Quien lleva el timón de Whirlpool en Argentina y el sur de Latinoamérica, Paula Altavilla, se muestra respetuosa pero preocupada por el efecto que la continuidad de la cuarentena podría tener en un sector que hace dos años que está en crisis.

Cuidado. Esa parece ser la palabra clave en estos tiempos en que la realidad se parece demasiado a la ciencia ficción. Quedarse en casa, lavarse permanentemente las manos, extremar las medidas de higiene y desarrollar estrategias para continuar con la dinámica cotidiana de la mejor manera posible, son algunos preceptos generales que trasciende los muros de los hogares para extenderse al ámbito empresarial.

Porque, de nuevo, cuidar y cuidarse es el lema. Y así lo entiende Paula Altavilla, directora para la Región Sur en Whirlpool Latin America, quien revela a Forbes que para atravesar el difícil momento que impone el Coronavirus, lleva adelante tres lineamientos claros: "valorar a las personas, respetar las normas locales y sostener la operación de la compañía".

Una semana antes de que el Gobierno Nacional declarara el aislamiento preventivo y obligatorio, Whirlpool decidió que unas 150 personas pudieran continuar con sus responsabilidades vía home office. Además, tomó el compromiso de seguir sosteniendo el empleo y los salarios; y se abrió un canal de comunicación con información actualizada sobre Covid19, recomendaciones y charla con expertos. Whirlpool también se sumó a #SeamosUno, iniciativa de un grupo de instituciones religiosas, civiles y privadas que busca mermar el impacto de la pandemia con la donación de un millón de cajas de alimentos. 

Pero mantener la operatoria demanda estrategias y algo más. Desde que se decretó la cuarentena, solo se pudo reactivar, a partir de la semana pasada, el comercio exterior, el servicio técnico y entregas de e-commerce. Pero, como explica Altavilla, "los canales de venta tradicionales representan el 85% mientras que el online alrededor del 12 %. Sostener las estructuras se complica con las tiendas cerradas".

¿Cuánto impacta este momento en un negocio que ya vivía una situación adversa por la baja del consumó

Depende muchísimo de cuánto tiempo más dure la cuarentena y de cuándo podamos volver a tener una operatoria normal. El sector viene de dos años difíciles que ha afectado a la mayoría. En lo que más impacta es en no estar con una operación regular, es en el flujo de la cadena de pagos. Cada semana y cada mes que no abren, el impacto se incrementa. Con esta situación, se están duplicando las ventas del canal online pero ese incremento no llega a compensar el volumen de los canales tradicionales. 

¿Entonces?

Hay cierta preocupación por la duración de la cuarentena. Necesitamos encontrar mecanismos que nos permitan empezar a producir cuidando la salud de los colaboradores y de la gente y minimizando el impacto económico. Es un tema que estamos conversando internamente. De hecho, para retomar con esas pequeñas operaciones que mencioné antes, se ha puesto en marcha un protocolo a través del Comité de Crisis -con referentes de RR.HH., Seguridad e Higiene, Manufactura, Legales y Relaciones Públicas- que se reúne a diario, desde hace un mes. Además, a través de las diferentes cámaras sectoriales, tenemos conversaciones con el Gobierno y se le están haciendo recomendaciones. 

¿Qué opina acerca de la política del aislamiento preventivo y obligatorió

Es una crisis que pone a todos a prueba. Es difícil tomar decisiones. No puedo hacer un juicio de valor de lo que ha hecho el Gobierno, aunque si veo la curva, creo que se ha logrado el objetivo. Seguramente, se tomó la mejor decisión que en ese momento se tenía que tomar. Pero de la misma manera que se encontraron mecanismos para ir al banco o al supermercado, hay que encontrar mecanismos para el sector productivo.

¿Qué necesitan del Ejecutivó

El mercado de electrodomésticos depende de variables como el salario real y el acceso a la financiación. El Gobierno venía trabajando a través de planes como Ahora 12 para ayudar con la financiación. Incluso la baja de tasas ayudó en ese sentido. Hoy, de la capacidad instalada, está en uso el 50 %, en un mercado con una caída del 30 % en los últimos dos años. Es importante sostener variables macroeconómicas que permitan agilizar la cadena de suministros y de distribución para tener una oferta completa de productos, al mismo tiempo que aumentar el volumen de ventas.

¿Qué lecciones deberían ser aprendidas a partir de esta experienciá

Creo que, en esta crisis, como en muchas otras, necesitamos principalmente tener empatía. Ponernos en lugar del otro. Ser más pragmáticos y flexibles que nunca a la hora de tomar decisiones. Hay que aprender la importancia que tiene la comunicación, porque cuando las personas entienden lo que está en juego y lo que tienen hacer, las decisiones que se toman tienen los mejores resultados. También hay que aprender a no perder la perspectiva. Tener los pies en el suelo y ver lo que viene. Hay que aprovechar a potenciar el trabajo remoto y las comunicaciones digitales en todas las organizaciones. Existe un gap enorme entre lo que podría hacerse online y lo que hoy se está haciendo. Hay una oportunidad enorme, incluso de desarrollo de negocios, para poder trabajar, relacionarnos y vivir mejor.