Mobbing en la empresa: 14 conductas habituales para estar atentos ante señales de acoso
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
El término pasa de ser una moda: se ha enquistado en muchas organizaciones y se trata de uno de los temas más preocupantes por los que atraviesan todo tipo de empresas, sin importar el sector ni su tamaño. “Mobbing” se refiere al acoso laboral, moral o psicológico en el marco del trabajo, mediante el que una persona o un grupo tienen acciones violentas de forma sistemática -al menos, una vez por semana- durante un tiempo prolongado de más de seis meses, dirigidas hacia alguien o un sector de la empresa.
Esta forma, una consecuencia del estrés laboral extremo, se genera la mayoría de las veces por causas que no tienen que ver con el desempeño o rendimiento, sino por la forma de vincularse. Por ejemplo, seguro que conoces el caso de alguien a quien se le asignan por tiempo prolongado tareas muy inferiores a su capacidad, o muy superiores -por lo que no sabrá cumplirlas-.
Otras veces, son los altos mandos quienes actúan con impunidad y autoritarismo, despreciando a la persona trabajadora, sometiéndola a habladurías a sus espaldas, minimizando sus logros y aptitudes frente al resto, o teniendo expresiones que son una afrenta, como gritos, insultos, atropellos y hostigamiento de distinto tipo.
El mobbing no distingue y afecta a personas de todo género y edad, tengan o no un puesto directivo, o seas la flamante incorporación o tengas trayectoria en la compañía. Para poder entender mejor este fenómeno, se lo ha categorizado en tres movimientos:
Mobbing horizontal: entre personas con un mismo nivel jerárquico que promueven el acoso actuando en conjunto en detrimento de alguien de la empresa. Por ejemplo, cuando un equipo completo comienza a hostigar a uno de sus integrantes.
Mobbing ascendente: aquí, dos o más personas se alían en contra de alguien jerárquico. Es el caso cuando se incorpora un mando superior o cuando un colega de la misma línea en el escalafón, asciende y pasa a liderar a sus ex pares, quienes le deben reportar.
Mobbing descendente: la persona con más poder lo ejerce mediante su accionar, pretendiendo minar psicológicamente a otra, que, por lo general, es su subordinada.
Hay muchos signos del maltrato cotidiano dentro de las organizaciones, desde ignorar a una persona, hasta levantar la voz repetidamente, golpes en el escritorio, cortar una llamada telefónica presa de la ira reiterada y someter al banquillo de los acusados a alguien o a un sector cuando se piensa que se han convertido en los malos de la película, debido a la interpretación de su forma de proceder o de los resultados que obtienen.
La mayoría de las veces, con culturas verticalistas y que no fomentan el liderazgo colaborativo, estas actitudes producen un desgaste en la fuerza laboral, hasta llegar a consumirla. O bien terminan con exceso de estrés, que puede llevar al síndrome de Burnout (del quemado), ausentismo reiterado, y con desgano y apatía haciendo lo mínimo indispensable.
Como una breve guía para ejemplificar un tema complejo y sensible, aquí tienes esta lista de signos de mobbing laboral que quizás jamás habrías pensado que pueden encuadrarse así, ya que muchos de ellos se dan en lo cotidiano:
1) Ignorar: El resto del equipo hace como que la persona o sector no existe, no le tienen en cuenta. Todas las ideas que provengan de allí son descartadas automáticamente. No permiten que se exprese ni haga ningún tipo de planteos, ni se las convoca a reuniones. Rechazo constante que las personas marginadsa lo siente a flor de piel y lo sufre por dentro.
2) Abuso de autoridad: Las figuras de poder actúan con hostilidad con las personas que les reportan. Gritan y tienen malos tratos. Menosprecian los logros. Solamente critican las tareas. Reiteradamente exigen cumplimientos con plazos muy difíciles de lograrlo.
3) Burlas: Puede ser que hablen a espaldas, o de frente. Generan que alguien o un sector comentan errores. Hacen quedar en ridículo. Se confabulan para que la opinión divergente que tenga alguien sea el motivo de un hostigamiento mayor. Se crea un “palco del mobbing” con la víctima, quien o quienes provocan la agresión, y espectadores.
4) Injusticia: No existe el reconocimiento, o es mínimo permanentemente. Siempre hay que resaltar los errores. El reconocimiento laboral va para otra persona o sector. No le dan permisos ocasionales, como sí sucede con el resto de la gente. Amenazas de despido directas o veladas.
5) Violencia sexual: Por lo general se dirige a una sola persona. Insinuaciones de distinto tenor de planas directivas o colegas de trabajo. Miradas inapropiadas. Observaciones de doble sentido, o todo diálogo conduce a expresiones fuera de lugar. Tono lascivo al dirigirse a aquel integrante. Condicionar lo laboral a un intercambio sexual, o a aceptar una salida por fuera del marco empresarial.
