La teoría de los 4 hemisferios del liderazgo: secretos, atajos y recursos para líderes de alto rendimiento
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
Daniel Colombo Facilitador y Máster Coach Ejecutivo
En el vértigo del mundo actual, el liderazgo se ha convertido en un rol central de cualquier proyecto, empresa u organización que busque tener un norte y un propósito claro. Desde un microemprendimiento, ser autoempleados o dirigir una multinacional, la figura de líder se necesita, y puede crecer y consolidarse comprendiendo mejor su fisiología. Es decir, el ADN de líder.
En términos generales, hay personas en roles de alta responsabilidad que piensan que deben actuar en forma racional, estructurada y dura; y otras, que deben incorporar componentes empáticos, sensibles y conectar con las personas. Si bien no hay una sola respuesta, la más aproximada sería que necesitan tener un poco y un poco.
Sabemos que el cerebro humano tiene dos hemisferios, asociados primariamente según las neurociencias -que siguen estudiando este fenómeno- a:
. Hemisferio izquierdo, asociado a lo racional, lo mental, los cálculos, la información dura;
. Hemisferio derecho, a lo más blando, emociones, sentimientos, creación, arte, expresión, conexión, comunicación, el amor y la empatía, por ejemplo.
La Teoría de los 4 Hemisferios del Líder, formulada en 2023 por quien escribe, Daniel Colombo (Argentina, 1961-), máster coach de CEOS y alta gerencia, speaker, comunicador y autor de 32 libros, toma este concepto como base, y lo desarrolla en 4 partes diferentes, interconectadas entre sí (los 4 hemisferios del líder) más un quinto dominio, un puente que es esencial para conformar el pilar sobre el que se sostienen los otros 4.
Por lo tanto, la Teoría de los 4 Hemisferios del Líder postula que cada hemisferio puede dividirse en dos partes -que se integran a las demás-, para poder lograr el más alto nivel de liderazgo y desarrollo del potencial humano en el mundo actual.
Para poder comprender el funcionamiento del liderazgo actual, esta teoría postula que cada hemisferio tiene características muy particulares y funciones cerebrales que, si se activan convenientemente, pueden llevar a la persona a un nivel mayor y más exitoso en su gestión de liderazgo.
Los cuatro niveles de la Teoría de los 4 Hemisferios del Líder son la parte racional, parte instrumental, parte relacional y parte inspiracional.
El postulado, que tiene la intención de comprender más en profundidad cómo desarrollar el liderazgo en cualquier persona, el hemisferio izquierdo se divide en:
Esta parte se caracteriza por la activación de la corteza prefrontal, una región del cerebro relacionada con la toma de decisiones basadas en la lógica y el análisis de datos. La corteza prefrontal es esencial para evaluar situaciones, realizar cálculos y garantizar acciones orientadas a resultados. Los líderes que desarrollan esta área son expertos en el uso de la lógica y el razonamiento en la gestión de procesos.
La corteza prefrontal es una región del cerebro que desempeña un papel fundamental en una amplia gama de funciones cognitivas y del comportamiento.
La actividad en la corteza prefrontal se asocia con procesos de toma de decisiones, resolución de problemas, planificación, control emocional y regulación del comportamiento. Por ejemplo, la adaptabilidad y flexibilidad cognitiva son procesos mentales que se relacionan principalmente con la corteza prefrontal, específicamente con la corteza prefrontal dorsolateral en gran medida. Esta región está involucrada en la capacidad de cambiar de estrategias mentales, adaptarse a nuevas situaciones, ajustar el comportamiento según las demandas cambiantes y realizar funciones ejecutivas complejas.
Para el liderazgo, la forma en que se activa la corteza prefrontal puede variar según la tarea o la situación, pero en general, se activa de las siguientes maneras:
Es importante destacar que la corteza prefrontal es una región altamente interconectada y que trabaja en conjunto con otras áreas cerebrales para llevar a cabo estas funciones. La forma en que se activa varía según la tarea y la demanda cognitiva específicas, lo que la convierte en una región cerebral clave para la toma de decisiones y el control ejecutivo.
