Juegos Olímpicos de París 2024: ¿un punto de inflexión para la igualdad de género en el deporte?
El aumento de la participación olímpica femenina va alineada con el potencial económico del deporte femenino: en 2024 podría generar ingresos por 1.280 millones de dólares a nivel mundial.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 marcarán un hito importante en la historia del deporte internacional. Por primera vez, los 32 deportes olímpicos alcanzarán la plena paridad de género, con 5.250 plazas asignadas a cada sexo. Este avance representa la culminación del progreso de un siglo en la participación de la mujer en los Juegos Olímpicos.

El camino hasta llegar a este punto fue firme pero gradual. Cuando París recibió por primera vez los Juegos Olímpicos en 1900, sólo competían 22 mujeres. Para los Juegos de Atlanta 1996, las mujeres participaban en 26 deportes, alcanzando el 34% de los competidores. En Tokio 2020 participaron mujeres en 33 deportes. Ahora, París 2024 completa esta trayectoria con un reparto igualitario de géneros en todas las disciplinas olímpicas.

 

Transformación de los deportes tradicionales

Históricamente dominado por los hombres, el boxeo contará en París con el mismo número de categorías de peso para hombres y mujeres. Esto supone un cambio significativo; el boxeo femenino no se introdujo en los Juegos Olímpicos hasta 2012, con tres categorías de peso, frente a las diez de los hombres. En París, ambos géneros competirán en siete categorías de peso.

La introducción de nuevas pruebas de género mixto, como el relevo de maratón, subraya aún más el compromiso del Comité Olímpico Internacional con una competición equilibrada entre hombres y mujeres. 

Estos eventos amplían las oportunidades para las atletas femeninas y desafían las nociones convencionales de los deportes específicos de género.

Políticas en evolución sobre la maternidad en el deporte de élite

Se espera que en París 2024 compitan más madres que en Juegos anteriores, lo que refleja los cambios en las políticas de los Comités Olímpicos y las federaciones deportivas. El Comité Olímpico de Estados Unidos, por ejemplo, ofrece ahora ayudas de viaje para cuidadoras y niños pequeños, una política que apoyó a nueve madres en Tokio 2020.

La estrella del atletismo Allyson Felix fue una destacada defensora de los derechos de las madres en el deporte. En 2019, su postura pública en contra de las políticas de maternidad restrictivas provocó cambios significativos en la forma en que los sponsors se dirigen a las atletas embarazadas y a las nuevas madres, desafiando supuestos arraigados sobre la maternidad y el rendimiento atlético de élite.

 

Rendimiento atlético e impacto económico

Las competiciones femeninas se convirtieron cada vez más en una fuerza impulsora de la audiencia olímpica y de los logros atléticos. Desde 2016, las mujeres batieron 35 récords mundiales en pruebas de larga distancia en natación, frente a los 21 de los hombres. Esta tendencia se extiende a múltiples deportes.

El recuento de medallas refleja este cambio. Las mujeres estadounidenses superaron a sus colegas masculinos en los dos últimos Juegos Olímpicos de Verano. En Tokio 2020, las mujeres norteamericanas ganaron 66 medallas frente a las 41 de los hombres. Esta tendencia no se limita a ese país; en Tokio 2020, las atletas femeninas ganaron el 60,5% de las medallas de oro de Australia y el 66% de las de China.

El aumento de la participación olímpica femenina se correlaciona con el creciente potencial económico del deporte femenino. Un informe de Deloitte de 2023 proyecta que el deporte femenino generará unos ingresos mundiales de 1.280 millones de dólares en 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesto del 32% de 2021 a 2024.

 

De cara al futuro

Muchos medios se comprometieron en dar la misma cobertura en horario de máxima audiencia a las pruebas masculinas y femeninas en esta edición de los Juegos Olímpicos, lo que supone un cambio notable con respecto a las olimpiadas anteriores y podría establecer un nuevo estándar en la industria.

Aunque se hicieron progresos significativos, los desafíos persisten. La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo preocupante en muchos deportes. Esto también es evidente en el liderazgo deportivo, donde las mujeres siguen estando infrarrepresentadas, ocupando sólo el 27% de los puestos ejecutivos en las federaciones deportivas internacionales.

Los Juegos Olímpicos de 2024, con una paridad de género sin precedentes, representan tanto un reconocimiento del progreso como un punto de referencia para futuros avances. Cuando la atención del mundo se dirija a París, los Juegos no sólo mostrarán la excelencia atlética, sino que también reflejarán la evolución del escenario del deporte mundial, en el que la igualdad de género se está convirtiendo cada vez más en la norma y no en la excepción.

Nota publicada en Forbes US.