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Liderazgo

Estrategias para lucirse en el trabajo y conseguir un ascenso

Benjamin Laker

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Cómo aumentar tu reconocimiento en el trabajo, comunicar los logros de manera estratégica y posicionarse como un candidato ideal para nuevas oportunidades de crecimiento.

28 Febrero de 2025 11.45

La mayoría de la gente asume que hacer un buen trabajo habla por sí mismo, pero generalmente no es así, aunque parezca injusto. En las empresas, siempre hay casos de empleados talentosos que son ignorados para ascensos, grandes proyectos y roles de liderazgo. Llegan a tiempo, completan sus tareas y obtienen resultados, pero sus carreras se estancan. No es porque les falte capacidad, sino porque parecen "invisibles" a los ojos del jefe. Aunque no debería ser así, la realidad es que ser visto es tan importante como hacer un gran trabajo.

¿Por qué el trabajo eficiente por sí solo no es suficiente para que te destaques?


Una analista de marketing de nivel medio contó una vez que, después de cinco años en su empresa, todavía no la tenían en cuenta para oportunidades de liderazgo. Sus evaluaciones de desempeño eran excelentes. Sus proyectos generaban un impacto medible. Sin embargo, constantemente la superaban colegas que no eran necesariamente mejores, pero que expresaban mucho más sus contribuciones. Fue frustrante e injusto. ¿No deberían los resultados hablar más que la autopromoción? En un mundo ideal, sí. Pero, en la realidad, la visibilidad juega un papel crucial en el avance profesional.

Esto pasa porque la mayoría de los gerentes no tienen tiempo para hacer un seguimiento del trabajo diario de todos. Si no hacés visibles tus esfuerzos, dependés de que la gente se fije en vos por accidente. Y eso no sucede. Si bien no debería ser necesario promocionarse a uno mismo, los empleados que avanzan son los que se aseguran de que quienes toman las decisiones vean su impacto. Hablar no es una cuestión de arrogancia, sino de asegurarse de que tu valor no pase desapercibido.

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Cómo mostrarte


Muchas personas dudan en hablar porque no quieren parecer arrogantes. Creen que su trabajo debería hablar por sí solo, y en un mundo justo, sería así. Pero en cualquier entorno laboral competitivo, la visibilidad es tan importante como el rendimiento. La realidad es que si no te hacés valer, corrés el riesgo de que te pasen por alto. La clave es enmarcar tus contribuciones de una manera natural y estratégica, en lugar de forzada o arrogante.

Por ejemplo, en lugar de decir "hice X", reformulalo como "gracias a X, nuestro equipo pudo lograr Y". Esto cambia el enfoque del crédito personal al impacto colectivo, haciéndote ver como alguien que agrega valor en lugar de simplemente buscar reconocimiento. Otra forma de hacerlo es destacando el progreso en lugar de solo los resultados. En vez de esperar hasta que se complete un proyecto, brindá actualizaciones periódicas que refuercen el trabajo que estás haciendo. Por ejemplo: "Avanzamos mucho en X. Un desafío que resolvimos esta semana fue Y, y eso hará que la implementación final sea mucho más sólida". Esto te mantendrá presente sin parecer egocéntrico.

Las reuniones también son clave para la visibilidad, pero muchas personas creen que su rol es solo escuchar. Un gerente de finanzas contó una vez que solía quedarse en silencio en las reuniones de liderazgo, pensando que observar era suficiente. Pero cuando empezó a participar (ofreciendo ideas, haciendo preguntas, reforzando conclusiones clave), notó un cambio. Se empezó a hacer referencia a sus ideas en conversaciones posteriores. Su presencia se volvió más valiosa. Puede que no sea justo, pero si no hablás en las reuniones, la gente se va a acostumbrar a ignorarte.

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El poder del "ego estratégico"


Una de las maneras más fáciles de hacerte notar es reforzar las contribuciones de los demás y vincularlas a tu propia experiencia. Por ejemplo, si un compañero plantea una buena idea, en lugar de solo estar de acuerdo, construí sobre ella. "Lo que dijo María sobre la optimización del flujo de trabajo me hizo pensar en un proceso que probamos el último trimestre. Redujimos los tiempos de respuesta en un 20%. Podría valer la pena explorarlo acá también". Esto hace dos cosas: te posiciona como alguien que resuelve problemas y también resalta tu trabajo sin que parezca que te estás vendiendo.

Los mails también pueden ser una herramienta poderosa de visibilidad. Muchos empleados hacen un gran trabajo oculto, pero no lo documentan. Un ingeniero senior contó que su mayor cambio profesional ocurrió cuando empezó a escribir correos breves y estructurados resumiendo los logros de su equipo. Por ejemplo: "La semana pasada identificamos y resolvimos un problema del sistema que retrasaba el procesamiento de pedidos un promedio de dos horas. Al implementar X, lo bajamos a 15 minutos". Esos mails no eran solo actualizaciones, sino pruebas de que generaba resultados concretos.

Otra táctica poco utilizada es el mail de seguimiento después de las reuniones. Si aportaste una idea fuerte, reforzala después. "Gran discusión hoy. Una cosa que quería resaltar era la idea de automatizar X; según la experiencia de nuestro equipo, creo que podemos implementarlo más rápido de lo esperado. Avisame si querés que arme un plan". Así tu aporte no queda en el aire, sino que se consolida y vincula a un próximo paso.

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Saber cuándo y dónde hablar


No todos los momentos son adecuados para hacerte notar. La clave es saber cuándo tu voz tendrá más impacto. Un líder de proyecto en una consultora contó que al principio de su carrera solía esperar hasta el final de las discusiones para hablar, pensando que era respetuoso. En realidad, lo hacía parecer desconectado. Su jefe le dijo que, si quería ser visto como un líder, debía intervenir antes. Ese cambio lo cambió todo.

El tiempo es clave. Si esperás demasiado, la conversación sigue sin vos. Si hablás sin contexto, podés quedar descolocado. El momento ideal es después de una idea clave, pero antes de que la discusión se desvíe. Ahí es cuando tu aporte pesa más.

El éxito no es cuestión de ser el más ruidoso, sino de ser visible de manera estratégica y con valor. Si no hacés visible tu trabajo, dejás tu futuro al azar. Cuanto antes desarrolles esta habilidad, más rápido avanzarás en tu carrera.

Nota publicada en Forbes US. 

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