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Liderazgo

Frizata, los irreverentes de la cadena alimenticia

Lucila Lopardo Forbes Staff

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31 Marzo de 2020 09.00

Frizata, el e-commerce de congelados rosarino, creó la primera hamburguesa “plant based” hecha en Argentina. Ya facturan $ 450 millones.

Es un mediodía soleado en la ciudad de Rosario, y periodistas y amigos de la casa llegan curiosos y expectantes para probar lo que, en la cocina, suena como una hamburguesa a la plancha. Ese chirrido que se genera cuando la grasa cae sobre el acero caliente se escucha, pero no hay grasa. Tampoco hay carne.

Los emprendedores Endeavor Adolfo “Tato” Rouillón y José Robledo se conocen desde hace 20 años. Juntos, con otros dos amigos, fundaron la firma de tecnología AmTech. El software factory que en Rosario llegó a tener 300 ingenieros, programadores y analistas también abrió oficinas en Buenos Aires, San Pablo y Santiago de Chile. Tras la adquisición de un grupo mexicano, se transformó en Neoris, firma de servicios y soluciones digitales.

Pero ¿cómo se pasa del éxito en la industria del software a los alimentos? “Tras la venta de AmTech, en los últimos 12 años, en un punto decidimos hacer un cambio y volver a emprender. Nos interesaba el mundo de los alimentos y decidimos empezar a ver qué se podía hacer”, cuenta Rouillón. Así, crearon Congelados del Sur, empresa que se dedica al desarrollo e innovación de alimentos para grandes compañías como McDonald?s, McCain, Paladini, Swift, y cadenas de supermercados para las que desarrollan productos.

Frizata incorporó la inteligencia artificial y la agricultura celular a la fabricación de productos amigables con el medioambiente.

Pero ambos creían que aún quedaba más por hacer. “Hubo un rol, hace 60 años. Un momento en el que estaba bien que hubiera un solo lugar en la gran ciudad al que la gente pudiera acercarse a comprar. Hoy la tecnología hizo que ese paradigma cambie”, explica Rouillón, y continúa: “Lo que vimos es que la capacidad de innovar de la industria alimenticia está relentecida por la cadena de distribución, porque los metros lineales de góndolas son limitados, porque te dejan innovar si y solo si es rentable en la rotación de góndola, o si el comprador o el supermercado ven que puede haber un buen negocio para el canal. Pero se olvidan de lo que quiere el consumidor”.

De esas inquietudes nació Frizata, una firma nativa digital que combina la tecnología con los alimentos. Rouillón y Robledo se definen a sí mismos como “irreverentes pero respetuosos” y aseguran que su emprendimiento llegó con un modelo de “doble innovación”. “En Frizata nosotros no solo innovamos en los productos que hacemos, que son únicos y no se consiguen en otro lado; también innovamos en cómo llegamos al cliente, con un trato directo donde cortamos los eslabones intermedios de la cadena a la que no llamamos ?de abastecimientó, sino  ?de  encarecimientó”.  La metodología es simple: cualquier consumidor puede ingresar a Frizata.com, pedir los alimentos y recibirlos directamente en su casa. En la actualidad ya se puede acceder a una oferta de 35 productos que van desde papas fritas congeladas hasta palitos de muzzarella o pollo, chorizo de bondiola magra o espinaca y milanesas de soja.

En enero de 2019 lanzaron el MVP (Minimum Viable Product, por sus siglas en inglés) y ya están creciendo al 20% por mes y alcanzando un total de 10.000 personas en Rosario. En total, ya llevan invertidos US$ 10 millones desde su fundación. Mensualmente crecen a razón de un 20% y ya emplean a 150 personas. Esa inversión fue, en parte, para el desarrollo de un espacio de investigación del nuevo producto estrella de la firma: la Friburger.nativa digital que combina la tecnología con los alimentos. Rouillón y Robledo se definen a sí mismos como “irreverentes pero respetuosos” y aseguran que su emprendimiento llegó con un modelo de “doble innovación”. “En Frizata nosotros no solo innovamos en los productos que hacemos, que son únicos y no se consiguen en otro lado; también innovamos en cómo llegamos al cliente, con un trato directo donde cortamos los eslabones intermedios de la cadena a la que no llamamos ?de abastecimientó, sino  ?de  encarecimientó”.  La metodología es

ALIMENTACIÓN TECH

Las hamburguesas salen de la plancha directo al pan y son distribuidas por las mozas del lugar. Así como el sonido de cocción simula el de la tradicional burger de carne, el anhelado momento del mordisco no decepciona. La textura tampoco. La Friburger es la nueva hamburguesa de Frizata y la primera “plant based” hecha en Argentina. Es decir, todos sus ingredientes son productos derivados de plantas, incluyendo vegetales, granos, nueces, semillas, legumbres y frutas, y con pocos o ningún producto animal.

