La entrevista es por streaming, teléfono e Instagram Live. Nos preparamos para interrupciones o gritos de hijos de fondo. Increíblemente, no sucede. La charla principal es el 3 de abril, mientras hay 1.200 casos registrados y cuando, en medio de la cuarentena, una multitud de ancianos salen a la calle a cobrar la jubilación. Más allá del contexto, la charla con Nicolás Vaquer, médico y CEO de Pfizer, atraviesa todos los temas: ciencia, salud, economía y negocios. Y también política.
¿Cómo evaluás hasta la fecha el manejo de la crisis por parte del Gobierno?
Tuvimos la suerte de tener el diario del lunes. Y se actuó con prudencia y rapidez. Se tomaron medidas muy duras y difíciles pero correctas.
Si el pico se estima para mediados de mayo, ¿cómo imaginás que se extenderá la cuarentena?
Entiendo que el Gobierno irá liberando los sectores cuya presencia física tiene más impacto en el desarrollo económico. La construcción, por ejemplo. Pero habrá que hacerlo con las medidas adecuadas. Es una relación entre beneficio y seguridad que irán evaluando con los expertos día a día.
¿Qué posibilidades hay de que se repita aquí una situación trágica como la de España?
Creo que es muy poco probable, siempre y cuando se siga actuando con prudencia. En Pfizer nos preparamos una semana antes de la cuarentana. Y de los 600 empleados, 400 se quedan en sus casas. Los otros 200, de la línea de producción en Soldati, van en autos particulares o autos provistos por la empresa pero no en transporte público.
¿Cuál fue la mayor dificultad organizacional para adaptarse a estos cambios?
En general pudimos hacerlo sin problemas. Sí se siente la falta de espontaneidad o la cotidianidad de la presencia de otro. Tiene un impacto emocional, se extraña a los colegas. Pero sin duda había que hacerlo.
¿Cuál es el mayor impacto que tiene esta crisis sanitaria en la industria?
El impacto ya venía por la devaluación y la inflación. En la línea de producción seguimos trabajando y abasteciendo a todos los pacientes como antes de la pandemia.
Pero, dentro de la información que pueden brindar, ¿cómo le fue a Pfizer en el 2019?
Bien en términos de volumen: producimos más, llegamos a más pacientes. Pero en facturación por supuesto que se sintió el impacto dólar y devaluación, además de cuestiones financieras relevantes.
El PAMI debe $ 11.000 millones al sector. El Gobierno suele pedirles a los laboratorios que aporten a un contexto crítico. ¿Llegarán a un acuerdo?
Ahora se resolvió que las nuevas contrataciones se pagarán a término. Y hay un plan de Nación para ir saldando la deuda a través de un bono o instrumento similar.
¿En cuánto tiempo Pfizer o el mundo encontrarán una vacuna efectiva para el COVID-19?
Hay dos líneas de investigación. Por un lado los antivirales, via endovenosa u oral, que apuntan a desacelerar o disminuir la duración del virus en pacientes ya contagiados. Pfizer sigue, desde su Centro de Investigación en California, con esa línea que ya había utilizado con el SARS. La otra línea, que son las vacunas orientadas a prevenir y disminuir la circulación del virus, ya está en marcha tras un acuerdo con BioNtech.
¿Y para cuándo tendrían los primeros estudios clínicos?
Para fin de año. Pero para fines de abril ya podrían empezar los primeros estudios clínicos. No puedo establecer un plazo. Depende de resultados, pruebas y eficacia. Hay 35 laboratorios en todo el mundo, con distintas técnicas, trabajando en esta línea.
¿Cuánto tiempo puede pasar desde esos estudios hasta una vacuna aprobada? Se estima de un año a dieciocho meses, ¿puede ser?
No puedo establecer un plazo. Depende de resultados, pruebas y eficacia. Hay 35 laboratorios en todo el mundo, con distintas técnicas, trabajando en esta línea.
¿Cómo es el clima global en esa carrera por la vacuna?
Estoy muy orgulloso por la colaboración que demuestra la industria en el mundo. En el caso de Pfizer se anunció que, en caso de que otro laboratorio llegue antes, ofreceremos toda la estructura global, manufactura, vínculos con estados, conocimientos regulatorios y población de testeo, para que otro laboratorio pueda avanzar en la etapa final y llegue lo antes posible a la gente.
¿Cuál es el mayor aprendizaje que deja la pandemia?
Circula un video de Bill Gates anticipando esta pandemia, aunque se refería más a una reaparición de la Influenza. Pfizer y otros laboratorios se comprometieron a abrir un diálogo más fluido con gobiernos para estar mejor preparados.
¿Creés que los movimientos antivacuna aprenderán esta lección?
¡Eso espero! Confío en que se terminen los antivacunas. Por lo menos los que no sabían mucho al respecto. Va a ser más difícil convencer a los que tienen posiciones más arraigadas.
¿Por qué?
Porque siguen pensando que al cuerpo humano no debe introducirse ningún componente ajeno. Y la verdad es que se encontraban alejados en el tiempo de viejas epidemias resueltas por las vacunas como la polio, el sarampión o la viruela. Y además, aun sin vacunarse, estaban protegidos porque la gran mayoría sí lo está. Ojalá que después del COVID-19 ya no queden antivacunas.
¿Cómo impactó la pandemia en Pfizer?
A nivel local nos encontró más preparados por todo lo que venía pasando en el mundo. Una semana antes de que se decretara la cuarentana ya la habíamos implementado.
BIO
Médico graduado con honores de la UBA y MBA Internacional de la UCA, de Lovaina, Bélgica. Comenzó su carrera en Pfizer en 2006, como coordinador de Medicina Científica y luego como gerente de la unidad de Oncología en Argentina. Posteriormente, adquirió experiencia en marketing internacional en diferentes regiones (América Latina, Europa Central y Oriental) y áreas terapéuticas (Oncología e Inflamación e Inmunología).