Fortalezas y debilidades del sistema argentino de salud según el CEO de Merck
Jesica Mateu Forbes Staff
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El Managing Director de Merck Argentina, Cristian von Schulz Hausmann, da cuenta de la operación de la compañía para luchar contra el coronavirus y opina sobre los desafíos financieros del sistema: "Tenemos que encontrar soluciones".
Como era de esperar por ser una compañía líder en salud, en Merck Argentina están más activos que nunca. Su Managing Director, Cristian von Schulz Hausmann, quien también es General Manager del Conor Sur de Biopharma, habló con Forbes en plena pandemia de COVID-19 y reconoció que “el desafío es mantener la continuidad del acceso a los medicamentos” esenciales para quienes, entre muchos otros, realizan tratamientos oncológicos y padecen enfermedades crónicas. Pero también, señala el ejecutivo, está el reto de abastecer con insumos, pruebas diagnósticas y demás elementos sanitarios clave, a laboratorios, como el Malbrán, y a diversas instituciones vinculadas a la salud. Llegar con lo necesario “al interior del país se ha vuelto un desafío” por el aislamiento y las diferentes disposiciones provinciales a las que hay que adaptarse. Pero, finalmente, lograron “cierta normalidad en la distribución”, asegura Von Schulz Hausmann. También indica que, para los pacientes es otro reto mantener la cotidianidad en su vinculación con las prepagas, obras sociales y el PAMI: “A todos nos ha costado adaptarnos. Por ello estamos atentos y dispuestos a ayudar. Tenemos activo un servicio de atención al paciente” que busca responder a sus necesidades.
Asimismo, Von Schulz Hausmann reconoce algunos problemas: el área de patologías ligadas a la Fertilidad Asistida, por ejemplo, está cerrada. Pero en otras, como las vinculadas a las ciencias de la salud y la investigación, la demanda se incrementó. Así, las bajas se compensan con las altas y “me atrevería a decir”, señala, “que vamos a cumplir con los planes de crecimiento que teníamos para este año”. De todos modos, el responsable de la compañía en el país entiende que, dado que se estima que el PBI caerá entre el 5 % y el 10 %, dependiendo de cuánto se prolongue la cuarentena, es evidente que la crisis afectará a todos los sectores.
Por lo pronto, además de garantizar la continuidad de las operaciones, en Merck están “abocados a encontrar una vacuna para prevenir el coronavirus y al tratamiento de pacientes que están graves”, afirma Von Schulz Hausmann. La compañía donó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) 290 mil unidades de la droga interferón beta-1 (aprobada para tratar la esclerosis múltiple pero con gran potencial como antiviral para tratar el coronavirus) para destinar a Solidarity, el estudio que se realiza en 70 países, entre ellos Argentina y Brasil, con el objetivo de analizar opciones terapéuticas. Es una medicación que en Argentina cuesta unos $ 250.000 por caja. Esta acción solidaria se complementa con otra donación realizada ante el Instituto francés INSERM que auspicia el estudio clínico internacional Discovery. Además, Merck participa de un consorcio de compañías farmacéuticas y de Life Science asociadas con Bill & Melinda Gates Foundation, la cual procura encontrar en los bancos de moléculas de esas empresas, los mejores compuestos para elaborar una vacuna que afronte la pandemia. En este sentido, además de poner a disposición su biblioteca de moléculas, Merck brinda su apoyo en el proceso productivo a través de tecnología y asesoramiento técnico.
Están relacionados con la situación económica del sistema de salud. El desafío es cómo va a seguir financiándose y mantener la cadena de pagos. El gobierno está preocupado por la salud; tenemos su apoyo. Hemos recibido llamadas del ministerio de Salud porque están dispuestos a atender las necesidades para la atención de la emergencia.
Sí, va a impactar en los prestadores de salud. Si alguien tiene problemas para pagar el alquiler, lo tendrá a la hora de abonar la prepaga y si no cobra el sueldo, lo mismo. Productores, pagadores y el Estado tenemos que colaborar para superar y normalizar la situación de modo que se pueda continuar con tratamientos de los que depende la vida de mucha gente. Están los efectos colaterales de la emergencia y la pandemia: personas con otros problemas de salud que no tienen cómo resolverlos porque no pueden salir y se les complica la consulta normal con su médico porque tiene miedo de contagiarse. Entonces, se están relegando temas importantes. Hay enfermos cardiovasculares que tardan en hacer la consulta en el hospital ante un infarto cuando es esencial hacerlo rápidamente. Argentina tiene un sistema de salud muy fuerte; tenemos que encontrar soluciones.
La decisión la tiene el virus; no las personas. Todos los días tengo una conferencia con el resto de las filiales así que tengo una visión de lo que pasa en todos lados. Creo que Argentina tomó una decisión muy clara que es privilegiar la salud y seguramente, va a ser muy exitosa. Economía y salud es un balance al cual vamos a tener que ayudar para minimizar el impacto. Es importante lo que está haciendo el país para preparar el sistema sanitario y para flexibilizar paulinamente algunas actividades para evitar los efectos colaterales. Es muy importante que los errores se puedan ver rápido y subsanar. Hay países como Italia y Estados Unidos que tienen el doble impacto: sanitario y económico, con cantidad de gente que ya quedó fuera del sistema.
Lo más importante que tenemos es nuestra gente. No tenemos ninguna idea de reestructurar o cambiar nada en la compañía. Está súper claro que tendremos crecimiento y, además, ya llevamos 350 años de historia. Hemos pasamos más de 12 pandemias (en algunas de ellas han muerto 100 millones de personas) y dos guerras mundiales. No pensamos en el día de mañana sino en generaciones. Esta es una compañía familiar; es la generación número 14. Es un diferencial. Sentimos orgullo de pertenecer y también de ser parte de la solución.