6) Difamación: Se habla mal de la víctima, a nivel profesional y escala a lo personal. Se busca crear una imagen distorsionada de la persona. Se inventan rumores, chismes y mentiras para desacreditar.
7) Trato discriminatorio: Se da un tratamiento diferente a la persona o equipo víctima. Se hace una diferenciación clara entre derechos, obligaciones y cualquier otro aspecto de la dinámica diaria.
8) Presión constante: Cuando pasa los niveles tolerables y es algo sostenido en el tiempo, se asigna una cantidad de trabajo que supera por mucho la capacidad humana, intelectual y física de la persona, y se la fuerza a entregas en muy poco tiempo, en un efecto desgaste para quebrar la voluntad de la víctima y obligarla a renunciar.
9) Limitación de oportunidades de crecimiento: Se evita o impide que haya desarrollo interno, por lo que se traba que acceda a nuevas posiciones, concursos internos, proyectos interesantes, etc. Lo que se busca es anular y someter. Muchas veces se lo hace creando rivalidad con alguna persona con la víctima no ha congeniado demasiado.
10) Ocultar información necesaria: Parte del mobbing consiste en que no se facilita ni entrega información indispensable para las tareas de la víctima, para culparla por negligencia o falta de responsabilidad.
11) Aislamiento social: Se le imparte la orden de que la víctima sólo se comunicará con la persona abusadora, y todos los pedidos u órdenes deberán seguir ese proceso; por lo cual se la aísla del resto y se genera un malestar en el entorno para que, indirectamente, contribuyan a su acoso.
12) Se le dan tareas comprometidas o peligrosas: Por ejemplo, que firme determinados documentos en la que la víctima quedaría muy expuesta, o asuma trabajos de alto riesgo.
13) Se invisibiliza el acoso que padece la víctima: Todo el mundo lo ve, pero nadie denuncia, y la propia persona se queda paralizada y sola, sin estrategias para actuar ni confrontar.
14) Quitarle beneficios: Paulatinamente empiezan a cortar algunos beneficios con que contaba, por ejemplo, recambio de tecnología, celular de la empresa, comidas, contactos de trabajo, retraso o la imposición implacable de fechas de vacaciones de un día para otro, el espacio de trabajo reducido al mínimo, etc.
Ante una situación de mobbing, es importante que la víctima pueda encontrar un espacio donde expresarse, tanto personal como profesionalmente, y también recibir asesoramiento profesional en primer lugar de psicólogos o psiquiatras, y, llegado el caso, de abogados.
Además, para frenar el mobbing y poder sobrellevarlo hasta que decida qué hacer, es importante que la víctima tome en cuenta algunas acciones, entre ellas:
- Documentarse: Registrar las agresiones (notas, chats, fotos, videos, etc.)
- Mantener la mayor serenidad posible: Desde el punto de vista emocional es lo más complejo de lograr. Lo ideal es que, con contención, la persona pueda sobrellevar mejor las agresiones sin que le afecten tanto, mientras escoge el curso de acción que desee tomar.
- Dar a conocer su caso: El gran poder del mobbing laboral es que, generalmente, está oculto en la trama corporativa. Más allá de esto, dirigirse al área de recursos humanos y gestión de personas, asegurarse tratamiento confidencial dentro de la empresa, avisar a la familia y a algún colega de suma confianza, le ayudará a alertar sobre lo que está viviendo e incluso puede pedir que le aporten algún consejo o experiencia.
- Prepararse para que se niegue todo: La mayoría de quienes someten no van a aceptar que tienen ese comportamiento hacia su víctima. Sin dudas, esto genera sensación de injusticia e indignación. Es necesario elaborar este punto convenientemente, para evitar avivar cualquier intento de venganza.
- Proteger las pruebas y sus cosas: Cuando se desenvuelve un caso de mobbing una de las tendencias conocidas es la de borrar u ocultar pruebas. Por eso es recomendable guardar las cosas bajo llave, o lo probatorio en un lugar seguro, y alertar en la empresa de cualquier destrozo o faltante en su espacio laboral.
- Buscar ayuda: Desde los primeros momentos en que se siente víctima de acoso, la persona necesita acudir a la ayuda terapéutica. Allí podrá canalizar su enfado, decepción, frustración, miedos y todas las sensaciones asociadas a lo que vive.
También el verbalizarlo le permitirá obtener nuevas miradas sobre el asunto, a la vez que recibe contención profesional. Lo peor que puede hacerse es querer transitarlo y resolverlo en soledad.
*El autor, Daniel Colombo, es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina 2019. Coach certificado ICF; coach y Miembro de John Maxwell Team. www.danielcolombo.com