La gestión de proveedores es un aspecto fundamental para el desarrollo de cualquier negocio y por consiguiente, para el éxito del mismo. Este factor es indispensable y necesario para abastecer en primer lugar a las empresas, y luego al usuario final tanto del servicio como del producto en cuestión.
Sin embargo, la relación entre el proveedor y la compañía no muchas veces funciona como debería, y por el contrario se presentan diversas problemáticas que ponen en riesgo tanto, la continuidad del acuerdo entre las partes, como los resultados del negocio que cuenta con una demanda insatisfecha. Estas pueden ser:
- Ignorar totalmente el valor de los contratos o de un SLA
- Ausencia de definición de roles y responsabilidades de tareas clave para el cumplimiento de objetivos finales
- Contratos basados en penalidades y que no prevén bonificaciones para los desempeños por encima de las expectativas.
- Falta de conocimiento del contrato – SLA por parte del personal clave del Cliente (VAM) y del proveedor
- Gestión basada fuertemente en “justificaciones” y no en “datos duros” para encontrar la causa raíz del desempeño y su mejora
- Uso intensivo de “charla de pasillo” o “mail”
- Falta de equilibrio entre “Hacer” y “Asegurar que se haga”
“Estos desacuerdos, o faltas de entendimiento que muchas veces suceden entre los proveedores y las empresas que contratan su servicio o requieren de sus productos, se traducen directamente en quejas, que van debilitando la confianza. Para que esto no suceda, es necesario estar atento a las alertas que anticipan que el servicio está en peligro: resultados que no se logran, áreas trabadas, no hay comprensión del para qué de las cosas, lo que sucede es consecuencia errática de otras acciones, o no hay seguimiento férreo ni evaluación de efectividad”, explica Rosana Miranda, Directora de Operaciones de Kenwin.
Para que dicha relación funcione es fundamental encontrar al proveedor que se amolde a las necesidades del negocio, pero que a su vez, construya a la par de este, confianza y seguridad, asumiendo el papel importante que cumple en dicha cadena.
“Algunas cuestiones pueden contribuir a un mejor funcionamiento entre las partes. Entre ellas, la distinción de pedidos ´urgentes´ vs. ´importantes´ por parte del cliente, o la innovación a la hora de simplificar procesos que ofrece el proveedor. Sin embargo, cada una de las cuestiones que se interpongan entre ambos van a interferir, y solo una buena relación permitirá mejorar la calidad final del producto o servicio, y alcanzar así los objetivos deseados”, finaliza Miranda.