La corteza parietal es una región del cerebro que se activa en una variedad de situaciones y desempeña múltiples funciones. Su actividad se puede manifestar de diferentes maneras, dependiendo de las tareas o estímulos. Algunas de las formas en que la corteza parietal se muestra activa y son sumamente útiles para el liderazgo, incluyen:
El hemisferio derecho se divide en:
En esta área, el sistema límbico, incluyendo la amígdala y el hipotálamo, se activa para gestionar las relaciones efectivas y las emociones.
El sistema límbico es una red de estructuras cerebrales relacionadas con las emociones y la regulación de las respuestas y patrones emocionales. Estas estructuras incluyen el hipotálamo, la amígdala, el hipocampo, la ínsula y la corteza cingulada anterior, entre otras.
La activación del sistema límbico ocurre en respuesta a estímulos emocionales y juega un papel central en la generación y regulación de las emociones. Aquí hay algunas formas en que se activa el sistema límbico:
Tal como sucede con las demás estructuras cerebrales descriptas más arriba, la activación del sistema límbico es un proceso complejo y multifacético que puede variar según el tipo de emoción, la intensidad de la experiencia emocional y la situación específica. Estas estructuras trabajan juntas para influir en nuestra percepción, experiencia y regulación de las emociones.
Aquí, se observa la activación del córtex cingulado anterior y el núcleo accumbens, impulsando la motivación, la inspiración y el entusiasmo. Los líderes inspiracionales actúan como faros de positividad, promoviendo la inteligencia emocional y el desarrollo personal tanto en sí mismos como en su equipo.
Estos dos nombres, poco conocidos para el común de las personas, son dos regiones importantes del cerebro involucradas en procesos emocionales y motivacionales. Para conocer más en detalle cómo se activan y sus principales funciones, aquí sigue una breve descripción:
. Activación: El córtex cingulado anterior se activa en respuesta a una variedad de estímulos emocionales y cognitivos. Su actividad puede aumentar cuando una persona se enfrenta a situaciones de conflicto emocional, toma de decisiones difíciles o situaciones que requieren control cognitivo y regulación emocional.
Función: El córtex cingulado anterior desempeña un papel esencial en la regulación de las emociones y la atención selectiva. También se asocia con la evaluación de la relevancia emocional de eventos y la detección de errores en tareas cognitivas. Además, está involucrado en la percepción del dolor y en la respuesta al estrés.
Activación: El núcleo accumbens se activa en respuesta a recompensas y estímulos placenteros. Su actividad aumenta cuando una persona experimenta placer, anticipa una recompensa o se involucra en comportamientos motivados por la búsqueda de gratificación.
Función: El núcleo accumbens es una parte central del sistema de recompensa del cerebro. Juega un papel crucial en la regulación de la motivación y el placer. Está involucrado en la formación de hábitos, la toma de decisiones basada en recompensas y la adicción. La liberación de dopamina en esta región cerebral es un componente clave de la experiencia placentera.
Es importante destacar que estas regiones del cerebro siempre están interconectadas y colaboran en procesos emocionales y motivacionales. Por ejemplo, el córtex cingulado anterior puede evaluar la relevancia emocional de una situación, mientras que el núcleo accumbens puede responder con la liberación de dopamina si se anticipa una recompensa o placer en esa situación.
Esta pieza fundamental une y ensambla ambos hemisferios cerebrales, a través de una estructura de fibras nerviosas que actúa como un puente de comunicación entre el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho del cerebro.
El cuerpo calloso integra y facilita la transferencia de información y señales eléctricas entre ambos hemisferios, permitiendo que trabajen juntos y se complementen en diversas funciones cognitivas y motoras.
¿Cómo lo hace? En pocas palabras y en lenguaje sencillo, el cuerpo calloso activa un proceso continuo y esencial para coordinar las funciones cognitivas y motoras de ambos hemisferios.
El cuerpo calloso está compuesto por una extensa red de fibras nerviosas que conecta las regiones equivalentes de los hemisferios izquierdo y derecho. Actúa como un cable de comunicación que permite que las señales eléctricas y la información fluyan de un hemisferio al otro.
