A cien años de la obtención del voto femenino en Estados Unidos, la senadora e hija de inmigrantes, Kamala Harris, aceptó oficialmente la nominación como candidata a vicepresidente del Partido Demócrata, en una jornada de la Convención Nacional marcada por líderes que hicieron historia: el primer presidente negro, Barack Obama, y la primera candidata presidencial mujer demócrata, Hillary Clinton.
"Estar aquí hoy es un testimonio de la lucha de tantos estadounidenses por la justicia, la igualdad y nuestros derechos", aseguró la primera dirigente negra en ser parte de una fórmula presidencial de uno de los dos partidos mayoritarios en Estados Unidos, en una transmisión en vivo.
Ni bien comenzó la tercera jornada de la convención demócrata, Harris se refirió a una de las principales preocupaciones de la oposición: las iniciativas oficialistas para suprimir o dificultar de manera masiva el voto en noviembre. "¿Por qué no quieren que votemos? Porque cuando votamos, las cosas cambian, mejoran y nos enfrentamos a los problemas para hacer un país mejor", sostuvo.
Antes de los discursos de los dirigentes y en la misma línea de los últimos días, cuando dirigentes republicanos hablaron en contra del presidente Donald Trump, se escucharon varios testimonios cortos de históricos votantes republicanos que en noviembre apoyarán a Biden. Además, imágenes de manifestaciones y discursos de víctimas de tiroteos masivos dieron voz a los que piden una mayor regulación de armas: "La violencia armada también es un problema de salud pública en Estados Unidos", aseguró una madre de un niño asesinado.
Ambientalismo, igualdad de género e inmigración
Otro tema central fue la lucha contra el cambio climático. El mensaje estuvo claramente dirigido a atraer a los votantes más jóvenes, y la contracara de la gestión de Trump elegida fue la de la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, quien aseguró que Biden volverá al Acuerdo de París, que abandonó el actual mandatario. El candidato prometió una política ambientalista que, además, cree trabajos, un eje de su programa electoral en medio de la peor crisis económica del país desde la Gran Depresión.
La inmigración y la defensa del "sueño americano" también fue un tema destacado, junto con la agenda feminista que creció significativamente en el partido desde la asunción de Trump, no solamente en términos de igualdad, sino en contra de la violencia de género. "Por cuatro años, mucha gente me dijo: 'No me di cuenta que Trump sería tan peligroso', 'Debería haber votado'. Necesitamos unidad más que nada", aseguró Hillary Clinton, la candidata presidencial demócrata en 2016.
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"Voten como si nuestras vidas y nuestros estilos de vida estuvieran en peligro porque lo están. Si Trump es reelegido las cosas empeorarán", agregó y llamó a hacerlo en favor del movimiento "Black Lives Matter", a favor de los jóvenes inmigrantes conocidos como los "Soñadores" y a favor de una nueva política ambiental. "A lo jóvenes les digo: No pierdan la esperanza en Estados Unidos, pese a nuestras muchas fallas", concluyó la exsenadora y ex primera dama.