"Pertenezco a los que llaman la última generación de los románticos: jugábamos solo por jugar", dijo Hugo Porta en #ForbesLive mientras recordaba sus inicios en el rugby y en Poral, la distribuidora de insumos para la construcción que fundó su padre en los años 40. "Hoy, el foco de la empresa está en las obras y los desarrollos que son muchos en Argentina", y explicó que si bien su actividad deportiva le imponía otras prioridades, "siempre estuve vinculado al negocio, así lo llamábamos en la familia",
Arquitecto y capitán de los Pumas durante 17 años, Hugo Porta vivió muchas vidas en una. "La vida no es solo padre de familia o jugador de rugby o arquitecto. Sos todo al mismo tiempo", expresó. "La enseñanza que deja el juego es a no claudicar, aún en la adversidad. Y ser siempre optimista. Si no, no entraríamos a jugar con los All Blacks".
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Tras su destacadísimo paso por el rugby, en 1991 Hugo Porta fue designado Embajador en Sudáfrica para retomar las relaciones diplomáticas con aquel país, interrumpidas en 1986. Allí tuvo el "privilegio" de conocer a Nelson Mandela, a quien describe como un rey: "conservaba su dignidad hablando con otro rey, con un ministro o con el ciudadano más pobre de Sudáfrica. Ha sido un ejemplo para la humanidad". El trato cercano y afectuoso con el presidente sudafricano se expresa en una anécdota: "Para su primera año en el Gobierno, nosotros organizamos un partido de fútbol entre el seleccionado argentino y el sudafricano. Mandela llegó al estadio, estaba todo el gabinete, y en un momento le pedían autógrafos y no tenía una lapicera. Así que yo le di mi lapicera. Cuando terminó, me dice: 'Hugo, la lapicera'. Y yo le digo: 'presidente, permítame tener el honor de regalársela', y me contestó: 'Hugo, esta lapicera es muy cara'. Tenía esas cosas".
Por otro lado, Porta destacó que "a Mandela le gustaba liderar desde atrás". Y afirmó que aquella es la mejor manera de liderar: "Cuando íbamos de gira, los jugadores se cansaban de escuchar de mí más o menos lo mismo. Así que pusimos una nueva regla: en los partidos provinciales, hablaba otro".
Sobre el final de la entrevista, Porta reivindicó el lugar de los perdedores: "Yo he perdido más de lo que he ganado. Y eso me dió la posibilidad de mejorar y disfrutar mucho más de los triunfos. Por eso hay que respetar a los perdedores. Sin ellos no podríamos jugar". Ese espíritu de juego es el que transmite en la Fundación Laureus, que preside hace más de 15 años en Argentina con el propósito de incluir a los chicos a través del deporte. "Cuando un chico sonríe es porque está feliz pero también porque comprende que hay un futuro mejor. Nosotros trabajamos pensando en eso", dijo Porta sobre el trabajo de la fundación, que ya entregó más de US$ 1 millón en su historia y "le ha tocado la vida" a más de 3.000 chicos.