Los políticos esperan ahora convencer a los directivos de que la flexibilidad de horario, el trabajo a distancia, la creciente interconexión y otros avances pueden ser beneficiosos si se mantienen incluso después de la salida de la crisis sanitaria.
En el esbozo de su campaña, el gobierno de Japón afirma que con una semana laboral de cuatro días las empresas podrán retener a personal capaz y con experiencia.
También alentará a más personas a obtener calificaciones educativas adicionales, e incluso a realizar trabajos secundarios además de su empleo habitual. Además, las autoridades esperan que un día libre más a la semana anime a la gente a salir y gastar, impulsando así la economía.
También se prevé que los jóvenes tengan más tiempo para conocerse, casarse y tener hijos, lo que contribuirá a resolver el problema de la baja la natalidad y el envejecimiento de la población.
El gobierno tiene mucho interés en que este cambio de actitud se arraigue en las empresas japonesas, dijo a DW, Martin Schulz, economista jefe de políticas de la Unidad de Inteligencia de Mercado Global de Fujitsu.
Las últimas administraciones japonesas han buscado acelerar la economía nacional, pero la política fiscal y el banco central tienen limitadas herramientas. Eso hace que las reformas de los estilos de vida y de trabajo de millones de japoneses sean su próximo enfoque, dijo.
Durante la pandemia, las empresas han cambiado su forma de trabajar, y están viendo un aumento gradual de la productividad, dijo Schulz. Las empresas están haciendo que sus empleados trabajen desde casa o a distancia, en oficinas satélite o en las instalaciones de sus clientes, lo que puede resultar mucho más cómodo y productivo.
Escasez de mano de obra
Fujitsu ha aprovechado la oportunidad, señaló Schulz, ya que la empresa ha reducido el espacio de las oficinas de su sede en Tokio en un 50%, a medida que se desplaza hacia el trabajo a distancia. Sin embargo, los planes del gobierno tienen sus inconvenientes, ya que Japón está sufriendo una escasez de mano de obra provocada por la disminución de jóvenes que se incorporan al mercado laboral.
Asimismo, existe la preocupación de que los directivos se muestren reacios a eliminar algunas de las actitudes empresariales. Los empleados, por su parte, encuentran atractiva la idea de una semana laboral más corta, pero les preocupa la reducción de los salarios y las acusaciones de que no están totalmente comprometidos con su empresa.
Uno de los mayores problemas de los jóvenes hoy en día son las horas extras no pagadas, conocidas como horas extras de servicio. La empresa a la que se incorporará Shigeno, un joven consultado por DW, le prometió que nunca tendrá que hacer más de 15 horas extra al mes. Algunas empresas exigen unas 60 horas extras al mes.
Muerte por exceso de trabajo
En Japón hay jóvenes empleados que se enferman debido a las excesivas horas extras, o que se quitan la vida a causa del estrés. Conocido como karoshi, o muerte por exceso de trabajo, las investigaciones suelen determinar que los trabajadores colapsan tras realizar más de 100 horas extras de servicio durante meses.
Schulz agrega que los empleados han demostrado que no necesitan estar en una oficina cinco días a la semana y hasta altas horas de la noche para seguir siendo productivos.