Cuando pensamos en ascender de posición dentro de una compañía, con frecuencia centramos nuestra energía en dominar habilidades técnicas como la codificación, el cálculo de números o el diseño gráfico. Si bien pueden ser una gran base de partida, hay una trampa: hacer bien tu trabajo no se trata sólo de lo que sabés, sino también de cómo utilizás y compartís esos conocimientos. Ahí es donde entran en escena las habilidades blandas.

Las habilidades interpersonales no están directamente vinculadas a ninguna profesión, pero hacen que sea más fácil conectar y trabajar bien con los demás, sea cual sea el trabajo. Incluyen la capacidad de comunicarte, conectar emocionalmente y manejar las interacciones sociales sin problemas.

Por supuesto, un experto en Marketing necesita saber cómo elaborar campañas, pero ¿llevarlas a cabo con impacto? Eso es lo que convierte a un buen vendedor en uno excelente. Aunque un representante de Recursos Humanos puede ser genial a la hora de establecer paquetes de beneficios, la forma en que hace que los nuevos empleados se sientan realmente bienvenidos puede marcar la diferencia en la cultura de la empresa. 

Acá algunas habilidades blandas inesperadas que podrían dar un verdadero impulso a tu carrera.

Hablar en público

¿Sos lo bastante valiente para enfrentarte a uno de los miedos más comunes del mundo? No son las serpientes ni las alturas; es hablar delante de la gente. La glosofobia, o miedo a hablar en público, afecta a un asombroso 77% de las personas. Más de tres cuartas partes de nosotros nos sentimos un poco nerviosos cuando pensamos en tomar un micrófono. Pero si desarrollás esta habilidad, puede hacer una gran diferencia en tu trayectoria profesional.

El arte de hablar en público entra en juego en muchas situaciones. Para la mayoría de los profesionales, significa dirigir reuniones con confianza, compartir ideas de forma convincente y mantener la atención de la gente durante una presentación.

Un gran producto o una gran idea pueden no brillar si se exponen mal, pero un orador hábil puede convertir incluso un concepto mediocre en algo cautivador. El objetivo es utilizar tus palabras para dejar un impacto duradero.

Ventas y negociación

Si sabés vender, siempre vas a tener trabajo. Es algo más que persuadir a las personas para que compren el producto o servicio; se trata de ganarse a la gente con tus ideas, visión y personalidad. Con esta habilidad, vas a destacar en cualquier campo y hacer un gran papel en el mercado laboral.

Por otro lado, saber negociar es esencial para cualquier buen líder. Ya sea ultimando contratos con clientes o presionando para conseguir más personal o presupuesto, la mayoría de los líderes pasan sus días en un estado de negociación constante.

La negociación gira en torno a la creación de situaciones en las que todos ganan y todos salen satisfechos. El truco está en encontrar el punto dulce entre la asertividad y la empatía. Asegurarte de que defendés tus intereses al tiempo que atendés las necesidades y preocupaciones de los demás. Afinar tus habilidades de venta y negociación puede impulsar tu carrera y construir relaciones más sólidas y colaborativas en el trabajo.

Gestión de proyectos

¿Te preguntaste alguna vez cómo algunas personas pueden hacer tantas cosas simultáneamente y mantener los proyectos en marcha sin problemas? La gestión de proyectos suele ser la clave. Esta habilidad blanda implica planificación estratégica: establecer objetivos, organizar recursos y crear calendarios que mantengan a todo el mundo en la misma página. Todo se reduce a guiar a tu equipo para que alcance sus objetivos con eficacia.

Tanto si se trata de actualizar un viejo sistema como de lanzar un nuevo producto, la gestión eficaz de proyectos es el secreto para afrontar desafíos complejos. Las empresas corren el riesgo de salirse del presupuesto y de incumplir los plazos si tu gestión de proyectos no está a la altura.

Si querés demostrar tu liderazgo y asegurarte de que los proyectos funcionan como un reloj, dominar la gestión de proyectos es esencial. Es un talento que distingue a los verdaderos líderes, demostrando que podés asumir grandes responsabilidades y haciéndote un activo inestimable para cualquier equipo.

Autoconciencia

Entre todas las habilidades blandas, la autoconciencia podría ser el gran secreto. Imaginate cómo sería comprender realmente tus propios sentimientos, pensamientos y acciones. La autoconciencia significa tener una imagen clara de quién sos, libre de la nube de subjetividad o de los prejuicios. Desarrollar esta habilidad requiere tiempo y esfuerzo a través de la autorreflexión y la práctica. No es fácil; tenés que trabajar para conseguirla.

El verdadero poder de la autoconciencia es su potencial para abrir puertas al crecimiento tanto en su vida personal como profesional. Cuando sepas tus puntos fuertes actuales y lo que todavía necesitás mejorar, vas a poder centrar mejor tus esfuerzos y hacer verdaderos progresos en tu carrera.

Perfeccionar estas inesperadas habilidades blandas hará algo más que quedar bien en tu currículum; va a impulsar tu trayectoria profesional al siguiente nivel. Aceptá el desafío, expresate y observá cómo estos talentos se convierten en poderosos activos. Tu próximo avance profesional está al alcance de la mano. ¡Por tus futuros éxitos!

Nota publicada en Forbes US.