El Presidente de Los Grobo cuenta sus inicios en el mundo laboral.
"Empecé a trabajar con mi padre y mi tío a los 21 años, luego de graduarme de ingeniero agrónomo. Fue fácil y difícil: fácil porque era con la familia, y difícil porque también era parte de un mandato familiar que, si bien acepté con gusto, tenía sus riesgos. Comencé a seguir los temas operativos de la producción ganadera y agrícola: planificación de la agricultura, implementación de prácticas como la labranza vertical o el uso del alambrado eléctrico. Trabajaba en Carlos Casares, pero mi oficina era la camioneta. No paraba ni un segundo. Mis jefes directos eran mi padre y mi tío; aprendí de ambos muchas cosas que me marcaron hasta hoy, pero, quizás, la más fuerte fue que el esfuerzo vale la pena.