Corría 2001, y con solo 21 años -y a pesar del contexto tumultuoso que vivía el país en aquella época-, Diego González Carvajal decidió apostar por un rubro aún no tan explorado por estas latitudes: producir y comercializar productos orgánicos, pero hacerlo bajo estándares rigurosos de salud y empoderamiento de los trabajadores.
Su visión de cambio sistémico le valió en 2004 su incorporación a la red de Fellows de Ashoka, la organizacioón global que reúne emprendedores sociales de alto impacto, con más de 3.700 miembros en todo el mundo. En sus 20 años de existencia, Interrupción se expandió más allá de las fronteras del país y comercializó productos incluso en Estados Unidos y Europa, logrando tener en su haber un listado de clientes del calibre de Whole Foods, Kroger y Trader Joe's, a través de su marca Do Good Organic, con la que focalizaron mucho en la industria de frutas orgánicas, llegando a facturar US$ 40 millones por año.
Si bien la empresa social continúa funcionando, Carvajal dejó su puesto de CEO hace cuatro años y hoy apuesta por un nuevo proyecto: Vosqe, que trae el concepto de alimento medicina y busca revolucionar el mercado plant-based en América Latina.
¿Cómo se articuló en Interrupción la parte social con los negocios?
Cuando nació Interrupción, hace unos 20 años, el objetivo fue, justamente, interrumpir el proceso de intermediarios ineficientes que identificábamos en la sociedad y crear un modelo de participación ciudadana, y consumo y producción responsables, donde se dejara de contaminar y se creara un modelo de inclusión social en los procesos productivos. Empezamos a meternos en el rubro de alimentos, trabajando con pequeños productores, ayudándolos a producir, a implementar prácticas de comercio justo, de agricultura orgánica y biodinámica. Luego, por otro lado, producimos y generamos chacras modelo y, por último, todo lo vinculado a distribución y venta a supermercados.
¿Cómo fue el vínculo con actores de esa magnitud?
Fue creciendo y, durante muchos años, trabajamos con supermercados en América Latina, Estados Unidos y en Europa. Iniciamos muchos procesos, cooperativas y grupos de productores en distintas regiones en todo lo que es comercio justo, orgánico y biodinámica, también, algo que para la época era muy innovador. La innovación no solo estaba presente en el tipo de producto, sino en la cadena de valor.
¿Qué necesidades detectaron ahí?
Habíamos nacido para eliminar la idea de intermediario ineficiente, donde un productor le vendía a un empacador, que le vendía a un exportador, que le vendía a un importador, que le vendía a un distribuidor, que le vendía a un supermercado, que le vendía a un consumidor. Ese era el modelo en 2001. Con Interrupción, pasamos a ser el único intermediario entre el productor y el supermercado, y lo que sucedió fue que muchas veces los productores con los que trabajábamos empezaban a vender directamente al supermercado, que está bueno como modelo, pero a Interrupción le costó agregar valor. Ahí empecé a desarrollar el concepto de Vosqe, que tiene que ver con vender directamente al consumidor.
¿Cuál es la propuesta de Vosqe?
Son alimentos saludables y sustentables en kits. La idea que sintetiza Vosqe es directamente del campo al consumidor, y ayudar al consumidor a hacer un proceso de transformación en sus hábitos de consumo y hacia una alimentacio?n a base de plantas, sin usar plástico y con una logística directa que hoy, con la tecnología, puede quedar a menor precio que un supermercado y ser algo más eficiente.
¿Cómo se diferencia de otras propuestas similares?
Nuestro abordaje es diferente. Vendemos kits de comidas con recetas, con las proporciones justas, y es todo fresco. Nada es congelado y tampoco contiene procesados, agroquímicos ni packaging de plástico. Estamos otorgando una receta de cómo vivir de forma más saludable. La caja incluye todos los ingredientes para cocinar las recetas de la semana, a excepción de algunos alimentos básicos de la despensa: sal y pimienta, aceite de oliva y de girasol. Los ingredientes se envasan individualmente para asegurar su frescura y se dividen en porciones para reducir el tiempo de preparación.
¿En qué se basaron para idear el concepto?
El 65% de la gente quiere comer más saludable y se está iniciando en ese proceso. Eso implica comer más plantas, por más que no sean veganos. Y, por otro lado, se estima que, en la Argentina, del 8% al 10% de la gente ya es vegetariana o vegana, y esa tendencia se fue instalando hace muy poco tiempo. Entonces no hay hábitos constituidos en ese sentido. En la transición de cuando la gente quiere empezar a comer vegano, plant-based, más saludable, hay como un acompañamiento. No es que estamos vendiendo un bolsón de frutas o somos un almacén online. Hablamos de alimento medicina: es un servicio de salud, para el cuerpo y para el planeta. No hay propuestas así en América Latina. En Estados Unidos y en Europa hay algunas similares, y por eso vimos la oportunidad de desarrollarlo acá.
¿Proyectan escala para Vosqe?
El proyecto contó con un inversor inicial, que destinó US$ 40.000. Lo venimos desarrollando hace dos años y lo lanzamos hace muy poco. Nuestra idea es expandir a América Latina y captar el 1% del mercado de alimentos para 2027. Esto implicaría US$ 2.000 millones de venta por año. Es un número alto, pero la idea es empezar a abrir el capital para apoyar productores, para comercialización, para marketing, y seguir probando distintas cosas que estamos calibrando. Pero sin dudas tenemos en la mira contribuir a cambiar la alimentación y la forma de producir en la región.
¿Cuál es tu visión?
Vosqe es una intersección de tres tendencias fuertes: la alimentación a base de plantas, la alimentación orgánica sin uso de agroquímicos y pesticidas, y la simplicidad de la compra online, tendencia que también está creciendo mucho en el rubro de los alimentos. Cada vez la gente compra más su comida por internet. Ese es nuestro foco y solo nos vamos a dedicar a eso. Y así es que vemos que hay hábitos y comportamientos que pueden armarse desde una empresa o una empresa social, y que pueden ayudar a contribuir a acelerar procesos. Por ejemplo, Tesla Motors está acelerando la transición de los motores de combustión fósil a combustión eléctrica, por mencionar un solo caso. Nos gustaría ser como el Tesla de los alimentos y acelerar la transición hacia una producción que cuide el planeta y el paso hacia un modo de alimentación que cuide la salud. Esa es nuestra visión.