“En Latinoamérica hay casi 500 universidades y solo el 18% tiene rectoras”, grafica Laura Rosso, secretaria general de Academia y Desarrollo de la Universidad Siglo 21, para demostrar que el sector educativo no está exento de la brecha.

“La educación es un pilar fundamental para generar transformaciones, porque no solo aporta el saber o el conocimiento técnico profesional, sino que te permite formarte a partir de referencias. Una aprende y genera sus propios propósitos, deseos o sueños a partir de lo que ve en su contexto.

En ese marco, las instituciones educativas tienen todo que ver”, asegura Rosso. Frente a esto, en Siglo 21 incorporaron el paradigma de la educación positiva. Eso implica que la persona, más allá de formarse en la disciplina que elija, se forma también desde la perspectiva del propósito de vida, la gestión de las emociones y la gestión del logro.

“Hoy está muy incorporada la formación en liderazgos: cómo formar fortalezas de carácter para liderar tu vida, tus procesos o los espacios en lo que te quieras insertar. En nuestro caso, vinculado a las carreras STEM, hacemos procesos de incorporación de profesoras y profesores que tienen como condición estar insertos en el mundo laboral. Entonces las mujeres, cuando ven en aulas que quienes les enseñan ocupan espacios de liderazgo y de gestión, empiezan a construir o deconstruir ciertos estereotipos”, añade Rosso.

Otro de los ejes que se trabajan es la articulación de la universidad con el sector productivo. Un ejemplo es el programa de mentoreo “Mujeres del Siglo 21”, donde llevan personas de distintas industrias que tienen espacios de liderazgo y toman equipos de mujeres en formación y las empiezan a mentorear para construir su carrera. “Permite algo fundamental, que el espacio universitario debe dar, que es construir tu carrera a partir de una estratégica e inteligente construcción de red”, cuenta.