Aunque parezca que pasa desapercibido, el lenguaje cotidiano en el lugar de trabajo es mucho más que una herramienta de comunicación; es un arma de doble filo que puede construir o destruir.
Sin temor a equivocarme, las palabras envenenan o nutren a las personas, y, en un entorno laboral donde las palabras negativas predominan, el impacto emocional y psicológico sobre el personal se traduce en un deterioro del desempeño, un aumento de los conflictos y, en el peor de los casos, una desmotivación crónica.
Un estudio realizado por Gallup en 2020 reveló que los ambientes laborales percibidos como "tóxicos" —aquellos en los que prevalecen expresiones negativas— reportan hasta un 48% más de rotación de empleados, lo que genera costos ocultos en productividad y cultura organizacional.
¿Qué tan profundamente afecta el lenguaje negativo el día a día laboral? La respuesta está en los detalles: en las palabras que repetimos y en cómo modelan nuestras emociones. Los humanos somos seres lingüísticos; esto significa que el lenguaje que usamos le da significado a lo que vivimos. En el coaching, hay un concepto que dice que somos lenguaje, cuerpo y emociones. Esta combinación de factores es decisiva para crear la realidad que vivimos, tanto positiva como negativa.
Cifras que revelan el impacto oculto
Según un análisis de la Harvard Business Review (2021), las palabras negativas incrementan la percepción de estrés en los equipos hasta en un 37%, lo que impacta directamente en la colaboración y la creatividad. El simple uso de términos como "urgente" o "complicado" reduce las interacciones proactivas, promoviendo un clima de ansiedad.
En la salud mental, la American Psychological Association (APA) destaca que el lenguaje negativo recurrente desencadena problemas como el síndrome de desgaste profesional, más conocido como burnout. Este fenómeno afecta aproximadamente al 52% de los empleados a nivel global.
Las 10 palabras que más dañan el clima laboral
- Tedio, aburrimiento: Paraliza la motivación y refleja monotonía.
- Imposible: Mata la innovación antes de que nazca.
- Problema: Induce a la preocupación en lugar de al análisis constructivo.
- Error: Estigmatiza la falla y genera miedo a equivocarse.
- Urgente: Provoca un estado de estrés constante.
- Complicado: Desalienta a probar nuevas ideas.
- Incompetente, inútil: Daña la autoestima de manera irreversible.
- Lamentablemente: Instala un sentimiento de derrota anticipada.
- Fracaso: Refuerza el miedo y limita el riesgo calculado.
- Culpa: Desmotiva y evita que las personas asuman responsabilidad.
Cómo liberarte del lenguaje que asfixia
Si deseas mejorar la comunicación y aumentar el desempeño en tu empresa o equipo, aquí tienes cuatro ideas que te ayudarán:
1 - Reformula tus palabras para abrir posibilidades
Sustituye "problema" por "reto" o "oportunidad". Esto cambia la percepción de los desafíos y fomenta el pensamiento creativo. El cerebro se pone perezoso ante la palabra 'problema'. En cambio, 'desafío' lo estimula y da impulso.
2 - Educa a tus equipos en comunicación asertiva y positiva
Una buena forma es entrenar a las personas mediante capacitaciones regulares para mejorar el uso consciente del lenguaje y su impacto emocional.
3 - Reconoce públicamente los esfuerzos y logros
Generar una cultura de reconocimiento verbal transforma la percepción del esfuerzo y crea un ambiente emocionalmente seguro.
4 - Crea una lista de palabras que no conviene utilizar
En una empresa con la que trabajo, colocamos en una cartelera, una lista con decenas de palabras no contributivas. El resultado fue que, al cabo de seis meses, la mayoría de las personas había pulido su comunicación, y, por consecuencia, aumentado su motivación.
Como señaló el psicólogo Martin Seligman, pionero de la psicología positiva: "Las palabras no solo describen nuestra realidad, sino que la crean." La pregunta es: ¿qué realidad estamos construyendo con las palabras que elegimos? Si aspiramos a un entorno laboral de éxito, debemos empezar a hablar el idioma del crecimiento y la motivación.
Daniel Colombo
Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 33 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.
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