Aunque Federico Elewaut es un histórico de Citi Argentina (empezó a trabajar en la entidad en 1990), le tocó el desafío de asumir como CEO en plena pandemia. Más precisamente, en agosto de 2020: "Fue más fácil de lo que esperaba, porque llevo 30 años en el banco y conozco a mucha gente".
Para el ejecutivo, también ayudó que, al ser una multinacional, el banco se adelantó a la pandemia y pudo generar una dinámica de trabajo. Hoy, más del 90% de la plantilla local (más de 1.000 empleados) trabaja a distancia, aunque ya hay fecha de regreso a la presencialidad para enero de 2022. "Extraño el contacto con la gente, pero tener una organización tan orientada al cliente y al servicio ayuda muchísimo", dice.
Ya pasaron cuatro años de la salida del Citi de la banca minorista. ¿Qué balance hacen?
Ahí también nos adelantamos a los hechos. Fue una estrategia a nivel global, Citi salió de banca de consumo en muchos países de América Latina, Europa y Asia. El negocio de consumo está pasando por una transformación digital importante. Nosotros teníamos una posición de nicho, pero no teníamos la escala para lo que se venía, entonces decidimos reasignar recursos donde somos más competitivos y donde podemos dar mejor servicio a nuestros clientes, que era en la banca corporativa y comercial. A partir de ahí, todas las inversiones en tecnología, capital humano y liquidez pudimos volcarlas eficientemente en las empresas, las ayudamos a crecer. Lo importante es ser flexibles, mirar siempre para adelante, ver lo que se viene y tomar las decisiones al respecto.
¿Y cómo está hoy el negocio de este tipo de clientes teniendo en cuenta el clima de Argentina?
Nuestros clientes son dinámicos y siempre va a haber desafíos. Todos miramos el largo plazo, y para eso hay que planearlo. Pero también hay que sortear el corto plazo, y no somos los únicos con desafíos; por ejemplo, Europa, Inglaterra con el Brexit. Lo importante es ser flexibles. Estamos hace 107 años en la Argentina, los clientes están acostumbrados. La pandemia es una cosa que nadie esperaba, todo el mundo tuvo que ajustar su negocio, pero hay un rebote.
¿Cómo afectó la pandemia?
La ventaja es que vimos lo que pasaba en Asia y Europa. Entonces ayudamos a muchas empresas con préstamos, les dimos liquidez para que sortearan los meses de incertidumbre. Después, cuando la cosa se fue aclarando a los seis meses, las empresas empezaron a devolver los préstamos. También el Gobierno ayudó muchísimo con los planes para ayudar a pagar salarios.
No hubo mucha morosidad...
No. También, en Argentina, las empresas no están tan endeudadas.
Una de las "ventajas" del poco acceso al crédito...
Sí. Somos más cuidadosos en Argentina, en otras economías son más avezados en ese sentido y tienen más deuda, entonces a la primera que te agarra te vuelca. El segundo semestre del año pasado ya empezó al rebote. Hubo una pequeña merma cuando vino la segunda fase, pero el impacto fue mucho menor y las empresas ya estaban preparadas. Lógicamente hay sectores que todavía faltan porque se vieron muy afectados, como turismo, hotelería, aviación, entretenimiento. Viene más rezagado.
¿Cuánto prevén de crecimiento?
Estamos previendo que la economía argentina va a crecer 6,5%, tal vez un poco más. Para el año que viene, 3%. Para el mundo, vemos un crecimiento del 5,8% para este año y 4,4% para el que viene.
¿Son optimistas para 2022?
Sí. La ventaja es que el mundo el año que viene va a crecer, los mercados emergentes van a crecer, y eso nos va a arrastrar. Es una buena noticia para la Argentina porque van a demandar productos que tenemos: cereales, agroindustriales, servicios de tecnología. Tenemos un país que no solamente es muy rico en recursos naturales, sino en recursos humanos.
¿Cómo se moderniza al banco?
Venimos invirtiendo en tecnología hace tiempo y tenemos mucho diálogo digital con los clientes para hacer las cosas más automáticas. Ahora también con la integración del mundo fintech, los pagos y las billeteras digitales.
¿Cómo es la relación con las fintech?
Tenemos fintech que son proveedoras de servicios que nos ayudan a mejorar nuestros servicios. Y las tenemos como clientes, porque necesitan de bancos para operar. Son empresas muy ágiles, exigentes, te suben la vara, hacen que seas mucho más dinámico y tengas mucha más velocidad de procesamiento en tus transacciones. Hacen que el trabajo sea más desafiante. La industria bancaria es una de las más antiguas del mundo, pero a su vez es muy dinámica y ágil, y hay muchos jóvenes que quieren hacer carrera en el banco.
¿Cómo ves el clima de inversión y negocios en la Argentina?
Siempre va a haber oportunidad de hacer negocios, y hay gente que está dispuesta a tomar esas oportunidades. Fintech, unicornios, energías renovables, electrificación del transporte, la explotación de litio? Hay un montón de oportunidades, gente mirándolas, y nosotros conversamos con ellos, los ayudamos. En ese sentido sobra interés. Hay mucho talento. Como país a veces es difícil tener oportunidades en todos los sectores.
¿Cuáles son los desafíos a la hora de hacer negocios en la Argentina?
Después de haber pasado la pandemia, desafío más grande que ese? Siempre va a haber retos, lo importante es tener la flexibilidad y salir adelante. No perder el rumbo de largo plazo.
¿Cómo se hace para mirar a largo plazo cuando hay tantas urgencias?
Para mirar el largo plazo tenés que tener una estrategia clara y planear diferentes escenarios. Internamente planeamos a 5 años, y después surgirán los desafíos en el medio, para lo que hay que tener flexibilidad. Hay que soñar. Los empresarios son soñadores, si no, no podrían tener las empresas que tienen. Que haya desafíos no significa que haya impedimentos. Viví en países que parecen más estables, pero que también tienen sus retos. No hay que perder el largo plazo.
¿Hay interés por invertir en la Argentina? Porque hay muchas empresas que desinvierten?
Muchos de esos casos han sido no solamente en Argentina sino cambios que implican la salida de muchos países. No es sencillo, cuando uno se propone poner un negocio son exitosos unos pocos y muchos fracasan. Nadie tiene nada garantizado en esta vida, pero con trabajo, dedicación y capacitación las cosas se consiguen.
¿Qué variables macro mirás?
Más que variables macro, estoy más pendiente de lo que necesitan los clientes y de las soluciones que les podemos dar.
¿Y los clientes qué piden?
Soluciones financieras. Que los ayudes a manejar la caja, las importaciones y exportaciones, que les des información, que seas más rápido en las transacciones, que tengas data. Y que estés cada vez más dispuesto 24/7. La dificultad es hacer funcionar las cosas sencillas.
¿El negocio está en los niveles prepandemia?
Depende de los sectores. No podés generalizar. Hay algunos que están mejor, otros que están más atrás o que siguen sufriendo por temas de la pandemia. El mundo no está normalizado, y hay que seguir trabajando en ese sentido. Hay que tratar de adelantarse a las cosas.