Gabriela Bardin es gerente general de P&G Argentina desde 2019, pero trabaja en la compañía desde hace más de 22 años. Licenciada en Administración de Empresas por la UCA, durante 7 años gestionó el desarrollo del negocio de belleza y de cuidado de pelo, con marcas como Pantene, Head & Shoulders y Herbal Essences. También fue directora de Ventas, donde desarrolló estrategias con todos los canales de distribución, incluyendo el e-commerce, un segmento que cobró más relevancia en el contexto de la pandemia. Se define como “una persona de acción a la que le gusta hacer muchas cosas y disfrutarlas al máximo”.
¿Cómo se lidera hoy?
Los líderes hoy somos creadores de cultura todos los días. Nuestros comportamientos, los símbolos, van generando cultura. Y este año la cultura cambió mucho. Para mí fue muy importante la agilidad en medio de tanta incertidumbre. Todo era incierto, y la gente necesitaba certezas. Cómo nos volvemos ágiles, flexibles y adaptativos en este contexto y al mismo tiempo ayudamos a la organización a saber que tal vez hoy no hay tanta certidumbre, pero sí tenemos un norte e ir adaptándonos en función del cambio que vamos viviendo.
¿Cómo fue esa bajada con los equipos?
El tema de la conexión fue fundamental. Arrancar cada reunión preguntando cómo están. Y uno se encontraba con respuestas que no se esperaba porque ha sido un año muy particular desde el punto de vista de la salud, económico, social. Abrir ese diálogo generó mucha confianza. Este año armamos el equipo de cultura, un grupo de todos los niveles y funciones, que una vez por mes se reunían conmigo y con la directora de RR.HH., decíamos que eran “la voz del pasillo”. Nos contaban lo que no podíamos ver en la oficina, qué estaba pasando, qué necesidades había, dónde no había claridad en la estrategia de negocio. Y eso nos nutrió mucho para ir ajustando los mensajes y tener más contacto.
¿Cómo fue el trabajo en el último año?
P&G produce productos de cuidado personal y de limpieza, esenciales desde el principio de la pandemia, por eso fue muy importante mantener esta prioridad de la producción. Nunca paramos, ni nosotros ni toda la cadena. Estamos en la Argentina hace 30 años, y desde el principio nos propusimos darles un fuerte apoyo a las comunidades que nos rodean. Donamos más de 7 millones de productos, hemos hecho miles de testeos de PCR a través de la Cruz Roja, y ayudamos en las comunidades en las que, por este contexto, muchas mujeres se quedaron sin trabajo, y generamos capacidades en ellas para poder producir, por ejemplo, barbijos. La ciudadanía corporativa pasó a ser un eje superimportante y va a seguir siéndolo porque todavía estamos atravesando la pandemia.
¿En qué aspectos se avanzó y en cuáles todavía falta?
Equidad e inclusión están en el centro de la agenda de las compañías. En P&G en Argentina más del 50% de los pues tos directivos y gerenciales son mujeres. Ese balance trae un pensamiento diferente a las discusiones. Incluir a los mayores de 50 años en las organizaciones es algo pendiente, igual que discapacidades. Tenemos que trabajar ahí como compañías. Y, en el caso de equidad, este año sumamos licencia parental paga durante los primeros dos meses del nacimiento de hijos (biológicos, adoptivos). Ese acompañamiento tiene que ver con generar mayor equidad.
¿Cómo imaginás la evolución de este tipo de liderazgo?
Los líderes en el futuro vamos a tener que tener cada vez más coraje. El mundo es cada vez más complejo y nos vamos a enfrentar todos los días a tomar decisiones con menos información. Coraje también para equivocarse. La apertura al aprendizaje es muy importante. No querer tener razón, sino lograr lo correcto para hacer, aunque implique un pensamiento totalmente diferente.