Cuando una función cognitiva o motora se activa en un hemisferio, la información correspondiente se transmite a través del cuerpo calloso al hemisferio opuesto. Esto permite que ambos hemisferios compartan información y trabajen juntos en tareas complejas.
También desempeña un papel fundamental en la coordinación de funciones. Por ejemplo, cuando una persona lee un texto, el hemisferio izquierdo procesa las palabras mientras que el hemisferio derecho puede procesar aspectos visuales, como la disposición de las palabras en la página. El cuerpo calloso permite que estos procesamientos se integren para una comprensión completa.
Además de la coordinación de tareas específicas, el cuerpo calloso también facilita la integración de habilidades. Por ejemplo, en actividades que requieren ambas habilidades motoras finas (como escribir) y habilidades visuales (como la coordinación ojo-mano), el cuerpo calloso asegura una ejecución fluida.
Esta parte integradora es esencial para un liderazgo completo que combina lo racional, instrumental, relacional e instrumental. Es a través de ella donde circula el impulso, la energía, la información de uno y otro lado, el fluir permanente en una sinergia creciente, dinámica e imparable.
Para dilucidar qué diferencia el liderazgo entre hombres y mujeres -y funciona igual independientemente de la preferencia de género que posteriormente se adopte-, el neurocientífico argentino Néstor Braidot, comenta que, en el caso de las mujeres “debajo del cráneo son muy parecidas a los hombres porque su cerebro está programado por la naturaleza para cumplir idénticas funciones. Sin embargo, existen diferencias en el funcionamiento de los hemisferios cerebrales y en el sistema hormonal que las diferencian. Esto ayuda a entender las tendencias hacia determinadas aptitudes que influyen en su estilo de liderazgo y toma de decisiones.”
Braidot, reconocido a nivel internacional por su extensa obra y por ser el pionero en español en la difusión de las neurociencias aplicadas, explica que “los niveles más bajos de testosterona permiten que las células cerebrales de la mujer desarrollen más conexiones en los centros de comunicación y en las áreas que procesan emociones. Esto influye en su predisposición para armonizar cuando lidera grupos humanos y, paralelamente, en sus habilidades innatas para la empatía.”
Y agrega que “el mapa de conexiones entre neuronas también revela diferencias hemisféricas según el sexo. Mientras que en el hombre predominan dentro de un mismo hemisferio, en la mujer se observó un mayor número de conexiones entre ambos. Esta particularidad morfológica se refleja en la gran habilidad femenina para ser multitareas y explica por qué, en su rol como líderes, muchas mujeres tienen una gran capacidad analítica (dominio del hemisferio izquierdo) y al mismo tiempo una gran inteligencia intuitiva (dominio del hemisferio derecho).”
En el cruce entre la neurociencia y el liderazgo, la Teoría de los 4 Hemisferios del Liderazgo plantea la posibilidad de entrenar cada campo para mejorar la performance de cualquier persona que dirige personas y proyectos.
Como hemos revisado, esta teoría no solo reconoce la importancia de los procesos cognitivos y emocionales en el liderazgo, sino que también ofrece un marco sólido basado en la estructura cerebral y las funciones neurológicas.
La intención de la teoría es la de transmitir y condensar en lenguaje accesible, cómo los líderes pueden aprovechar todo el potencial de sus cerebros, permitiendo una integración efectiva de las áreas racionales, instrumentales, relacionales e inspiracionales. Esta integración se ve personificada por el cuerpo calloso, la estructura cerebral que actúa como el puente entre los dos hemisferios, facilitando la sinergia y la colaboración entre las diversas dimensiones del liderazgo.
Desarrollando y practicando diariamente una mayor comprensión de las funciones cerebrales y la neuroplasticidad cerebral, la teoría recuerda que el liderazgo no es un acto unidimensional por simple imaginación de la persona (lo que está en el terreno de la mentalidad de líder) sino una sinfonía de procesos mentales y emocionales que pueden ser cultivados y mejorados a lo largo del tiempo.
Daniel Colombo
Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.
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