1. Buenos comunicadores
Sin duda, el líder tiene que saber transmitir al resto de su equipo las ideas que tiene, así como conseguir que sus empleados lo escuchen y entiendan cuáles son sus objetivos a perseguir. Es decir, hará crecer a sus profesionales y creará oportunidades para todos.
2. Capacidad de asumir retos
La responsabilidad puede ser de todos, pero el líder tiene que tener la capacidad para afrontar los problemas que se ocasionen y solucionarlos. No tiene miedo a lo que pueda encontrar o hacia dónde dirigir a su equipo.
3. Se adaptan a los cambios
Está siempre en activo y con ganas de mejorar. Por eso, buscará nuevas formas de hacer las cosas aunque esto implique cambiar por completo el funcionamiento de la empresa. Tiene decisión y valora los positividad que conllevan los cambios.
4. De creencias firmes
Persigue conseguir unas metas y es consciente de que para alcanzarlas tiene que idear un plan diario. Tiene capacidad para organizar a su equipo y sacar el mejor rendimiento de cada uno de ello. Tiene un conocimiento sólido de lo que hace cada empleado y lo supervisa.
5. Confianza en sí mismos
Para estar al mando de una empresa se necesita tener seguridad en el potencial como líder. Saben que el fracaso puede llegar en cualquier momento y lo tienen en cuenta. Muestran la capacidad de tener todo controlado y lo transmiten a su equipo.
6. Don de gentes
Saben lo importante que es mantener una buena relación tanto con sus empleados como con sus clientes y desarrollan dotes para conseguirlo. Se interesan por conocer los intereses de las personas y cautivarles con los suyos. El desarrollo del espíritu del equipo es la base de su trabajo.
7. Entusiasta por naturaleza
No se dan por vencidos y trabajan duro para mantener su éxito. Se nota que disfrutan con lo que hacen y no pierden la ilusión por seguir cosechando triunfos. Todo parece poco cuando se trata de crecer profesionalmente.
8. Pasión por saber más
El conocimiento es la pieza clave para encabezar una empresa. Su afán por aumentar posibilidades propias y la de sus empleados le hace estar en constante formación e informado de cualquier novedad que pueda influir a la empresa.
9. Eficientes
No crean falsas expectativas en su equipo y esperan a que otros hagan el trabajo por él. El buen líder es el primero en llevar a cabo un trabajo determinado y dedica el tiempo necesario para que el resultado sea el esperado. Nunca deja el trabajo sin terminar y pide consejos cuando los necesita.
10. Con carisma
En los momentos difíciles, la acción de un líder es fundamental. Poseen la cualidad de saber manejar diferentes situaciones con naturalidad y ser todo un ejemplo para sus empleados. En este caso, el carisma sí es algo que viene de serie en un líder.
*Nota publicada en Forbes España