la empresa en la que estuvo dos años. Fue ahí cuando decidió que era tiempo de buscar nuevos desafíos: Sentía que me faltaba la pata de Comunicación.