Entre los componentes de la Friburger de Frizata figuran proteína de soja y huevo para generar la textura, especias, cebolla, sal, azúcar y leche para el sabor y la remolacha como el ingrediente que le da el color. Según ingenieras en alimento del equipo de I+D se hicieron, en total, 25 ensayos durante meses para poder alcanzar la misma experiencia de comer una hamburguesa de carne vacuna.

Las foodtech están en auge en el mundo y, para Rouillón, la Argentina, como país agropecuario, no debe quedarse afuera del movimiento. Esta tendencia se basa en la incorporación de las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial o la agricultura celular para la fabricación de productos más saludables y amigables con el medioambiente.

Una de las firmas pioneras y más conocidas es Beyond Meat, empresa fundada por Ethan Brown en 2009. Este vegano, hijo de un granjero estadounidense, empezó a buscar alternativas contra el consumo de animales. La firma alcanzó, en su salida a la Bolsa en mayo, una valuación de mercado superior a los US$ 8.000 millones, y entre sus accionistas  se destacan el actor Leonardo DiCaprio y el fundador de Microsoft, Bill Gates. La chilena Protteina Foods es la representante de la marca en el mercado latinoamericano.

Pero no es la única marca de carnes vegetales. También existe Impossible Foods, cuya propuesta ya se puede conseguir en 7.200 locales de Burger King en Estados Unidos. A nivel local, también está la firma NotCo, la start-up nacida en Chile que ya comercializa su mayonesa vegetal y recibió inversiones por US$ 30 millones por parte de Bezos Expeditions (fondo de Jeff Bezos, fundador de Amazon), The Craftory (fondo fundado en 2018 en Londres), Kaszek Ventures (de los argentinos Hernán Kazah y Nicolás Szekasy) e IndieBio (aceleradora científica con  sede en San Francisco, California).

“Friburger es la primera hamburguesa hecha de plantas en la Argentina. Nos propusimos trabajar con nuestro equipo de investigación para que nuestro país, siendo un jugador líder en proteínas, pudiera desarrollar algo que estuviera al nivel de competir con productos que en el mundo están empezando a ser furor”, cuenta Rouillón, quien aclara que Frizata tiene como objetivo alcanzar el balance en su oferta: “No somos ni vamos a ser una marca vegana o vegetariana o, en el otro extremo, de proteína full animal. Queremos dar una oferta balanceada a los consumidores que van cambiando su modo de alimentarse”, afirma.

La friburger de frizata es la primera hamburguesa hecha de plantas argentinas.

A una mayor concientización sobre la salud y el cuidado del medioambiente se suma, en países como la Argentina, el cuidado del bolsillo. “El capítulo del precio es súper importante y está en el ADN de Frizata. Si hay algo que nos motiva a hacer cosas y tomar riesgo y avanzar es la posibilidad en el fondo de que lo que hagamos va a tener un impacto, pero tenemos que hacer que eso sea accesible”, aclara.

Los productos de Frizata son congelados y se posicionan como una alternativa más económica que la que se ve en las góndolas. Por ejemplo, cada empanada congelada cuesta $ 22 la unidad, la bolsa de espinaca congelada de 750 gramos está a $ 124 la unidad, y las milanesas de soja con semillas están a $ 16 cada una. En el caso de la Friburger, ya se puede conseguir por $ 468 la caja de 12 unidades, a razón de $ 39 cada hamburguesa.

El servicio ya funciona en Buenos Aires, con cobertura en Capital Federal y en la zona norte del conurbano bonaerense. Actualmente se encuentran trabajando para ampliar los pick up points, que ya son cuatro, pero quieren llegar  a quince. En paralelo, la empresa ya lanzó una nueva línea de vegetales congelados, ya tienen su pipeline de lanzamientos planificados para 2020, y piensan en nada más ni nada menos que el desembarco en Brasil para mediados de año. A largo plazo, el plan es ambicioso: “Queremos estar en 10 millones de hogares de Latinoamérica”, concluye Roullión.

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